Juan Carlos Villa Soto Ť La regulación de la expresión de un factor de crecimiento denominado TGF-beta puede ser útil en el tratamiento de ciertos padecimientos renales en los que este factor se encuentra sobreexpresado. Esta idea ha sido desarrollada por el doctor Fernando López Casillas, quien es uno de los siete científicos mexicanos que este año obtuvieron la Beca de Investigación Internacional que concede la Howard Hughes Medical Institute a investigadores del área biomédica de Canadá y América Latina.
Al referirse a su proyecto de investigación, el doctor López Casillas señaló que los factores tróficos son moléculas que regulan las funciones celulares, mantienen el funcionamiento armónico de los tejidos y permiten que éstos respondan adecuadamente a los cambios de su medio ambiente. ``Una de estas moléculas, denominada Factor de Crecimiento Transformante tipo beta (TGF-beta, por sus siglas en inglés), es esencial para la vida de los organismos''. El investigador comentó que este factor de crecimiento es muy importante para la formación de la matriz extracelular, una gran variedad de proteínas, que ocupan el espacio intercelular y le dan cohesión al tejido. Cuando se produce una herida, el TGF-beta promueve la formación de la matriz extracelular para que el tejido se reestablezca, acotó el especialista. No obstante, el doctor López Casillas advirtió que hay una sobreexpresión de la síntesis de TGF-beta en ciertos padecimientos renales. ``El aumento de este factor trófico propicia que se forme glomeroesclerosis, que es el efecto de la matriz extracelular en exceso''. La glomeroesclerosis, agregó, es un común denominador en padecimientos que afectan al riñón, tales como la diabetes, la hipertensión y las enfermedades autoinmunes. Esta aparece como un tipo de fibrosis en los cortes patológicos.
El doctor Fernando López Casillas, investigador del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, dijo que está interesado en estudiar los mecanismos mediante los cuales se produce la matriz extracelular mediada por TGF-beta, tanto en condiciones de salud como de enfermedad. Señaló que uno de los aspectos centrales de su investigación es saber si se pueden usar moléculas antagonistas al TGF-beta para romper el círculo vicioso: aumento de TGF-beta, mayor matriz extracelular, enfermedad.
``Durante mi estancia posdoctoral con el doctor Joan Massagué en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York, realizamos estudios funcionales con una molécula que es uno de los receptores del TGF-beta''. Descubrimos, agregó, que este receptor, denominado betaglicano, tiene dos funciones muy interesantes: Cuando está anclado a la membrana celular hace más potentes los efectos del TGF-beta; empero, cuando se desprende de la superficie celular bloquea los efectos del TGF-beta. En este último caso, el receptor se encuentra en lo que denominamos ``la forma soluble del betaglicano'' y actúa como un antagonista que secuestra al factor de crecimiento.
El investigador expresó su interés en diseñar antagonistas óptimos del TGF-beta a partir del betaglicano soluble producido por tecnologías de DNA recombinante. Nuestro objetivo, dijo, es probar si este receptor es capaz de inhibir el TGF-beta en modelos experimentales de enfermedad renal. El bioquímico confió en que, con base en el éxito de esta investigación, se podría contar con un recurso terapéutico ante enfermedades donde hay un componente de exceso de matriz extracelular. ``Una vez concluida la investigación con animales de experimentación estaremos en condiciones de proponer el estudio de este recurso terapéutico en seres humanos'', acotó.
Finalmente, el doctor Fernando López Casillas manifestó su satisfacción por la obtención de esta beca, que también se concedió a los doctores Carlos Federico Arias, Carmen Clapp, Gerardo Gamba, Luis Rafael Herrera-Estrella, Esther Orozco y Lourival D. Possani. La distinción a estos científicos mexicanos consiste en un donativo a cada uno de entre 50 mil y 80 mil dólares anuales por cinco años para realizar su trabajo de investigación.