La Jornada 22 de marzo de 1997

Investiga el fiscal del caso Colosio la ruta de custodia de Mario Aburto

Juan Manuel Venegas, Ciro Pérez Silva y Roberto Garduño E. Ť Está consciente de que su trabajo radica en reconstruir y revisarlo todo, y dentro de su inmediata tarea le interesa dilucidar ``la ruta de custodia de Mario Aburto Martínez''.

Bonachón, sin aspavientos --nada que ver con el apesadumbrado Montes, la esquiva Islas o el misterioso Chapa--, el cuarto fiscal del caso Colosio, Luis Raúl González Pérez, advierte que toda la escena del crimen en Lomas Taurina fue alterada desde el principio, y personajes y hechos que debieron haber sido investigados fueron omitidos por sus antecesores. Su equipo --reconoce-- apenas está desarrollando esas líneas de trabajo.

Destaca, entre ellas, la ruta de custodia de Mario Aburto; la identidad del sexto pasajero en el avión que trasladó al homicida de Tijuana; la actuación de Jorge Antonio Sánchez Ortega; quiénes videograbaron el mitin; quiénes y por cuánto tiempo interrogaron a Aburto, y la estancia de éste, por más de nueve horas en las instalaciones de la Policía Judicial Federal en el Distrito Federal, antes de ser recluido en Almoloya.

En entrevista con La Jornada, a siete meses de haber asumido la responsabilidad de la fiscalía especial del caso Colosio, González Pérez subraya que de entre las 17 líneas de investigación pendientes de desarrollar, le interesa avanzar en lo que llama ``la ruta de custodia de Mario Aburto Martínez''.

Existen muchas lagunas y no hay informes precisos de dónde estuvo Aburto antes de ser trasladado al penal de Almoloya y quiénes realmente lo interrogaron:

``Primero, estamos tratando de averiguar, a ciencia cierta, quién lo interrogó en el trayecto de Lomas Taurinas a la delegación de la PGR. Segundo, quiénes lo interrogaron en la delegación. Tercero, confirmar si efectivamente lo sacaron de la delegación y lo llevaron a la zona de playas. Cuarto, a qué interrogatorios fue sometido en el traslado de la delegación al aeropuerto. Quinto, cuáles fueron los interrogatorios en el vuelo a México, y sexto, quiénes lo declararon durante su estancia en el edificio de la Policía Judicial Federal'', indica.

Absolutamente nada de lo anterior quedó claro en las investigaciones pasadas, dice González Pérez, y pone como ejemplo el hecho de que ``nadie se haya ocupado de resolver la incógnita del sexto pasajero del avión en el que trasladaron a Aburto, de Tijuana al Distrito Federal, a pesar de que todo mundo sabía de su existencia''.

Estoy de acuerdo --agrega-- en que ese solo dato no resuelve una investigación de esta magnitud, ``pero entonces yo me pregunto, ¿cuál fue la razón que tuvieron para haber ocultado tanto tiempo el nombre de esa persona?''

--¿Qué han dicho de eso, cuando usted les ha preguntado?

--Montes e Islas dicen que supieron de un posible sexto pasajero, pero que enfocaron su investigación a otras líneas de trabajo. Lo curioso es que Islas lo deja como una línea de investigación abierta y recomienda seguirla. Chapa, de plano, no nos dio ninguna información y tuvimos que hacer nuestras propias pesquisas, comprobando que ese sexto pasajero fue el doctor Armando Paniagua Michel.

Otro dato ``importante'' en el que nadie reparó es la existencia del cassete que existe de un interrogatorio a Aburto, ``que nosotros, por el momento y por el ruido que se escucha, presumimos que se llevó a cabo en el avión. No hemos podido identificar la voz de quién interroga y nos interesa porque hay algunas frases preguntándole a Aburto cosas como, ¿cuando lleguemos a México a quién te gustaría ver?''

Para el fiscal, ``todo esto resulta de mucha importancia y nadie abundó en ello y por eso lo extraño de las omisiones, porque el doctor Paniagua debe saber quién y cuántas veces interrogaron a Aburto en el avión y qué dijo el homicida'', precisa.

En la ruta de custodia de Mario Aburto, el fiscal González Pérez descubre otro clavo suelto de vital importancia: el traslado del asesino confeso, de la delegación de la PGR al aeropuerto de Tijuana. ``Aquí existen serias sospechas de que quienes lo trasladaron se detuvieron, y creemos que pudieron también haberlo interrogado (...) y sabemos que también iba ahí el doctor Paniagua'', asegura.

--¿Ya tienen ustedes algún resultado?

--Aún no, estamos en la etapa de determinar otros personajes, lugares y momentos. Queremos ver si hay vinculación. Pero insisto, todos estos elementos se omitieron e indudablemente afectaron el inicio de una investigación.

Durante la estancia de Aburto en la sede de la PJF, González Pérez cree que las aproximadamente nueve horas que estuvo ahí, también debió haber sido interrogado.