La Plataforma Política en el Distrito Federal 1997-2000 del Partido Acción Nacional, presenta algunas coincidencias con la del Partido de la Revolución Democrática en relación a: su conversión en el estado 32 de la Federación; la eliminación de la limitación de la soberanía popular derivada de la posibilidad de destitución del Jefe de Gobierno por el Senado y la facultad del Presidente para sustituirlo; la constitución de un Congreso estatal, suprimiendo la injerencia del Congreso federal en materias locales; la necesidad de una constitución local; la municipalización de las actuales delegaciones y la formación de sus cabildos; y algunos otros temas relativos a la inconclusa reforma política.
Estas coincidencias podrían ser la base para una acción conjunta entre ambos partidos en el futuro Congreso y la Asamblea Legislativa, a condición de que el PAN renuncie a su tradicional alianza con el PRI a escala nacional, a sus ataques y desconfianzas hacia el PRD, a su práctica de negociación cupular, y asuma el método de la acción de frente a los ciudadanos; es decir, que haga coincidir su retórica democrática con su práctica real. No tenemos la seguridad de que esto ocurra, pero sería un aporte del PAN a la democratización del DF. Lamentablemente, es poco lo que dice el PAN en su plataforma sobre acciones reales para lograrlo, y el texto olvida luego el tema.
El PAN confía aún en los mecanismos de ``coordinación'' metropolitana, que han fallado estruendosamente a lo largo de los años; no se atreve a proponer la creación de un Consejo Metropolitano conformado por los gobernantes electos, con autoridad para responder a la necesidad de una acción unitaria e integral en la planeación y gestión económica, ambiental y territorial y la prestación de servicios comunes. Tampoco hay propuestas para enfrentar la problemática surgida de la formación de la megalópolis del centro del país.
Donde la plataforma no ofrece nada nuevo es en el plano de la gobernabilidad, que aparece como un problema administrativo y no como es realmente, la coherencia entre política y economía. Al conservar la política económica neoliberal y no actuar sobre sus altos costos sociales, el PAN mantiene las condiciones de ingobernabilidad, que no se resuelven con reformas políticas o administrativas. Ejemplos claros son las marchas y protestas, derivadas de la situación social y política prevaleciente, que no podrán manejarse con reglamentos, sino solucionando sus causas estructurales. Igual sucede con el ``problema de los ambulantes'' y el de la seguridad pública.
El PAN coincide con el PRD en el establecimiento del Servicio Público de Carrera; sería otro tema para la acción legislativa conjunta. En cambio, tenemos muchas dudas sobre la escueta propuesta de reorganización de la administración, que por el desamor que tiene el PAN hacia lo público y el Estado, puede derivar en una contracción mayor de sus funciones y actividades, y el despido masivo de trabajadores a nombre de ``la eficiencia y la productividad''. Parece también discutible la propuesta de descentralización de funciones hacia las delegaciones, saludable en principio, pero que podría conducir a una fragmentación indeseable de las funciones que por su naturaleza técnica y social deben ser gestionadas a nivel del Distrito Federal y la Zona Metropolitana. Un riesgo adicional sería que con la descentralización cada delegación o municipio se tenga que defender con sus recursos propios, lo que lleva irremediablemente a la diferenciación de entidades pobres y ricas, a profundizar sus desigualdades sociales.
Llama la atención la desconfianza que tiene el PAN hacia la Procuraduría Social del Distrito Federal que actúa como defensoría --limitada por la carencia de autonomía-- de los usuarios de servicios públicos o concesionados, frente a la administración pública. Por ello se propone limitar sus funciones, transfiriéndolas hacia una instancia administrativa dependiente como la Contraloría General. Los llamados abstractos a la participación ciudadana, parecen limitarla a los foros de consulta y los consejos consultivos, en el marco de una gran desconfianza hacia la organización autónoma de los ciudadanos y su participación en las decisiones. En síntesis, algunos acuerdos, muchos desacuerdos e infinidad de dudas.