La Jornada 1 de abril de 1997

Salgado: el Ejército no busca injerencia electoral alguna

Miriam Posada y Alonso Urrutia Ť Acosado por las críticas opositoras contra la militarización policiaca y la posible intención política de la medida, el general Enrique Salgado Cordero salió al paso: ``golpe de Estado es una palabra que no aparece en nuestro vocabulario...''

En la comparecencia ante el pleno de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, donde la oposición fue insistente en condenar la anticonstitucionalidad de la medida, el perredista Carlos Daniel Torres dijo: ``la deliberada confusión entre seguridad pública y seguridad nacional que ha promovido este régimen se ha pretendido legalizar con las disposiciones contra el crimen organizado. Es evidente que se busca constituir la base legal de una creciente estrategia de contrainsurgencia y de guerra sucia contra los movimientos políticos y sociales disidentes en el país''.


José Antonio González Fernández, Enrique Salgado Cordero y Manuel
Jiménez Guzmán durante la comparecencia del segundo ante la ARDF.
Foto: Frida Hartz

No sólo el PRD criticó la militarización.

``¿Quién o qué nos garantiza a los ciudadanos que el mando y la tropa militar no serán utilizadas en tareas de espionaje político, de intimidación selectiva, de disuasión y represión social?'', lanzó el panista José Espina.

``¿Por qué debemos confiar en un gobierno faccioso, cercano a su término que no cumplió su objetivo de lograr una ciudad segura, que pueda apoyarse en la fuerza a su partido en el poder encima de la voluntad popular''.

Espina --al igual que su correligionario Javier Salido-- dijo irónicamente que si bien está excluido el término golpe de Estado, ``se han reafirmado conceptos de lealtad, institucionalidad y disciplina al pueblo y al gobierno''.

Los opositores siguieron en contra de los militares. Tras lamentar el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que avaló su presencia, el perredista Pedro Peñaloza demandó el relevo del jefe del Agrupamiento de Granaderos (el general Lamberto Ponce), pues para evitar cualquier provocación debe eliminar todo contacto de militares en materia de control de mítines.

Sin irritarse, Salgado salió en defensa del Ejército: ``por muchos años --es del dominio público-- ha desempeñado cotidianamente actividades que tienen un profundo contenido social, actividades relacionadas y que se hacen en beneficio directo de la población.

``Los militares provenimos del pueblo, de familias obreras, campesinas, por eso el origen está debidamente fundamentado''. Tras citar las labores del Ejército en tiempo de paz --reforestación y ayuda en casos de emergencia, entre otras--, dijo que ``la función de seguridad pública la consideramos como de gran contenido social, por lo que no debe haber temor de que se está militarizando la policía preventiva''.

En medio del fuego cruzado contra la presencia del Ejército, el PRI expresó su postura. Desbordado en los halagos, Miguel Angel Alanis dijo: ``hoy, los militares se acercan a nosotros a ayudarnos en un problema lacerante y fuerte para la ciudad. Gracias señores militares, porque representan una de las instituciones más valiosas de México. Muchas gracias por venirnos a ayudar.''

Fue una larga comparecencia en la que la militarización fue un tema recurrente en el recinto copado por jefes castrenses.

Mucho antes de que los legisladores se presentaran a la sesión, los militares ya habían tomado el inmueble de la ARDF.

Para el ecologista Arturo Sáenz, la decisión de militarizar la policía es un error muy grave porque ``nos habla de diversas irregularidades, ignorancias e imprudencias cometidas ante un problema que es asunto de buen gobierno y no de fuerza''.

El petista y candidato a jefe de gobierno, Francisco González, afirmó que ``la utilización del Ejército como policía puede ser un intento del gobierno para contener el descontento social provocado por la crisis económica''.

Ante las insistentes críticas, Salgado dijo que los militares ``no vamos a acabar con la delincuencia pero vamos a imponer los principios en los que nos han formado, honor, lealtad, institucionalidad''.

Dijo que los culpables del deterioro de la policía han sido quienes han estado como responsables y han permitido el abandono de la corporación. ``Vamos a tratar de recuperar la confianza social'', y añadió --al responder a Salido sobre su papel en el proceso electoral-- ``no hay fundamento alguno para aseverar que vamos a obstruir el proceso electoral. Nuestra actuación se ciñe estrictamente a derecho y esto quiere decir mucho''.