En Texas hasta los chicanos son racistas, sostiene Bruce Novoa
Angélica Abelleyra y Rosa E. Vargas, enviadas, Zacatecas, Zac., 10 de abril Ť J. Bruce Novoa prefiere que su nombre quede en la pura inicial, porque si escribiera John le molestaría, y si le llamaran Juan (como en realidad es) sólo acertaría a relacionarlo con Juan García Ponce o Juan Rulfo, si este último viviera.
El escritor chicano y catedrático de la Universidad de California (Irvine) estuvo en esta ciudad como ponente en el Primer Congreso Internacional de la Lengua Española y lo hizo con un tema fundamental: los usos que del idioma hacen las comunidades de inmigrantes latinos en Estados Unidos. Esos usuarios de una habla ``bastarda'' e ``híbrida'', escasamente aceptable. Por eso, el propio Bruce Novoa se presentó ante la audiencia de lingüistas, académicos y periodistas que colmó el ex templo de San Agustín: ``Más que como el Hijo Pródigo, en mi papel de representante de millones de latinos de Estados Unidos y como chicano, vengo a esta ilustre reunión como el hijo bastardo a la fiesta del patriarca''.
Bruce Novoa en entrevista multitudinaria, coronado por las pancartas que promueven el evento con una musa que sostiene en la mano una eñe, apunta:
``La identidad es lo que uno vive a diario. Yo no tengo ningún problema de identidad y muchos de los chicanos que conozco tampoco. Quienes desean que lo tengamos son los que no nos reconocen como lo que somos. Nos quieren mexicanos y ni modo. En este mundo posmoderno no vamos hacia ninguna noción de identidad ni de nación, sólo queremos vivir, que nos dejen vivir y que cada quien escoja su país. Con esa libertad que habló Juárez no hay temor.''
--¿Lo que ahora sucede en Estados Unidos será un preámbulo de lo ocurrido en Texas el siglo pasado?
--Ojalá no. En Texas hay un racismo tan fuerte que aun los chicanos son profundamente racistas. Queremos la libertad de no ser racistas, de aceptar al otro de cualquier color, idioma o religión. No queremos lo que pasó en Texas.
--¿Cuál es la percepción de la comunidad chicana acerca de conservar el español como lengua? ¿Cómo viven la dualidad?
--Hay gran variedad de casos. La mayor parte de las familias no tiene tiempo de pensar ni en conservar el idioma ni nada. Tienen que sobrevivir. Los padres quieren que sus hijos se eduquen y la gran mayoría de las familias de inmigrantes quieren que sus familiares se eduquen en inglés porque es la única manera de poder trabajar. Y, si luego pueden conservar el español, bien.
--¿El español es una seña de identidad?
--Lo es, pero sólo para los padres. Los chicanos, más que una identidad cultural, quieren una identidad de lo que les permite sobrevivir: el trabajo. Para ello tienen que hablar inglés primero. El español vendría después, si acaso.
--¿Podría convertirse el espaninglish en una lengua?
--Lo que sucede en la frontera es una adaptación de cosas continuas, pero no una identidad aislada. Hay contacto permanente en la frontera entre México y Estados Unidos, y lo que pasa en ambos con el idioma se refleja en la línea fronteriza como dialectos específicos, pero no propiamente como una lengua. No debemos temer a la aparición de nuevos vocablos. En cada época van entrando palabras que son el ``gran peligro'', pero son las que usamos. ¿Por qué temerles? El español y el inglés van a seguir cambiando y ¡qué bien! Si algo es más ad-hoc, ¿por qué no usarlo? Una vez a un grupo de puertorriqueños les pedí que usaran las palabras de su barrio. Uno me dijo una palabra preciosa: furnituría, para mueblería. Y la primera es mejor, con gracia, con sensualidad. ¡Cambiémosla inmediatamente!
--¿Qué medidas toma la comunidad chicana para rescatar el idioma español?
--Primero: no hay comunidad chicana. Hay comunidades. Ellas no están de acuerdo. Hace poco una comunidad de padres mexicanos protestó en una escuela de Los Angeles por el programa bilingüe, no tanto por el español sino por el contenido cultural que trataban de inculcar a sus hijos, que no tenía nada qué ver con México. Parecía más bien un programa del PRI. Ellos no quieren eso, y sobre todo cuando viene gente de Oaxaca no aceptan esa cosa centralizada que viene desde los aztecas.
--¿Qué tan abiertas están las universidades a los aportes de los chicanos?
--En Estados Unidos las universidades están muy abiertas a los aportes literarios de los chicanos. En México no tanto. Todavía se sigue diciendo que no hemos producido nada.
--¿Podrá superarse esa barrera?
--Sólo cuando se den cuenta que Carlos Fuentes es chicano.
--¿La lengua sólo avanza en la medida que avanza la inteligencia?
--La lengua avanza siempre. No me quejo de los cambios del lenguaje sino del manejo que hacen los noticiarios con la información. Me importa el contenido, no la forma. No tiene sentido que los programas noticiosos en español nos enseñen lo mismo que los estadunidenses. Quisiera añadir: los peores comerciales, con racismo y estereotipos, se hacen en español. Es el colmo, porque ¿contra quién vamos a luchar?
Para Bruce Novoa la aparición de centros de estudios chicanos en Estados Unidos, en la UCLA o en instituciones de Santa Bárbara y Colorado, tiene sus pros y sus contras.
``No piensen que toda esa carga de academia e investigación tiene siempre un aspecto positivo. En el programa de Chicanos Studies hay un gran peligro de racismo, porque todavía se esencializa al otro. No es justo hacerlo con el otro cuando nosotros no queremos que nos lo hagan.''
--¿Corre o no peligro de vacío el espaninglish?
--Como cualquier uso del lenguaje, se puede hacer bien o mal. Y en el habla de los chicanos la gran parte de lo que se hace no vale la pena como forma estética; un porcentaje mínimo se hace con gracia creativa. La mayoría de los hispanoparlantes hacen su mezcla idiomática no con creatividad sino por necesidad.