Cuando todavía está en X-Teresa la muestra ES 96 Tijuana, Salón Internacional de Estandartes, después de su periplo por plazas del país, se inauguró el 21 de marzo el Segundo Salón (ES 97) en el Centro Cultural Tijuana.
¿Por qué estandartes? Como muchas cosas de las que salen bien, ésta se debe a la combinación de una situación dada y una imaginación adecuada. El edificio del Centro Cultural Tijuana, obra de Pedro Ramírez Vázquez, tiene un muy amplio vestíbulo de gran altura. No es fácil presentar algo en ese espacio, a menos que se compartimente con mamparas y pierda, así, su dimensión. El actual director del centro, Alfredo Alvarez, comentó eso con Marta Palau, artista tanto de Tijuana como de México, pidiéndole alguna idea que pudiera funcionar. Así se concibió el proyecto de los pendones o estandartes. Estos requieren de un espacio suficientemente alto para poder ser colgados y vistos; penden del techo y por lo tanto no necesitan otro apoyo (por eso en México requirieron un espacio como el de X-Teresa). El sitio determinó la naturaleza del salón. Marta había organizado por cinco años la exposición del minitapiz en Michoacán: un proyecto que parece lo contrario por los tamaños, pero que tiene un cierto parentesco por lo insólito.
Las bases establecen un formato de 5 metros de alto por 2 de ancho, pintado por ambos lados. Y la preferencia de usar papel Kraft, o en todo caso, como indispensable, la posibilidad de que la obra se enrolle sobre sí misma. Eso tiene que ver, desde luego, con la necesidad de facilitar su transporte y de reducir gastos.
Un formato de 5 por 2, vertical, es muy poco usual en un artista. Además, con dos vistas. Le repreesenta problemas indudables. Pero es también un reto que como tal le interesa. Los artistas son invitados específicamente de países de América, incluyendo este año Estados Unidos y Canadá, y en los dos años del salón no se han repetido. La buena respuesta que ha habido (más de dos tercios presentes: algunos que habían aceptado no pudieron finalmente cumplir) tiene que ver con la capacidad de convocatoria de Marta Palau, cuya obra es conocida ampliamente, pero también con lo insólito del llamado. A muchos quizá no les habría interesado enviar cuadros a una exposición convencional en la remota Tijuana, 39 artistas de 13 países; dada la situación de Tijuana, muchos con referencia al problema fronterizo.
El espectador se encuentra también en una situación inusual, puesto que tiene que ver las obras en un peculiar escorzo de abajo hacia arriba. El jurado, para otorgar los dos premios (esta vez Luis Camnitzer, Uruguay-Nueva York; Andrea Giunta, Argentina, y yo misma) también está en una situación no acostumbrada, puesto que tiene que atender a la calidad de la obra y lo interesante de la propuesta, pero, además, a lo que yo llamaría su ``pertinencia'' en la específica condición de pendón de dos caras.
Este año los dos premios ($70,000 y 35,000) fueron para el estadunidense (chicano) John Valadez el primero, Bocabajo, y el segundo para Irma Palacios, Otoño-invierno. Obras de corte totalmente diverso, pues mientras el primero ofrece la gran figura de una mujer en sus dos caras, de una impresionante fuerza, el segundo es un espacio articulado a partir de la fina --pero aquí un poco bronca-- factura de Irma, que resuelve también con gran acierto las dos vistas de su obra. Se dieron tres menciones honoríficas para Flavio Garciandía, de Cuba (Algo pasa en mis frijoles negros...); Martha Hellión, de México (La frontera, un trabajo de papeles desgarrados y collage), y Julio Orozco, de Tijuana (Gravedad, obra trabajada a partir de una fotografía --él es fotógrafo-- con referencia al problema del muro fronterizo tijuanense).
No quiero dejar de mencionar algunas de las obras que a mí más me impresionaron: Las de Gilberto Aceves Navarro, Maris Bustamante, Francisco Castro Leñero; Leda Contunda, brasileña; René Derouin, canadiense; Anna Lee Davis, de Barbados; Leopoldo Maler, argentino; Liliana Porter, argentina, y Hugo Sánchez y Alejandro Zacarías, ambos de Tijuana.
Tijuana con este ES 97 no nada más recibe, sino que inventa, crea y proyecta hacia afuera.