Teresa del Conde
Vasarely (1908-1997)

Tres días antes de la muerte de Willen de Kooning, el 16 de marzo murió en París Víctor Vasarely, nacido en Hungría, donde hizo inicialmente estudios de medicina para después ingresar en la Academia Mühley de Budapest, considerada como secuela directa de la Bauhaus alemana. Desde estudiante se interesó en el estudio de la psicología de la percepción visual y si bien no fue hasta 1947 en que abrazó de lleno la utilización de recursos geométricos con los que dotó a sus composiciones de ambigüedad e inestabilidad virtual, hay antecedentes en su propia obra (por ejemplo un Arlequín de 1935 reproducido por Ernst Gombrich en su libro The Sense of Order) que indican su perenne impulso por demostrar los efectos ópticos.

El término Op Art fue acuñado por el escultor George Rickey en 1964, momento en el que dos curadores del Moma, New York (Peter y William Seitz) preparaban una exposición que hizo historia, The Responsive Eye, inaugurada al año siguiente. Sin embargo, fue Josef Albers mediante sus cursos sobre teoría del color y experimentación óptica en la Bauhaus alemana, quien proporcionó los primeros antecedentes en este movimiento del siglo XX que se ha bifurcado en varias ramas.

Lo que digo respecto a Albers sucedía a fines de los años veinte, pero el arte fincado en juegos ópticos que se logran con base en pares de opuestos que se ven disturbados por ondulaciones paralelas cuenta con múltiples ejemplos en varias culturas. Hay cientos de mosaicos romanos así realizados, como hay asimismo notables piezas de arte tribal configuradas de similar manera. El fenómeno es lógico: la estructura de la retina tiende a crear variables ilusionistas y la tendencia a perseguirlas puede ser tan vieja como la conciencia.

Vasarely obtuvo el Grand Prix en la Bienal de Sao Paulo en 1965, mismo año de la exposición del Moma antes mencionada. El cenit de su fama data de esos años y se extiende a los setenta, pero su amplia producción serigráfica le valió críticas, ya que se le acusó de excesiva comercialización. Esto cesó debido en parte a que se recordaron y se le reconocieron sus méritos como investigador en el Groupe de Recherche d'Art Visuel. En el resurgimiento de su estrella también debe haber influido el uso que del arte óptico hicieron algunos artistas Pop a todo lo largo de la década de los sesenta. De otra parte, el nuevo conceptualismo geométrico (Neo-Geo) de los años ochenta tiene allí en mucho mayor medida uno de sus abrevaderos.

Víctor Vasarely tuvo el buen tino de situar la fundación que lleva su nombre en las afueras de Aix-en-Provence, sitio sacralizado para el arte porque allí vivió Cézanne larguísimos años y allí murió, en 1906. En ese y otros lugares, Vasarely llevó sus diseños al volumen, por ejemplo en el pabellón francés de la exposición mundial de Montreal (1967). La Universidad de Caracas cuenta con un mural suyo en cerámica y aluminio que debe haber influido en la génesis del cinetismo venezolano. Fue realizado hacia 1954, antes de que Cruz Díez, Jesús Rafael Soto y otros artistas de ese país se impusieran como figuras internacionales. Además de fungir como museo donde se exhiben obras de Vasarely, la fundación de Aix lleva el elenco completo de sus gráficas que, por corresponder a tirajes amplios --cada ejemplar debidamente numerado y firmado-- pueden todavía adquirirse allí a precios relativamente accesibles. Lógicamente hay series ya agotadas.

Desde mi punto de vista, quien más lejos y con mayores resultados ha perseguido la tendencia Op es la artista británica Bridget Riley, quien opta por recursos parecidos a los de Vasarely, pero de una manera poco convencional, produciendo interferencias que como la famosa espiral de Frazer (que no es una espiral, pero se ve como tal) cuestionan la relación perceptiva del espectador con la pintura.