La Jornada 17 de marzo de 1997

Huyen a la montaña setenta familias por temor a soldados

Juan Balboa, corresponsal, Serranía de San Juan El Bosque, Chis., 16 de marzo Ť El presidente municipal del gobierno popular integrado por zapatistas y perredistas, Agustín Alvarez Gómez, denunció que el Ejército Mexicano intenta instalar campamentos en varias comunidades de la zona en donde existe presencia de civiles del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Confirmó que cerca de 70 familias se encuentran refugiadas en la serranía y aseguró que elementos de los cuerpos policiacos de Chiapas continúan hostigando a las familias zapatistas de San Pedro Nichtalucum.

``Están llegando más Ejército Mexicano y policías de Seguridad Pública para apoyar y resguardar a más priístas; si esa gente sigue llegando puede ser que llegue a provocar más problemas, es lo que no queremos'', asegura Alvarez Gómez, quien encabeza el ayuntamiento popular de San Juan El Bosque, que no es reconocido por el gobierno y el Congreso del estado y que está integrado por civiles del EZLN y militantes del PRD.

En la entrevista, el presidente municipal insiste en que la población rechazará la presencia del Ejército en los municipios de El Bosque, Simojovel y Bochil porque ``sólo viene a darnos más problemas'', además, dice, traerá alcoholismo, prostitución y muchos problemas a las comunidades.

De los cuatro civiles zapatistas confirmados que fueron acribillados el viernes pasado por la Policía de Seguridad Pública del Estado, uno de los más viejos --80 años-- del ejido San Pedro Nichtalucum, don Miguel Gómez Hernández, no sólo fue atacado con armas de fuego sino también su cuerpo fue destrozado por la camioneta de la policía y hasta el sábado por la noche aún permanecía en una de las casas de ese ejido gobernado por adventistas y prebisterianos del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

El gobierno popular de El Bosque, los 66 padres de familias simpatizantes del EZLN desplazados a la serranía de este municipio de Los Altos de Chiapas, las viudas entrevistadas con rostros de miedo y las autoridades perredistas de San Pedro Nichtalucum, todos sin excepción, coinciden: ``Nos llovió tiros del cielo y de la tierra''.

A las 10 de la mañana del viernes, un helicóptero artillado empezó a disparar sobre los indígenas que bloquearon la carretera; abría paso a una centena de elementos policiacos que intentaban a la fuerza trasladar a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez a seis militantes zapatistas. En dos minutos fueron muertos tres zapatistas --Fernando González Gómez, Carmen González González y Juan N--, uno más fue herido por una bala -Miguel Gómez Hernández-- y rematado por el chofer de la camioneta de la policía al pasar sobre una parte de su cuerpo.

En total, cuatro simpatizantes del EZLN fueron muertos; cuatro zapatistas resultaron heridos y 29 más detenidos y trasladados a la capital chiapaneca. La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) informó que seis policías resultaron con heridas. Ni un solo priísta sufrió rasguño alguno.

El helicóptero no sólo agredió a los indígenas zapatistas que bloqueaban la salida a la comunidad, sino también disparó sobre vehículos que se encuentran en la zona. A cinco kilómetros de San Pedro Nichtalucum, Miguel Núñez Ruiz transportaba en su camioneta (placas CV33912) a diez personas a la cabecera municipal de Bochil. Sobre su cabeza voló el mismo helicóptero, ``no sabíamos que pasaba'', recuerda, ``sólo empezamos a sentir disparos desde arriba; paré y todos nos tiramos al monte''. La camioneta tiene diez orificios de bala, dos de ellos se encuentran a la mitad del parabrisas.

Los zapatistas abandonaron San Pedro Nichtalucum

Las 70 familias simpatizantes del EZLN abandonaron desde el pasado viernes el ejido de San Pedro Nichtalucum. La mayoría se encuentra refugiada en comunidades de la serranía de San Juan El Bosque, entre los municipios de Bochil y Simojovel. Se esconden entre los árboles para evitar que sean localizados por el helicóptero del gobierno de Chiapas que sobrevuela desde el viernes las comunidades zapatistas.

``Mire señor licenciado, ya nos mataron la policía a nuestros esposos, qué vamos hacer'', habla en tzotzil Petrona López López en los momentos que se enjuga las lágrimas, es la mujer del viejo Miguel Gómez Hernández, cuyo cuerpo aún se encontraba tirado en el ejido.

Durante la entrevista, el helicóptero del gobierno de Chiapas sobrevoló en tres ocasiones el lugar donde se encontraban los desplazados. Cada vez que escuchan que el aparato se acerca, tres de las cuatro viudas --Petrona López López, Hilda Vázquez Sánchez y Julia Méndez-- se transforman: sus caras reflejan miedo: corren a ocultarse en una vieja casa y un concierto de llantos inunda el lugar de la plática con los periodistas.

``Yo tenía pocos meses de casada, y ahora mi marido lo mataron, no tengo de qué vivir'', interviene Julia Méndez, la más joven de las viudas. Las tres de San Pedro Nichtalucum --la cuarta es de la comunidad cercana de Chabajal-- exigen a los gobiernos del estado y federal una indemnización para poder ``sobrevivir'', pues están convencidas que la policía asesinó a sus esposos.