La Jornada 21 de marzo de 1997

Respaldan el arzobispo Rivera y Nuevo criterio la posición de Samuel Ruiz y Raúl Vera sobre la detención de jesuitas y la crisis estatal

Alma E. Muñoz Ť El arzobispo Norberto Rivera Carrera lamentó el encarcelamiento de los jesuitas José Luis Gonzalo Rosas Morales y Jerónimo Alberto Hernández López, así como el hecho de que los acontecimientos en Chiapas ``se sigan politizando y que nuestros hermanos indígenas sigan sumergidos en sus ancestrales problemas''.

En una misiva enviada el 12 de marzo al obispo coadjutor de Chiapas, Raúl Vera, cuando aún estaban detenidos los jesuitas, Rivera ofreció su apoyo al obispo Vera después del enfrentamiento verbal que éste tuvo con la Secretaría de Gobernación por las denuncias sobre violaciones a derechos humanos en Chiapas, y pidió programas concretos de desarrollo para la zona.

Creo que el camino ``de una mayor apertura al diálogo, es el camino que abrirá nuevos horizontes en los conflictos. Pido a Dios que además del diálogo lleguen a Chiapas programas concretos de desarrollo en favor de nuestros hermanos indígenas para atacar la pobreza y la marginación en que viven. Sería lamentable que los acontecimientos se sigan politizando y que nuestros hermanos indígenas sigan sumergidos en sus ancestrales problemas'', destaca la carta.

Por otra parte, el órgano oficial del Arzobispado, Nuevo Criterio, señaló en su editorial: ``hay quienes consideran que la actividad de don Samuel Ruiz, obispo de San Cristóbal desde hace más de 33 años, es uno de los más graves problemas de ese estado del sureste mexicano'', y se pregunta cuál es el verdadero problema de Chiapas, ¿la actuación de la Iglesia o los reclamos que a través de ella se expresan? Enjuicia, además, si el Estado mexicano debe combatir a un clero comprometido o una situación de marginación social.

``Mucho mejor haría el gobierno mexicano en abrirse a un diálogo franco con todos los actores sociales chiapanecos, incluida la Iglesia, que desplazar al Ejército para controlar algunos grupos'', señala, y califica como ``decepcionante'' el papel de Gobernación, que ``debería preocuparse por dejar de hacer acciones irresponsables y encaminarse'' a la solución en diálogo.