La Jornada 24 de marzo de 1997

Exige Rivera aplicar la ley a quienes izaron la bandera al revés

Alma E. Muñoz Ť Norberto Rivera, arzobispo primado de México, exigió a la Secretaría de Gobernación aplicar la ley a quienes izaron la bandera con el escudo nacional al revés y a media asta el 21 de marzo en la catedral metropolitana.

Consideró un abuso que sean efectivos del Ejército Mexicano quienes enarbolen la insignia nacional en el templo cuando eso ``corresponde'' a ellos. Por su parte, el canónigo Luis Avila Blancas, encargado de la catedral, reiteró que miembros de Guardias Presidenciales cometieron el error, y denunció que los sacerdotes deben pedir permiso a Palacio Nacional para subir a las bóvedas o bajar a las criptas del inmueble.


Norberto Rivero bendice las palmas con motivo del Domingo de Ramos,
en la catedral metropolitana.
Foto: Ernesto Ramírez

A su vez, el maestro de ceremonias del centro religioso, padre Luis Felipe García, comentó que el día de los hechos el regente capitalino, Oscar Espinosa Villarreal, visitó el lugar, acompañado de sus guardias y ``ni siquiera él se dio cuenta de la falla''.

Los religiosos informaron que desde hace cuatro años el izamiento de la bandera en el templo quedó a cargo de la Presidencia de la República y, por lo tanto, ``la Iglesia no tiene intervención en este asunto''.

En nombre de la Iglesia, Norberto Rivera aplaudió que la Secretaría de Gobernación abriera un expediente para conocer por qué la bandera se colocó de manera invertida y quién violó la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales.

``Qué bueno que hagan la investigación a fondo y los responsables den cuenta de ello. Pedimos que si de verdad se sienten ofendidos, la ley se aplique y no nada más a la Iglesia se le quiera aplicar'', añadió.

Mientras tanto, miembros de la seguridad del templo, ubicados en la calle de Guatemala, sostuvieron que el día de los hechos se presentaron dos personas del Departamento del Distrito Federal para izar la bandera, acompañados de soldados, y fue hasta después del mediodía cuando regresaron para acomodar el lábaro patrio.