La Jornada 7 de abril de 1997

Ruy Pérez Tamayo
La impunidad y los medios

Durante meses, los encabezados de los periódicos y los noticiarios de radio y televisión se han ocupado de una serie de delitos, algunos cometidos por altos funcionarios y sus parientes, y otros por delincuentes comunes, que van desde el homicidio hasta el narcotráfico, pasando por la evasión fiscal, la falsificación de pruebas, el enriquecimiento inexplicable (que quién sabe por qué se llama así, ya que es perfectamente explicable), los secuestros, los asaltos y los fraudes en bancos, y otros más. Como si la ``página roja'' se hubiera cansado de estar relegada al interior de la segunda sección del periódico y hubiera tomado por asalto la pimera plana. Es posible que los periódicos no sean totalmente inocentes en este cambio, en vista de que el ``amarillismo'' tiende a aumentar las ventas, aunque debe recordarse que el atractivo de la noticia sensacional tiene una duración muy limitada. Sin embargo, cualquier habitante de Marte que llegara de visita a nuestro país y leyera los diarios de las últimas semanas llegaría a la conclusión de que somos un país de delincuentes, posiblemente de una especie distinta a Homo sapiens sapiens. Habría que explicarle que no es exactamente así, que en México también pasan otras cosas, y que seguramente en Marte también hay corrupción, secuestros, asaltos a bancos y evasión fiscal, pero que ese tipo de noticias no ocupan la primera plana de los diarios marcianos y por eso él no se entera.

Pero no es necesario ser marciano para preocuparse por la naturaleza de las noticias con que nos bombardean los medios, que en efecto son de ilícitos de todo tipo. ¿Es que han aumentado en frecuencia? Uno estaría tentado a decir que sí, pero sólo si tiene muy mala memoria, porque siempre ha habido criminales que cometen asesinatos, ladrones que asaltan bancos, parientes de funcionarios que se enriquecen ``inexplicablemente'', secuestradores, banqueros que desfalcan, etcétera. Bueno, pero lo que se pregunta no es si hay nuevos crímenes, sino si ahora hay más que antes, y aunque otra vez uno se inclinaría a decir que sí, debe antes considerar otra posibilidad, y es que siga siendo el mismo número de delitos pero ahora se hacen públicos gracias a la libertad de prensa y al entusiasmo de los medios. En otras palabras, la delincuencia en México no ha aumentado, sino que ahora ya forma parte de la noticia, y sobre todo de la primera plana de los periódicos. No tengo información confiable para resolver esta alternativa, pero sospecho que las dos posturas deben tener algo de cierto. Por ejemplo, yo recuerdo el enriquecimiento ``inexplicable'' del hermano de un presidente de México en los años 40, que era público y notorio, pero nunca fue noticia. El asesinato de Rubén Jaramillo y su familia fue tan artero y tan brutal como otros más recientes de un cardenal y varios políticos, pero pronto cesó de ser noticia y todavía no se ha explicado (igual que los otros mencionados); la corrupción de altos funcionarios de la justicia por narcotraficantes se conoce desde hace muchos años, pero no fue noticia sino hasta muy recientemente. O sea que delitos siempre ha habido, y de todos tipos, pero sólo es ahora que empiezan a ser noticia, porque el hermano rico del ex presidente está en la cárcel, porque el subprocurador tiene orden de aprehensión en su contra, porque los creadores de falsas pruebas están confesos y esperando sentencia, porque el banquero que defraudó está prófugo y con orden de aprehensión en su contra, porque el funcionario corrompido por los narcos y sus cómplices están en la cárcel. Lo que estamos viendo es el derrumbe de la impunidad, que durante tanto tiempo fue quizá el peor de todos los delitos, el que los mantenía fuera de la primera plana y hasta fuera de la ``página roja''. ¿Qué hubiera pasado si un periódico hubiera publicado ``Riqueza inexplicable de Maximino...'', probablemente las prensas habrían sido destruidas y el reportero habría desaparecido. En mi opinión, lo que ha cambiado en México y explica la prominencia de los ilícitos en la primera plana de los periódicos es que la justicia empieza a funcionar en nuestro país. Este es un paso gigantesco de la sociedad, y creo que se debe principalmente a ella, a la demanda creciente de que cese la impunidad, de que los funcionarios que cometen ilícitos y los criminales y delincuentes que se encuentran en esa misma situación sean detenidos, juzgados y condenados a las penas que marca la ley. Naturalmente, todavía falta mucho por hacer, la corrupción de la justicia es muy antigua y muy profunda en nuestro país, y erradicarla va a costar un gran esfuerzo y mucho tiempo. Pero este es un buen principio y todos los ciudadanos debemos apoyarlo, aplaudirlo y promoverlo. Pero también debemos cuidar que no se cometan excesos y que en nuestro entusiasmo por la libertad que ahora existe para identificar a los culpables de la corrupción y castigarlos como se merecen, quienesquiera que sean, no cometamos injusticias con aquellos acusados a los que no se les haya demostrado responsabilidades y los crucifiquemos antes de tiempo en la primera plana para vender más periódicos. Esa es otra forma de delito cuya impunidad debemos combatir.