La Jornada 19 de marzo de 1997

Descarta el Senado de EU vetar la certificación

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 18 de marzo Ť El Senado de Estados Unidos abandonó esta noche la opción de revertir la certificación a México y propuso a la Casa Blanca una resolución que obligaría al presidente Bill Clinton a rendir un informe al Congreso antes del 1 de septiembre de 1997, sobre los avances logrados en diez rubros específicos de la cooperación mexicana antinarcóticos, según un borrador confidencial de esta última versión legislativa conocida por La Jornada.

``El senador Coverdell y yo acabamos de tener una larga plática con el general McCaffrey'', afirmó la senadora Dianne Feinstein alrededor de las 18:30 horas. ``Hemos presentado algunas sugerencias que pensamos deberían cerrar este asunto con un acuerdo. Esperamos conocer la respuesta de ellos (la Casa Blanca) antes de las diez de la mañana'' de este miércoles.

Según el borrador de la resolución propuesta esta noche, el Congreso también reafirma su derecho, en un plazo de dos semanas después de que el presidente rinda su informe en septiembre de votar su aceptación o rechazo del mismo. Pero aun si el Congreso vota a favor de rechazarlo no se prevén consecuencias negativas para México.

La decisión de esta noche es un triunfo mayor para el gobierno de Bill Clinton (así como para el gobierno de México), que había advertido de consecuencias severas si el Congreso aprobaba una descertificación. Menos de una semana después de que la Cámara de Representantes aprobó una resolución para revertir la certificación otorgada a México por Clinton, a menos que el vecino país demostrara ``progreso'' en seis rubros de su lucha antinarcóticos en un plazo de 90 días, el Senado está vetando esta decisión.

``Es el sentir del Congreso que se ha dado un progreso inefectivo e insuficiente para detener la producción en, y el tránsito a través de México de las drogas'', indica el borrador en su última versión del día (a las 18:00 horas) obtenido por La Jornada.

El borrador inicia con una serie de 18 ``conclusiones'' que incluyen referencias al problema de las drogas ilícitas en Estados Unidos, al cultivo de drogas en México y la capacidad de los cárteles para operar con impunidad en México, en particular las organizaciones de Ciudad Juárez y Tijuana.

``Hay evidencia de una corrupción significativa afectando a las instituciones del gobierno de México (incluyendo a la policía y los militares)'', señala el borrador de la resolución, que también incluye una referencia a la corrupción en Estados Unidos.

El centro de la propuesta, apoyada por los senadores Feinstein, Paul Coverdell, Jesse Helms y Kay Bailey Hutchison, es un llamado a que Clinton rinda un informe sobre el ``progreso'' logrado por México entre marzo y septiembre del año en curso en diez áreas particulares, incluyendo el desmantelamiento de los cárteles de la droga y el enjuiciamiento o extradición de sus líderes, mejoras en el financiamiento y despliegue de las fuerzas binacionales de tarea fronterizas, la plena implementación de leyes de control de lavado de dinero y sobre el crimen organizado, verificación de funcionarios antinarcóticos, la remoción de funcionarios corruptos y el fortalecimiento de la cooperación bilateral marítima y aérea.

``La administración Clinton ha presionado al máximo a estos senadores, incluyendo que Mac McLarty (asesor especial de la Casa Blanca para América Latina) telefoneara a algunos senadores a sus casas para cabildear sobre este asunto'', informó a este diario un asesor legislativo. Ayer por la noche funcionarios de la Casa Blanca, el Departamento de Estado, el Departamento del Tesoro y el FBI se reunieron con senadores claves y presentaron cuatro páginas de anotaciones para integrar una resolución negociada. La Casa Blanca argumentó que el Congreso más bien debería formular un marco de las áreas que le preocupan en torno a la cooperación bilateral antinarcóticos, permitir que el presidente les informe dentro de 120 días y que el Congreso desista de tomar acción hasta que se repita el proceso de certificación en 1998.

En esa reunión los representantes de la administración Clinton subrayaron las dificultades que enfrentaría el presidente Ernesto Zedillo al tener que aceptar cualquier condicionamiento impuesto desde Estados Unidos antes de las elecciones de julio en México, e insistieron que cualquier informe sobre lo logrado por México debería ser conocido después de este periodo electoral. Funcionarios estadunidenses comentaron que durante la sesión también alegaron que cualquier demanda legislativa a México en torno de la cooperación en un asunto particular, obligaría de hecho que el presidente Zedillo la rechazara porque sería percibido como subordinándose a la presión estadunidense. Después de que senadores y altos funcionarios se retiraron, sus asesores trabajaron casi hasta la una de la mañana redactando una nueva versión del borrador de la propuesta consensada. Varias versiones más de este borrador fueron preparadas esta mañana con una versión finalmente presentada a altos funcionarios y senadores a la una y media de la tarde (la embajada de México también recibió copia de esta versión).

El borrador final, una versión más, fue presentado a la Casa Blanca esta noche e incluye algunos elementos de las versiones anteriores, incluyendo referencias al problema de la droga en Estados Unidos, pero no hace referencias particulares al tráfico de armas en Estados Unidos. Se informa que funcionarios de la Casa Blanca están descontentos con partes del texto que califica el progreso de México como ``inefectivo e insuficiente'', así como por la provisión que permite que el Congreso vote sobre qué tan ``adecuado'' es el informe que rendiría el presidente si esta versión es aprobada.

El líder de la mayoría en el Senado, Trent Lott, comentó esta noche que la resolución podría someterse a la votación del pleno el miércoles por la tarde. Pero la senadora Feinstein advirtió que si la Casa Blanca no acepta esta última propuesta, ella y varios de sus colegas, probablemente Helms y Alfonse D'Amato, aún podrían someter a votación una resolución de descertificación. Los promotores de tal propuesta conceden, sin embargo, que una resolución por la plena descertificación de México no contaría con la mayoría en este momento.

Los participantes en esta inusual negociación de alto nivel durante las últimas 24 horas informan que los argumentos más fuertes presentados por la administración Clinton han sido que una descertificación podría debilitar a un aliado vital justo en el momento de una elección crítica en el vecino país. Además, un participante informó a estos corresponsales que los representantes gubernamentales advirtieron: ``estamos a punto de perder toda nuestra cooperación; estamos al borde del precipicio''.