La corrupción de los tecnócratas salinistas, que hoy encabeza formalmente Ernesto Zedillo, ha sido el medio por el cual el gobierno estadunidense ha logrado la entrega de los recursos del país al capital trasnacional, de ahí el encubrimiento que les sigue brindando Washington a pesar de los escándalos que asombran a los mexicanos.
1. El gobierno de Zedillo ha encontrado en la propaganda su principal instrumento de gobierno, pero el problema hoy en día es que nadie le cree, porque la realidad la contradice todo el tiempo.
2. A fin de enfrentar la embestida de los congresistas de EU, el propio Zedillo ha tenido un doble lenguaje: ante Clinton ha aceptado todo género de concesiones que atentan contra la soberanía nacional y los fundamentos de nuestro régimen constitucional, pero para los mexicanos no ha tenido más que un discurso de autopropaganda, pretendiendo que ha roto con Carlos Salinas y su grupo, y presentándose como un defensor de los intereses de México y de la legalidad y como un gobernante honesto que está investigando los crímenes del salinismo y desea la paz negociada en Chiapas y en el país, lo que nadie cree.
3. Los textos de Los Pinos sólo muestran que Zedillo se halla a la defensiva y sin respuestas a las preocupaciones de los mexicanos. Sus declaraciones, entrevistas y discursos no pasan de ser actos de autoelogio, que no consiguen más que ahondar el deterioro de la imagen de un gobierno que ha comprometido la soberanía nacional y se halla inmerso en la más escandalosa corrupción. La propia revista Time (10-III), en un número en que hablaba de los lazos del ``clan Salinas'' con el narco, se veía obligada a reconocer que la mayoría de los mexicanos desconfía en extremo del gobierno de Zedillo y de él en lo personal.
4. En materia de honestidad pública la divisa zedillista es ya conocida: ``la corrupción son los otros''. La más patética de las respuestas ``de Zedillo'' a la andanada de Washington de 1997 es en relación a la depuración de la administración pública: buscando chivos expiatorios en el Ejército y encubriendo a los salinistas.
5. ¿Puede tener credibilidad alguna la PGR cuando hace exámenes antidoping a su personal pero no somete a los mismos a los miembros del gabinete? ¿Cuándo se detiene a algunos militares pero se deja libres a civiles con mayor responsabilidad en el narcosistema mexicano, como el aventurero francés Joseph-Marie Córdoba, quien según publicó El Financiero (16-III) vive en Guadalajara en una residencia que le facilita un capo del narcotráfico?
6. ¿Puede haber una lucha contra el narcotráfico en México, cuando se ha procesado a Carlos Salinas, quien en todos los testimonios aparece como la figura clave del narcopoder en México? ¿O cuando éste sigue teniendo un poder político determinante y varios de sus hombres de confianza vinculados al narco son miembros del gabinete ``de Zedillo'' o gobernadores?
7. ¿Puede haber un Estado de derecho cuando Carlos Salinas y sus incondicionales siguen disfrutando del dinero mal habido y controlando al sector financiero del país y a algunas de las más importantes empresas? ¿Cuando se sigue haciendo pagar a los mexicanos el precio de sus ilícitos y nada se hace para recuperar esos miles de millones de dólares para México? ¿O cuando el propio Zedillo no ha podido aclarar por qué razón encubre a Salinas, y subordina la aplicación de la Ley a un acuerdo entre ellos dos?
8. La respuesta de Zedillo a Diego Fernández de Cevallos, luego de que éste lo evidenciara en 24 Horas por su propiedad (no declarada) en Playa Diamante de Acapulco (18-III), no podía ser más desafortunada. Lo que Diego señalaba en el fondo es que los priístas son tan corruptos como él, y Zedillo hizo una alharaca al calificar el señalamiento como ``una calumnia'' (19-III) pero sin poder refutarlo, como lo mostró Reforma al publicar la foto de su lujosa villa acapulqueña (20-III).
9. Los tecnócratas salinistas utilizaron con el PAN la política llamada ``de la crinolina'', que ellos adoptaron preconizando que el político ``moderno'' no debe tener temor a ensuciarse con la corrupción mientras no se vea, esperando que al corromperse los panistas desarrollaran una complicidad con ellos, pero ahora ésta se les está revirtiendo al deteriorarse la relación entre Zedillo y la cúpula blanquiazul. La crinolina o miriñaque sirve ahora ya de muy poco.
10. La entrega del país no podrá detenerse si no se pone un alto a la impunidad de quienes gobiernan. Y esa es una responsabilidad de la sociedad civil.