La Jornada 18 de abril de 1997

Reducir tropas en Chiapas, demanda el Episcopado

Angeles Mariscal, corresponsal, Tuxtla Gutiérrez, Chis., 17 de abril Ť Condición indispensable para la paz y reconciliación en Chiapas, son el regreso al diálogo entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el gobierno federal, la reducción de los efectivos del Ejército Mexicano y la existencia de una actitud imparcial de su parte, así como respeto a las minorías, lo que necesariamente pasa por el respeto a sus usos y costumbres, manifestó la Comisión Episcopal para la Paz y Reconciliación en Chiapas, y añadió que la convivencia social en el estado se está degradando convirtiéndose, a veces, en lucha de ``todos contra todos''.

En un documento de 45 puntos, los siete obispos de la comisión consideraron que el estado de derecho debe garantizar a todos los ciudadanos la misma igualdad ante la ley, y por tanto, promover y favorecer los derechos de las minorías y defender y desarrollar sus características culturales.


Presencia de efectivos de seguridad pública durante una
visita de legisladores miembros de la Cocopa a la comunidad
San Pedro, municipio El Bosque.
Foto: Frida Hartz

``Durante nuestros encuentros pudimos percibir en nuestros rostros, en las palabras y en las expresiones de muchos chiapanecos, sobre todo de los más pobres, necesidades e inquietudes que se pueden resumir en dos clamores fundamentales: la paz y resolver problemas de diversos tipos que provocan sufrimientos, pobreza, marginación y hasta muerte''.

Los integrantes de la comisión señalan que los testimonios no estaban cargados de odio ni venganza, sino tenían el deseo de superar por vías pacíficas los problemas y conflictos que los aquejan.

``Encontramos una diócesis --la de San Cristóbal de las Casas-- que, guiada por sus obispos, está creciendo en la organización de una pastoral de la reconciliación y de la paz''.

Sin embargo, y ante el estancamiento de los acuerdos de San Andrés, añaden, se acrecenta la falta de respuesta a las situaciones de marginación, pobreza y la falta de reformas fundamentales en el campo. Algunas zonas señalan la reactivación de problemas anteriores, como la exacerbación y polarización de los ánimos, la excesiva ideologización de las posturas e intereses de poder y de partido por encima de los valores de las personas, del pluralismo y la convivencia pacífica; la manipulación en los medios de información, el racismo persistente, el antagonismo de grupos, la represión y desalojos con repercusiones en antagonismos religiosos.

Reiteran que los testimonios de las partes con las que dialogaron indican que la militarización propicia la prostitución, impide el libre tránsito, los efectivos hostigan a la población que ante ello está impedida a desarrollar sus actividades normales, además de que los servicios sociales que dan son ``selectivos y con fines de investigación''.

La presencia de grupos paramilitares y apoyos preferentes a grupos afines al poder por parte de las autoridades, se constituye en una dificultad para sostener el estado de derecho. ``Nos dicen que hay asesinatos impunes, aprehensiones infundadas, tortura, rumores, presión psicológica, desplazados, descomposición social''.

Sin embargo, las autoridades civiles y militares y dirigentes políticos con quienes la comisión se reunió, negaron las quejas de los campesinos, aunque se comprometieron a recibir las pruebas pertinentes y darles seguimiento, se menciona en el documento.

Pero sobre todo, los obispos hacen un llamado a la continuación del diálogo entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el gobierno federal en el marco del respeto a los acuerdos de San Andrés Larráinzar.

``Apoyamos a las comisiones Nacional de Intermediación y de Concordia y Pacificación, y esperamos que sean valoradas en su justa dimensión'', concluyen los religiosos.