Antonio Gershenson
Reservas: el petróleo y el gas

No es suficiente, cuando hablamos de reservas, hacerlo sólo con el total de hidrocarburos. Es especialmente importante considerar por separado las reservas de petróleo de las del gas asociado al mismo. La principal razón es el hecho de que es la presión del gas la que hace salir al petróleo crudo del subsuelo.

Como hemos visto, la nueva evaluación, más precisa, de las reservas de Pemex en la Sonda de Campeche, ha mostrado que buena parte de las reservas antes consideradas como probadas, no eran tales. Podemos precisar un poco más. Conforme a la versión anterior, las reservas probadas de crudo en esa región al pasado 1o. de enero, fueron de 22 mil 963 miles de millones de barriles; las llamadas reservas totales resultaron, con la nueva evaluación, de 20 mil 346, de las cuales una parte no estaba probada sino que era sólo probable, o incluso posible.

De esas cifras se desprende que, de las reservas de crudo antes consideradas como probadas, 34.7 por ciento no lo estaban; poco más del 20 por ciento no eran probables, y 11.4 por ciento de plano no eran posibles. Pero del gas natural, no era posible el 51 por ciento de las reservas antes consideradas como probadas, y no estaba probado el 61.5 por ciento.

Es cierto, como se informó, que las reservas probadas de hidrocarburos (conforme a la metodología antigua, pues la nueva evaluación sólo se ha aplicado hasta ahora a la Sonda de Campeche) bajaron 1.8 por ciento a lo largo del año pasado. Pero mientras que las de crudo descendieron sólo 0.2 por ciento, las de gas natural disminuyeron en 5.5 por ciento. Es más, como la producción de gas aumentó, la reducción en años de reserva fue mayor. También fue más importante la reducción en reservas de gas asociado al crudo, pues el gas no asociado, que está en yacimientos que no contienen crudo, tuvo incluso un aumento en el volumen de reservas.

Ya con la nueva evaluación, y hablando de la Región Marina, si sólo consideramos el petróleo crudo las reservas equivalen a 19 años de la producción de crudo de 1996. Pero si vemos por separado al gas asociado que está impulsando a ese crudo hacia la superficie, las reservas probadas equivalen a siete años y medio de la producción de 1996.

Todo esto nos está mostrando que uno de los problemas de la extracción del crudo en esa zona, de la que salen las tres cuartas partes de la producción nacional, está en la insuficiencia de gas natural para impulsar el crudo hacia el exterior de los yacimientos. Eso nos explica la gran inversión que se anuncia para el yacimiento Cantarell, el más importante.

Pero también nos muestra que no vamos a poder depender por mucho tiempo para el abasto de gas del extraído en esa región. Está por verse aún el efecto de la revaluación de las reservas de gas en la Zona Sur, que produce poco más de la mitad del gas asociado del país. Si va a ser necesario incluso reinyectar gas, como se hace en otros lugares del mundo, es evidente que el gas destinado al consumo se va a reducir por dos lados: el que se reinyecte, y el que suministre la energía para la inyección y los otros procesos de la rehabilitación del yacimiento.

Es por eso importante, e incluso urgente, que se destinen más recursos a la comprobación de reservas. En la parte Suroeste de la Sonda, en la que hay más proporción de gas mezclado con el crudo extraído, los años de reservas probadas de gas ya son sólo cuatro.

Entre las zonas nuevas a explorar está la llamada Cuenca Salina en el norte del Golfo de California. Se había ya perforado en esa zona, se había encontrado gas económicamente explotable; pero se consideró que las plataformas darían más utilidades, por supuesto en el corto plazo, si se llevaban todas a la Sonda de Campeche, y así se hizo. Ahora esa zona importa todo su gas natural, y es la parte del país con más alto ritmo de aumento en el consumo de energía. El problema no es que se comercie con el exterior, sino que se dependa de un recurso estratégico, que si llega a faltar paralizaría a la economía en su conjunto.

Otra área a desarrollar, ésta para crudo, es la de aguas más profundas de la misma Sonda. En general, no es ya posible que se siga exprimiendo a Pemex un dinero fácil para el fisco, es preciso dejarle lo necesario para cumplir sus funciones y para poder garantizar el abasto de los energéticos que produce y que son los que, en gran medida, mueven al país.