La Jornada 28 de marzo de 1997

OBSERVACION ELECTORAL Y FINANCIAMIENTO

La Secretaría de Relaciones Exteriores anunció el lunes pasado su decisión de vetar el apoyo financiero ofrecido por la Unión Europea a la Academia Mexicana de Derechos Humanos para labores de observación electoral en los comicios que se realizarán en julio próximo. La dependencia mencionada fundamentó su prohibición con argumentos sobre las supuestas implicaciones intervencionistas de dicho financiamiento. Sin embargo, ver posibles derivaciones injerencistas en esa oferta de apoyo económico de la UE a la observación que hará la Academia es una interpretación debatible y poco consistente.

Antes que nada, debe quedar claro que no se trata de una aportación ilícita. El ofrecimiento no viola ninguna disposición del marco legal vigente en el país. Ambas instancias, tanto la que ofrece como la que acepta esta posible ayuda, actúan de manera clara y transparente. Como lo explicaron los representantes del Parlamento Europeo que visitan México, la suma que aportaría la UE --400 mil dólares-- se destinaría a apoyar las actividades de los observadores nacionales, convocados por la Academia, para verificar paso a paso la limpieza del proceso electoral de julio entrante. Pero esta contribución económica no le daría a la instancia europea ninguna facultad para intervenir en la elección ni daría pie a la intervención de organismos extranjeros en los comicios, los cuales incumben sólo a los mexicanos. Tampoco se pretende abrir la posibilidad de una sanción o certificación de la limpieza electoral en favor de alguna entidad foránea.

Por otra parte, llama la atención el súbito cambio de criterio de la SRE con respecto a los financiamientos de actividades cívicas relacionadas con los comicios provenientes de entidades extranjeras. De hecho, en años recientes, incluso en el presente sexenio, fueron autorizados financiamientos externos a tareas de observación electoral por montos mayores a 400 mil dólares.

En otro sentido, es oportuno ponderar la importancia que revisten tareas como la de la observación electoral en la perspectiva del desarrollo político y de la consolidación de una cultura cívica y democrática en el país. A este respecto, cabe recordar que, si bien la observación de comicios en nuestro país fue descalificada en un principio, poco a poco ha demostrado ser una práctica que estimula el interés de la ciudadanía en las elecciones y aporta a éstas un sello de mayor credibilidad. Poco a poco, el trabajo de los observadores electorales ha ido siendo reconocido y aceptado como un instrumento útil en la convalidación social de la jornada democrática por excelencia, que es la votación.

A pesar de la relevancia de esta tarea, la AMDH, al igual que otras agrupaciones civiles que han realizado esfuerzos de observación electoral en años recientes, trabaja sin financiamiento público ni de partido político alguno.

Finalmente, cualquier acción que representara la intervención de intereses extranjeros en elecciones nacionales sería inadmisible, indignante y repudiable. Pero éste no es, ciertamente, el caso de la ayuda económica ofrecida por la UE a la observación electoral que se propone llevar a cabo la AMDH. Es, en cambio, un apoyo con miras a la consolidación de una cultura democrática y electoral en el país, objetivo que dista de haber sido alcanzado y para cuya consecución falta todavía un largo camino por andar.