La Jornada 25 de marzo de 1997

Inadmisible, que se pretenda volver a la tesis del asesino solitario, expresa la Comisión Colosio en la Cámara de Diputados

Rosa Elvira Vargas y José Gil Olmos Ť A tres años del asesinato de Luis Donaldo Colosio, la comisión respectiva de la Cámara de Diputados volvió a poner en entredicho las investigaciones realizadas. Sus integrantes cuestionaron especialmente los múltiples errores y omisiones cometidos las primeras horas y días que siguieron al crimen. Se preguntaron: ``¿estos equívocos fueron voluntarios o simples fallas humanas?'', y reiteraron su convicción de que el homicidio fue producto de una acción concertada.

Durante la sesión de ese órgano legislativo, la diputada Guadalupe Morales

Ledesma leyó ante el pleno el último informe de esa comisión, en el que reiteradamente legisladores del PRI, PAN, PRD y PT señalan que aún no se sabe toda la verdad en torno a los sucesos de Lomas Taurinas, y se preguntaron de nueva cuenta ¿cuáles fueron los motivos del cobarde asesinato?

Luego de conocer los pormenores de los trabajos efectuados por la comisión, diputados de las cuatro bancadas subieron a la tribuna para fijar las posiciones de sus partidos, y todos coincidieron en rechazar que la actual fiscalía especial, en manos de Luis Raúl González Pérez, pretenda regresar a la hipótesis del asesino solitario.

De distinta manera, pero las cuatro fracciones también apuntaron en tribuna que es inadmisible que a tres años del crimen aún sean más las dudas que quedan por aclarar que las certezas en torno a lo ocurrido.

Incluso, el PRD, en voz de Isidro Aguilera, sostuvo que los aparentes avances que registraron las investigaciones hoy se encuentran en un punto crítico porque el actual fiscal, si bien defiende la hipótesis de que no hay certeza jurídica sobre las vertientes del asesino solitario, tampoco tiene evidencias que sugieran que el crimen fue un auténtico complot.

El propio Aguilera llamó la atención del pleno al señalar que los últimos acontecimientos ocurridos en la Procuraduría General de la República (PGR) -la destitución de Antonio Lozano Gracia y las sospechas que se ciernen sobre su fiscal especial Pablo Chapa Bezanilla- ``han permeado dramáticamente la credibilidad de los mexicanos en relación con las instituciones de procuración de justicia''.

Heriberto Lizárraga, diputado sonorense, calificó de ``triste y desesperante saber que hasta ahora van ganando quienes lo mandaron matar. Para ellos, día que pasa es confusión que se acumula. Es un disparo más que se acierta. Es una gota de sangre que se derrama''.

Argumentó luego que para los asesinos intelectuales de Colosio, ``el triunfo es el cansancio, la resignación y el olvido; desviación es avance y es cosecha; es justicia que se desvanece''.

A su vez, Eduardo Amador Cárdenas Lebrija, del PAN, demandó replantear el proceso y absolución que se siguió contra Othón Cortés Vázquez, al que la Procuraduría en manos de su correligionario Antonio Lozano Gracia acusó de ser el segundo tirador.

Explicó: ``las investigaciones realizadas por Chapa enmarcaron líneas que aportan elementos para determinar que fue un complot. Si bien no se ha podido concluir de manera contundente la responsabilidad de otros participantes, además de Mario Aburto (asesino material confeso y condenado), existen datos y pruebas en el expediente que permiten sostener que se trata de una acción concertada''.

Más adelante señaló que de lo hasta ahora hecho por González Pérez, al PAN no lo convencen ni la metodología empleada ni las conclusiones a las que, mediante la primera, se ha llegado. ``Los escasos resultados que aporta contrastan con el nutrido grupo de colaboradores que integran la Fiscalía Especial'', apuntó.

Ezequiel Flores fue el diputado que fijó la posición del Partido del Trabajo, que resultó la más crítica. El legislador argumentó que después de todos los interrogantes que continúan sin despejarse en el caso Colosio, los petistas tienen la impresión de que no ha existido ni existe la upuesta voluntad política del poder para aclarar el crimen y castigar a los culpables materiales e intelectuales.

Según Flores, es evidente que los personajes de las más altas esferas políticas que han declarado sobre el hecho no han dicho todo lo que saben. ``Hemos sabido de expresiones públicas que lo mismo sugerían a Colosio arreglar sus relaciones con el entonces presidente (Carlos) Salinas -esto se asienta en una carta enviada por Ernesto Zedillo al entonces candidato-, que expresiones que relacionan el crimen a pugnas de poder o que suponen que puede estar vinculado con afectaciones a intereses del narcotráfico''.

Para el legislador, detrás de todas estas situaciones hay un elemento constante

de la mayor importancia: la descomposición del sistema político mexicano y la lucha entre dos proyectos, neoliberal y estatista.