El álbum de fotos que da cuenta del estado actual del conflicto chiapaneco y de la lucha indígena en nuestro país muestra un confuso y violento paisaje. En Chiapas, la militarización y el desgobierno hacen crecer día a día la lista de indígenas muertos y heridos. Más de mil personas han sido asesinadas desde febrero de 1994, en lo que el canciller Gurría dijo que era apenas una guerra ``de Internet''. La muerte no ha distinguido a evangélicos de católicos. Las víctimas son pobres, indios y campesinos. De la multitud de instantáneas que dibujan el mapa actual, tres muestran distintas aristas del conflicto: racismo, demagogia y la crisis de la Cocopa.
Uno: marcha indígena
El domingo 16 de marzo, Reforma publicó una fotografía de la movilización que huicholes y nahuas realizaron en Guadalajara un día antes, exigiendo el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés. En el pie de foto puede leerse: ``Con la vestimenta tradicional y los rostros evidenciando su participación reciente en la ceremonia del peyote...''. Sin embargo, nada en la imagen gráfica muestra ``su participación reciente en la ceremonia del peyote'' o en la de ningún otro rito similar. El pequeño comentario que informa del evento no dice nada, empero, de que una movilización indígena de esta naturaleza no tiene precedente en la historia reciente de esa ciudad del Occidente. Lo que el redactor de la nota recuerda y lo que olvida tiene un sesgo racista. Imaginemos, por un momento, una instantánea de un grupo de prominentes políticos oficiales comiendo en ``El Danubio'' de la ciudad de México y un pie de foto que señale: ``Con la vestimenta tradicional y los rostros evidenciando su participación en la ceremonia de la cerveza y el vino blanco...''.
Dos: medalla al mérito priísta ``Humberto Roque Villanueva''
La iniciativa de reformas constitucionales en materia de derechos y cultura indígena elaborada por la Cocopa fue vetada por el gobierno federal. Encabezados por el jefe del Ejecutivo, distintos funcionarios y abogados en la nómina de éstos, señalaron, sin demostrarlo nunca, que la propuesta de los legisladores balcanizaba al país y que pretendía crear fueros para los indígenas. Curiosa ironía porque no hay nada en lo pactado en San Andrés que hable de fueros y, sin embargo, éstos han formado parte de las reivindicaciones del PRI.
En la página 16 del documento ``El Proyecto Político del PRI para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas'', elaborado por el CCR-PRI y fechado en febrero de 1996 se indica: ``La demanda indígena concreta en este campo es La creación de un Fuero Indígena que, articulado y concordado con el Sistema Jurídico Nacional, posibilite el ejercicio y desarrollo del derecho y las instituciones jurídicas de los pueblos indios, y su aplicación por jueces y personal indígenas''.
¿Qué han dicho los dirigentes indígenas oficialistas ante la ofensiva gubernamental en contra de las reformas? Guardar silencio, bajar la cabeza y culpar a la oposición de la confusión. En su carrera por conquistar la medalla al mérito priísta ``Humberto Roque Villanueva'', el dirigente Enrique Ku Herrera critica por igual a ``la extrema derecha incrustrada en todos los sectores del país, que a la izquierda que ``hace alarde de simplismo con propuestas ajenas a nuestra realidad...''.
Tres: el valor de la palabra
¿Cuánto vale la palabra empeñada? A juzgar por las últimas opiniones de algunos integrantes de la Cocopa, tanto como lo quiera el jefe del Ejecutivo. El primero en romper con su compromiso fue el diputado del PRI Marco Antonio Michel. Al responder en tribuna al señalamiento hecho por el legislador del PRD Juan Guerra en el sentido de que el gobierno saboteó el proceso de paz y no respetó el acuerdo de que Cocopa redactara un proyecto de reforma constitucional, señaló, sin dar una sola prueba, que el gobierno ha mantenido los planteamientos y los acuerdos a que se han llegado. Después, le siguió en turno el también integrante del PRI, el senador Oscar López Velarde, quien, sin el menor empacho, dijo que en el proceso de paz en Chiapas ``no hay engaños ni falsas estrategias gubernamentales''. Las mentiras de los funcionarios mexicanos ante el Comité de Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación Racial sobre la situación del conflicto chiapaneco, son la herramienta favorita de los sectores oficiales, incluidos algunos integrantes de la Cocopa, más preocupados por quedar bien con su jefe que por hacer honor a su palabra y facilitar el proceso de paz.
Tres imágenes, sólo tres. Y, mientras tanto, la lista de indígenas asesinados crece día con día.