La Jornada 20 de marzo de 1997

TEMORES Y REFUGIOS EN PALENQUE

Matilde Pérez U., enviada, Palenque, Chis., 19 de marzo Ť De los 38 ejidos de Marqués de Comillas, localizados en 200 mil hectáreas en el corazón de la selva Lacandona y separados sólo por el río Lacantún de la reserva de la biosfera de Montes Azules, 12 agotaron ya su riqueza forestal y 20 se integraron al plan para la explotación y desarrollo sustentable de las 42 especies maderables, incluyendo caoba y cedro.

Los ejidos demandan que, al igual que a los inversionistas de plantaciones forestales comerciales, el gobierno les entregue el subsidio de 65 por ciento por costos de instalación, así como la disminución de pagos de impuestos y gravámenes aprobados para éstos, para iniciar la reforestación de mil 200 hectáreas.

Daniel Domínguez Paz, coordinador del Consejo para el Desarrollo Sustentable de la selva de Marqués de Comillas --en el que participan 927 ejidatarios--, asegura que los ejidos ya declararon como áreas forestales permanentes de 40 a 50 mil hectáreas, las cuales explotarán racionalmente en los próximos 20 años.


Fauna de San Lorenzo, Palenque. Foto: Ernesto Ramírez

Acompañado por representantes de la mayoría de los ejidos y Yocundo Acoxpa, responsable del citado programa, Domínguez Paz indica que se han deforestado 80 mil hectáreas en 20 años de colonización de la región. Sin embargo, aclara que ellos no son los destructores de Montes Azules, como lo denuncian los grupos de ecologistas.

La veda que impuso el ex gobernador Patrocinio González Garrido provocó que se abrieran grandes superficies a la agricultura y ganadería. En 1994, por el surgimiento del EZLN, el gobierno otorgó permisos para el aprovechamiento de madera muerta. Fue una medida política que se dio en un momento de crisis, sin ofrecer asesoría técnica ni ningún apoyo. ``Vendimos nuestra miseria, no la madera; los coyotes y empresarios provenientes de Colima, Guadalajara y Sonora pagaron entre 2.50 y 3 pesos la madera en pie''. De 18 comunidades se extrajeron 23 mil metros cúbicos de cedro y caoba.

A partir de 1995, explica, los ejidos nos organizamos y actualmente seis situados en las márgenes del río Lacantún --Chajul, Boca Chajul, Playón de la Gloria, Flor del Marqués, Adolfo López Mateos y Galacia-- ya tienen su plan de manejo y de impacto ambiental. Este año ya pueden extraer y vender 600 metros cúbicos de maderas preciosas y 6 mil de las llamadas corrientes.

Los ejidos Pirú, La Unión, Nueva Unión, Santa Rita, López Portillo, América Libre, La Corona, San Isidro, Reforma Agraria, Pico de Oro, Quihuichoro, La Victoria, Emiliano Zapata, Roberto Barrios y Absalón Castellanos, están a punto de concluirlo y esperan que la Semarnap les otorgue este año el permiso.

Es un proyecto ambicioso porque incluye la adquisición de aserraderos portátiles, establecimiento de microempresas, un centro de acopio y la búsqueda de mercados internacionales; ya se inició la promoción en España, Canadá, Italia, Estados Unidos y Alemania. También se pretende obtener para 1998 el llamado ``sello verde'', para optimizar los créditos y darle mayor calidad al producto, agrega Yocundo Acoxpa.

La explotación será razonable; por ejemplo de caoba se tiene previsto cortar 3 mil metros cúbicos anuales, pues esta especie tarda 30 años en desarrollarse. Se establecerán áreas de regeneración, reserva y cortable y el valor total se dividirá en 20 años, pero de éste sólo se extraerá el 26 por ciento anual, indica Acoxpa.

El proyecto es avanzar en lo que queda parado bajo un aprovechamiento integral por especie; tener un estudio de la potencialidad del suelo, para que los ejidatarios sepan qué y cómo sembrar, y un análisis de crecimiento poblacional para que se tenga el equilibrio forestal frente al crecimiento agrícola y ganadero, los cuales también tendrán que mecanizarse.

Se tiene previsto que con el uso de aserraderos móviles y el impulso de microempresas se creen de 40 a 50 empleos rurales dentro de los ejidos y además otorgar créditos máximos de 100 mil pesos por ejido para sus unidades de acopio y venta y en cuanto logre colocar en el mercado sus 250 a 500 metros cúbicos de madera pague el financiamiento, agrega.

Juan Marroquín Pérez, presidente de la Sociedad de Solidaridad Social Selva Maya del Marqués, Desarrollo Sustentable, del ejido Galacia, dice: ``Estamos dispuestos a sentar un precedente en el aspecto forestal en la región, pero si no hay facilidades ni comprensión a nuestro trabajo, nos retiraremos y ampliaremos la zona ganadera''.

De las 2 mil 600 hectáreas del ejido, 2 mil 47 son aún selva, pero ``la queremos dinámica y productiva, no estática ni estética. Si en abril, las autoridades no han definido los apoyos, nosotros nos retiramos'', concluyó.