En los últimos meses se ha observado una intensificación notable de los lazos que unen a México y España a nivel comercial, financiero, cultural y diplomático. Esta es una buena noticia en la medida que pueda alentar una reclamada y muy necesaria diversificación de los intercambios internacionales del país.
Así lo sugirió, en primer lugar, la visita del presidente del gobierno español, José María Aznar, hace unos meses, ocasión en la que insistió en su interés por impulsar el acercamiento de México a la Comunidad Europea. Asimismo, aprovechó su estancia en la capital mexicana para fundar una cátedra con el nombre de Manuel de Azaña en El Colegio de México, lo cual causó cierta sorpresa, ya que, con ello, el político conservador español más destacado de hoy hacía un reconocimiento al político liberal más conocido del periodo de la Segunda República y la Guerra Civil española (1931-1939).
Luego vino la misión, hace apenas un mes, del presidente del gobierno autónomo de Cataluña, Jordi Pujol, quien encabezó un importante grupo de empresarios y académicos catalanes, firmando numerosos acuerdos culturales y económicos con México. Y ahora, en estos días, la visita del rey y de la reina de España, quienes en la primera semana de abril inaugurarán el Congreso Internacional de la Lengua Española, en Zacatecas.
Todas éstas son señales de que la vinculación entre España y México está llegando a un nivel de intensidad posiblemente sin paragón en la época moderna. ¿Por qué se da este acercamiento? No se explica en función del comercio hispanoamericano, que sigue siendo limitado y todavía concentrado en rubros clásicos como los ultramarinos, vinos y los libros, aun cuando comienza a producirse un nivel apreciable de importaciones de maquinaria.
Más importante que el comercio son los flujos de capitales desde España a México, y viceversa. Entre las inversiones españolas con mayor impacto en México están las realizadas por los dos bancos ``estrella'' de España, el Banco Santander y el Banco Bilbao Vizcaya, que han venido a ocupar ya posiciones importantes en los sectores de banca de inversión y banca comercial. A su vez, otros bancos españoles ya se están pronunciando por una entrada en los mercados financieros mexicanos.
Pero igualmente importante ha sido el fenómeno inverso, me refiero al flujo de capitales mexicanos ``hacia España'': recordemos al respecto que, desde hace casi 20 años, Pemex es uno de los principales accionistas de la mayor empresa petrolera de España, Repsol. Más recientemente se ha destacado la expansión de Cemex, la mayor empresa cementera de México, que adquirió una de las grandes compañías de ese rubro en la península Ibérica, la Valenciana de Cementos. Por último, se ha hablado mucho en los últimos tiempos de las inversiones propuestas de Televisa en el sector televisivo español, que refleja la creciente integración de los medios de comunicación masiva en lengua española.