La Jornada 20 de abril de 1997

Militarizan zonas cocaleras en Bolivia; calma en Nicaragua

Pl, Ap, Afp y Notimex, La Paz, 19 de abril Ť El gobierno boliviano comenzó la militarización de la zona cocalera de El Chapare, tras los enfrentamientos ocurridos el jueves pasado entre fuerzas antidrogas y campesinos productores de hoja de coca, que causaron la muerte de siete personas, heridas a otras 150 y más de un centenar de detenidos, informó hoy el ministro de Gobierno, Víctor Hugo Canelas.

El presidente de la Unión de Federaciones de Productores de Coca, Evo Morales, denunció la presencia de agentes estadunidenses en los choques, sin dar mayores precisiones, al tiempo que la Confederación Sindical Unica de Campesinos de Bolivia (CSUCB) y la Central Obrera Boliviana (COB) anunciaron medidas de fuerza en apoyo a los cocaleros.

Representantes de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados y de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia llegaron a la región, 780 kilómetros al sureste de la capital, para principiar las investigaciones.

Canelas insistió en que los campesinos atacaron a los grupos de erradicación de los excedentes de hoja de coca --empleada para usos tradicionales y la elaboración de cocaína-- con ``fusiles, cartuchos de dinamita, machetes palos y piedras'', lo que obligó al envío de fuerzas combinadas (policía y militares) y un batallón de lucha antiguerrillera.

Agregó que la Ley de Sustancias Controladas prevé la eliminación anual de entre 5 mil y 8 mil hectáreas de cultivos ``cuya producción excedentaria abastece a las organizaciones del narcotráfico'' que, sostuvo el funcionario, alientan a los campesinos a la violencia.

Por su parte, Morales acusó a las fuerzas antidrogas de comenzar los incidentes, pidió a los campesinos evitar cualquier provocación y declarar jornadas de duelo los próximos días.

La CSUCB anunció una huelga de hambre en protesta por la violenta represión y la toma pacífica de las subprefecturas de todas las provincias de El Chapare a partir del próximo lunes. Asimismo, la COB convocó una reunión de emergencia para analizar la situación y tomar medidas en defensa de los productores.


Afp, Dpa, Ap y Reuter, Managua, 19 de abril Ť Al normalizarse este sábado la situación social y política en Nicaragua, luego de cinco días de una protesta nacional que prácticamente paralizó al país, los primeros cien días de gobierno del conservador Arnoldo Alemán eran interpretados como los de un presidente sin rumbo y sin un plan económico definido.

Mientras la derecha criticaba a Alemán por no haber esperado una semana más para que los partidarios del sandinismo se ``desgastaran'' antes que ceder, observadores políticos destacaban que el ``fantasma'' del pasado conflictivo volvió al acecho cuando se pensaba que la estabilidad política había retornado tras la guerra civil que terminó en 1990.

Pero para los economistas, sectores opositores y otros observadores independientes, la movilización de amplios sectores de agricultores, campesinos, urbanos y populares, entre otros, encabezados por el Frente Sandinista de Liberación Nacional, mostró que el país sigue estando dividido y otra vez se polariza.

Cuando aún quedan las huellas de las barricadas y la quema de neumáticos en calles de esta capital y carreteras del interior del país y las imágenes en televisión de un presidente acosado, la prensa habla de una tregua y la desconfianza que aún prevalece en la oposición con llamados a mantenerse alertas.

Uno de los problemas del gobierno es que todavía no tiene una idea clara de lo que está haciendo, además de que resultó ``poco acertada'' la medida oficial de querer resolver apresuradamente el enorme problema de la propiedad con un proyecto llevado al Parlamento y que luego debió retirar, al convertirse en el centro de las protestas.

Lo anterior fue señalado por el catedrático Luis Rodríguez, de la Escuela de Economía Agrícola de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua. A su vez, el economista Sergio Santamaría estimó que el gobierno hace esfuerzos por presentar ``una imagen de desarrollo'', sobre todo en materia agropecuaria, pero sin brindar claridad en las medidas.

Sergio Ramírez, disidente del sandinismo, consideró que las acciones del gobierno en cuanto a la propiedad han enviado el mensaje de que ``pretende restaurar'' el régimen que existía antes de la revolución de 1979, y que se encaminaría a destruir a los pequeños y medianos propietarios surgidos de la reforma agraria.

Para el diputado conservador y ex catedrático Noel Vidaurre, el gobierno ``no tiene un plan económico definido ni ha logrado fijar el rumbo de su administración''. Indicó que el presidente Alemán no se ha preocupado por resolver los principales problemas del país, tales como la pobreza, el desempleo y la propiedad.

Observó que en las calles no se respira un cambio dramático hacia la democratización del país, que el primer mandatario se halla ``confundido'' y ``no encuentra la brújula'', los electores están decepcionados porque prometió 100 mil empleos pero lo que está ocurriendo son despidos en la burocracia, y la crisis económica y salarial sigue siendo abrumadora.

Mario Alegría, otro economista, y el ya mencionado Sergio Santamaría coincidieron en que el gobierno de Alemán podría no recibir ayuda para los próximos tres años de los organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, en caso de no definir a más tardar en mayo próximo una política económica.

Las protestas concluyeron el viernes en la noche tras un acuerdo alcanzado entre Alemán y Daniel Ortega, líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional, cuyos representantes abrirán a partir del lunes cinco mesas de trabajo para tratar los temas de la propiedad, producción, sector reformado, transporte y área social, además de considerar la estabilización laboral.