La Jornada 20 de marzo de 1997

Multitudinario sepelio de tres de los cuatro zapatistas acribillados por la policía en El Bosque

Juan Balboa, corresponsal, San Pedro Nixtalucum, Chis., 19 de marzo Ť Cargando los tres féretros grises que desprendían un olor fétido --olor a muerte-- que inundaba el aire que respiraban miles de indígenas tzotziles, cientos de seguidores del Ejército Zapatista de Liberación Nacional penetraron hoy a este poblado gobernado por priístas y sepultaron, en su propia tierra, a los zapatistas acribillados hace cinco días por la policía de Chiapas.

Entre vivas al EZLN y al subcomandante insurgente Marcos; cánticos religiosos que se escuchaban hasta un cerro cercano ocupado por priístas y los cuerpos policiacos del estado, y el llanto de cientos de mujeres con el rostro desencajado, dirigentes del EZLN de esta región de Los Altos de Chiapas advirtieron que no permitirán ni una sola agresión más contra los zapatistas.

Justo en los momentos en que los ataúdes que guardaban los restos de Carmen González González, Fernando González Gómez y Miguel Gómez Hernández bajaban lentamente a la tierra --el cuarto, Virgilio Sánchez Gómez, fue enterrado en Chavajabal--, desde un altoparlante la voz de Enrique se escuchaba fuerte: ``No más agresiones a los indígenas, no más agresiones en contra de nuestras comunidades. Ya estamos cansados''.

Insistía: ``Nosotros somos despreciados por los gobiernos, no es la primera vez que surge esta masacre, se da en todo el estado. Policías de Seguridad Pública, judiciales, guardias blancas, todos quieren acabar con la raza indígena. Queremos decir claro: ¡Ya estamos hartos soportando estas injusticias del gobierno priísta!''

Los cuerpos de los cuatro zapatistas fueron velados desde la madrugada de este miércoles en la presidencia municipal de San Juan El Bosque, gobernado por simpatizantes del EZLN y militantes del Partido de la Revolución Democrática. Cientos de hombres se acercaban a los ataúdes grises mientras las mujeres se arrodillaban frente a los féretros y con palabras entrecortadas por el llanto hablaban a los muertos en su lengua materna.

A las ocho de la mañana, los ataúdes fueron transportados por varios compañeros de los zapatistas muertos. Recorrieron las principales calles de San Juan El Bosque --San Juan de la Libertad para el EZLN-- y entraron por la puerta principal de la pequeña iglesia una hora después.

Después, tres sacerdotes de la diócesis de San Cristóbal de las Casas concelebraron una misa. Frente al altar, los cuatro féretros cubiertos con crisantemos y veladoras encendidas a un lado, eran acompañados por cada una de las viudas. Joel Padrón, el párroco de esta región tzotzil, llamó a los indígenas a la reconciliación ``entre hermanos'' tomando el ejemplo de Jesucristo.

``Quiero decir unas palabras en nombre del Dios de la paz, quiero hablarles a la esperanza de su corazón que está hoy más que nunca lleno de dolor, de un dolor que han traído cargando por generaciones y nos empeñamos en hacerlo más grande, y quiero decirles, hermanos, que estamos aquí para celebrar la resurrección de nuestros hermanos.

``No hace falta abrir los ojos para ver que el dolor aumenta en lugar de que podamos ofrecerles un poco de consuelo; pero lo más tremendo es que frente a este dolor aumentan las armas. No hay explicación para ello. He podido decirlo ya muchas veces a quienes administran el poder, por qué más y más armas frente al dolor del pueblo más pequeño.

``Ante esto, Jesucristo nos da la respuesta y El no se equivocó: hay muchas armas que apuntan sobre el pueblo más pequeño, sobre el más indefenso, sobre el que más ha sufrido y lo vemos aquí. Sólo el perdón puede vencer a esas armas y todas las que puedan venir'', explicó Joel Padrón en la consagración llamada por muchos la misa de la reconciliación.

A las 11:30 horas, la caravana de vehículos llegó a la entrada de San Pedro Nixtalucum, en donde se había apostado un numeroso grupo de policías de Seguridad Pública, que fue transportado por dos camiones con placas 2651 y 2656. Dos horas después, 15 hombres habían cavado las tres tumbas bajo la vigilancia de los priístas que en ningún momento se movieron de un cerro ubicado al frente del panteón ejidal.

Las viudas depositaron un puño de tierra sobre las tumbas a las 14:00 horas, y Reynaldo González señaló: ``Verdaderamente ustedes son hijos de Dios y por eso tienen derecho a la resurrección''.

Luego, el síndico del ayuntamiento popular habló sobre la matanza perpetrada por las policías de Chiapas: ``Aunque el gobierno lo niegue, ustedes, hermanos, fueron asesinados por la policía con balas disparadas desde un helicóptero y desde los camiones de la Seguridad Pública''.