La Jornada 9 de abril de 1997

EPR: reactivó el Ejército la Brigada blanca con Acosta Chaparro al frente

José Gil Olmos Ť El Comité Central del Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular Revolucionario (PDPR-EPR) rechazó negociación alguna con el gobierno federal para la liberación del combatiente Rafael, y reiteró su negativa a entablar un diálogo de pacificación.

En conferencia de prensa realizada en una casa de seguridad, los comandantes Oscar y Vicente anunciaron formalmente la convocatoria para formar una ``comisión de la verdad'' que ``con plena autonomía realice un estudio a fondo, objetivo, de la situación que guarda en México el estado de derecho''.


Los comandantes Vicente y Oscar en una casa de seguridad del EPR en el Valle
de México.
Foto: Frida Hartz

Asimismo presentaron un comunicado por el 78 aniversario luctuoso del general Emiliano Zapata, en el que reafirman su campaña de propaganda y autodefensa revolucionaria, sobre todo ante ``el refortalecimiento de las guardias blancas entrenadas en forma intensiva por el Ejército federal y cuerpos policiacos'' y el apoyo a los acuerdos del diálogo de San Andrés, que constituye ``una sentida demanda y justo reclamo nacional''.

En una larga reunión celebrada en un diminuto cuarto forrado completamente con papel estraza y cinta adhesiva en las perillas de las puertas, en la casa de seguridad, ubicada en algún punto del Valle de México, a la que los medios llegaron con los ojos cerrados y a través de múltiples contactos, la dirigencia eperrista dijo que confiaba plenamente en Andrés Tzompaxtle Tecpile -Rafael- a pesar de las dudas que generó ``su increíble'' fuga de los cuarteles militares y sostuvo su disposición de que el combatiente asista con las organizaciones civiles de derechos humanos a presentar la denuncia directamente.

Acompañado de su esposa, el combatiente Rafael presentó nuevamente su testimonio acerca de los cuatro meses que estuvo detenido en cárceles clandestinas, en tanto que su compañera anunció que se integraba al EPR luego de la detención de su esposo y responsabilizó al gobierno de la posible represión a familiares y amigos. Ambos vestían el uniforme militar y estaban embozados, aunque durante casi media hora Rafael se quitó del rostro el trapo café que traía como paliacate sin que permitiera que le tomaran fotografías.

La fuga increíble de Rafael

El combatiente eperrista -apoyado por su esposa y sus mandos militares- dijo que durante los cuatro meses de tortura, algunas veces grabaron los testimonios en los que ``simuló colaborar y aceptar las propuestas de sus torturadores firmando documentos en los que se podría implicar a Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador, Rosario Ibarra, Félix Salgado Macedonio y Ranferi Hernández, pero que sólo fue para aminorar los golpes, choques eléctricos o tehuacanazos''.

Tzompaxtle explicó que su fuga se facilitó porque durante el último mes en que estuvo en las instalaciones militares cercanas a Teotihuacan, recibía escaso alimento y perdió hasta 14 kilos de peso, por lo cual se le adelgazaron las manos y logró sacar de sus muñecas las esposas que lo sujetaban a las literas.

``Jugaba con las esposas soñando que me las quitaba hasta que un día lo logré'', señaló Rafael al recordar que durante días y noches pensó en fugarse, realizando dos intentos por la única ventana del galerón de 40 metros, ubicada en el baño, antes de la acción definitiva el 22 de febrero.

Luego de presentar un diagnóstico médico de Rafael y denunciar la reaparición de la Brigada Blanca a cargo del general Mario Arturo Acosta Chaparro, que funcionó en los años 70 en contra de la guerrilla de la época, los dos mandos del EPR señalaron que una vez que el combatiente entró en contacto con la organización y dio toda la información de lo ocurrido, ``tiene todo nuestro respaldo aun cuando bajo la presión de la tortura y del trato infrahumano haya firmado papeles que le hayan impuesto o realizara acuerdos que se hayan grabado''.

El comandante Oscar, vestido de civil para representar al PDPR, con el rostro cubierto con un pedazo de franela gris, aseguró que la disposición del EPR es aceptarlo con todos sus derechos y obligaciones de combatiente y ``brindarle todo el apoyo al compañero que está bajo tratamiento psicológico y sedado de manera permanente'' para aminorar el impacto emocional y las secuelas de la tortura.

El dirigente rebelde negó que la campaña gubernamental de infiltración de los grupos rebeldes desde la década de los 70 haya alcanzado a todos los sectores a los que estaba dirigida ``y sin trascender sólo llegó a algunas personas les dieron crédito''.

Advirtió que el EPR está alerta a los intentos de infiltración gubernamental ``aplicando la objetividad, la madurez y la sensibilidad'' para analizar los intentos hechos a través de combatientes o simpatizantes capturados. Además, aseguró que tienen ``tareas y métodos'' desarrollados en décadas que permiten garantizar la prevención y el ``fracaso'' de una posible infiltración del gobierno.

La comisión de la verdad

En una segunda etapa de la conferencia de prensa, en nombre del Comité Central del Partido Democrático Popular Revolucionario los dirigentes del grupo armado presentaron formalmente la convocatoria a las agrupaciones sociales independientes para formar una comisión de la verdad que se encargue de investigar los casos de desaparecidos, torturados, encarcelados, asesinados y masacrados en los últimos 30 años de lucha armada.

Destacaron que se trata de una propuesta fundamental para el Ejército Popular Revolucionario que no debe confundirse con un llamado a la lucha armada. ``Se requiere una comisión que recoja la opinión de todos los mexicanos sobre cuestiones determinantes para la vida de la República, como es el estado de derecho y, de esta manera evalúe, establezca y emita conclusiones verdaderas acerca de la responsabilidad gubernamental en la sistemática violación de nuestra Constitución Política y de los derechos humanos''.