Antonio Gershenson
18 de marzo y reservas

Entre los temas en discusión, ahora que se cumplen 59 años de la expropiación, está el de las reservas de petróleo. Aunque ya Pemex ha adelantado información al respecto, pasado mañana muy probablemente esto se haga de manera oficial.

Hablamos de esto aquí el martes 4, recién publicada esa información. Pero la polémica que siguió nos lleva a ver más en detalle un punto: las reservas de la Sonda de Campeche, de donde vienen las tres cuartas partes de la producción nacional de petróleo crudo, ¿aumentaron o disminuyeron?

El boletín de Pemex que originó todo esto, dice: ``Los estudios... determinaron que el total del volumen original in situ para ambas regiones marinas, asciende a 74 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente (mmbpce). De éste, únicamente se han producido hasta ahora 11.8 mmbpce, es decir, menos de una sexta parte, y las reservas probadas ascienden a 17.1 mmbpce... actualmente, las reservas totales son de 23 mmbpce''.

Aquí algo anda faltando. Si a 74 mil millones que había originalmente le restamos 11.8 miles de millones, debería de quedar allí mucho más que los 23 mil millones de reservas totales, de las cuales sólo 17.1 mil millones están probadas. Si hemos sacado 11.8 y nos quedan 23, la aritmética nos dice que al principio había 34.8 mmbpce, o sea, menos de la mitad de lo que se afirma.

Los 17.1 mmbpce de reservas probadas en la Sonda de Campeche, o Región Marina, deben ser comparados con el dato de la Memoria de Labores de 1995, Cuadro 24. Pemex Exploración y Producción: reservas probadas de hidrocarburos al 1 de enero donde se incluye el dato, para esa fecha de 1996 y en la Región Marina, de 28.7 mmbpce. Aún considerando lo que se haya extraído en un año y que aún no sabemos en qué grado se haya compensado eso con la comprobación de nuevas reservas, hay una baja del orden de 10 u 11 mmbpce. En porcentaje, la baja es del orden del 40 por ciento. Lo que se deduce es que con el método más riguroso de comprobación de reservas, se mostró que muchas de ellas no eran tales, y que las cifras viejas estaban abultadas. Ni siquiera la suma de las reservas probadas actuales, más las llamadas probables y posibles, llega en su conjunto a las que hasta hace poco eran las reservas probadas oficiales.

Las cantidades de las que hablamos son de hidrocarburos totales. En otro momento hablaremos, por separado, del crudo y el gas natural. Vamos a dar aquí una opinión sobre las alternativas.

No creo que la solución sea dejar al petróleo allí enterrado. Hay que aprovecharlo racionalmente. Pero, además, hay que invertir no sólo para sacar lo que está más a la mano sino también para el futuro. Ni siquiera hablo de las nuevas generaciones, sino simplemente del próximo sexenio. De evitar que el presente sexenio le deje al que sigue una serie de bombas de tiempo, tal y como el pasado se las dejó al actual.

Es necesario que la inversión no se limite a desarrollar yacimientos que ya tenemos. Si se tiene que hacer una gran inversión en Cantarell es porque el gas allí ya no abunda, y es la presión del gas la que hace salir también al crudo. El que se saque más rápido lo que allí queda, no quiere decir que se vaya a acabar ya. Pero tampoco que va a producir 15 ó 20 años al ritmo actual o incluso, como se plantea, creciente, y luego se acaba de un día para otro. Mucho antes que eso el yacimiento entra en declinación, empieza a producir cada vez menos, y si no hay nuevos yacimientos probados y desarrollados, la producción total también bajará.

Con mayor razón debemos hacer algo similar con el gas natural, del cual estamos ante una nueva explosión, pero ésta en el nivel de consumo: conversión de plantas eléctricas a gas; conversión de industrias a gas natural para aumentar eficiencia, para cumplir las normas ambientales más rigurosas que entran en vigor el próximo 1o. de enero y para aprovechar los estímulos fiscales al respecto; y aumento general de demanda al tenderse las redes de gasoductos en muchas de las principales ciudades del país, incluido el Valle de México.

Si esto no se hace, al cabo de unos años seremos dependientes del gas importado y de si está o no disponible, e incluso las exportaciones petroleras declinarán.