La Jornada 16 de marzo de 1997

ALBANIA: INCERTIDUMBRE Y EXODO

Reuter, Afp, Ap, Ansa, Efe y Dpa, Apeldoorn, 15 de marzo Ť Los cancilleres de la Unión Europea (UE) llegaron esta noche a un principio de acuerdo para contribuir al establecimiento de una presencia limitada de consultores militares o de policía en Albania, pero decidieron suspender la decisión final para mañana hasta conocer la suerte del presidente albanés Sali Berisha, pese a que la presidencia desmintió insistentes versiones sobre la renuncia del mandatario.

Mientras continúan las presiones para que renuncie Berisha, el gobierno de Albania intenta recobrar el control del país apelando al patriotismo de los ciudadanos y con la creación de unidades de policía especiales con salarios 30 veces mayores de lo normal para enfrentar a los rebeldes.

Aunque la situación parecía estar más tranquila en Tirana, la población continuaba tratando de abandonar el país y se informó que al menos cuatro personas murieron cuando la policía disparó contra una multitud que trataba de asaltar buques griegos que están evacuando extranjeros.

Miles de personas están tratando de salir de Albania, la mayoría con destino a las costas italianas, a bordo de todo tipo de embarcaciones. Al puerto italiano de Brindisi han llegado en las últimas horas unos 3 mil albaneses.

El aplazamiento del debate que lleva a cabo la UE en Apeldoorn, Holanda, ante la incertidumbre sobre la dimisión del presidente Berisha, fue anunciado por el canciller holandés Hans van Mierlo, para quien la discusión se centra sobre un tipo de fuerza mucho más matizada.

De acuerdo con el ministro francés de asuntos Exteriores, Hervé de Charette, no se trataría de una fuerza militar internacional para restablecer el orden, porque no tendría sentido, sino más bien un grupo de asesores que ayude al ejército y a la policía albanesa a recuperar el control del país, y a las autoridades a restablecer el sistema económico.

Fuentes diplomáticas de la UE indicaron que la fuerza militar limitada tendría el objetivo de restaurar un área de seguridad, particulamente en torno a la capital Tirana, y posiblemente algún puerto, para facilitar una misión de asistencia civil de carácter técnico y humanitario. Entre su misiones estaría la protección de edificios públicos, puertos y puentes.

La presidencia en turno de la Unión Europea prepara paralelamente el dispositivo civil de un misión de asistencia que discutiría con las autoridades albanesas la mejor manera de ayudar al país a superar lo que el canciller español, Abel Matutes, describió como el hundimiento de todas las instituciones del país.

La idea de una intervención armada encontró una fuerte resistencia entre los ministros de la UE, principalmente de Gran Bretaña y de Alemania. El jefe de la diplomacia alemana, Klaus Kinkel, declaró que a pesar de la situación, corresponde a los albaneses resolver la grave crisis interna.

Estados Unidos, por su parte, rechazó por el momento participar en una fuerza internacional de estabilización en Albania, aunque el Departamento de Estado indicó que la Casa Blanca está dispuesta a analizar cada propuesta específica.

Algunos de los ministros comunitarios se manifestaron favorables a la dimisión de Sali Berisha como una fórmula para facilitar la salida de la crisis, como fue el caso de Estados Unidos, que también tomó la misma posición durante la reunión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que se lleva a cabo en Viena.

La OSCE anunció la elaboración de un ``paquete de estabilización'' que permita salvar a Albania del caos, el cual contempla el envío de tropas internacionales para garantizar el orden, ayuda económica de organizaciones financieras internacionales, reconstrucción de las estructuras democráticas y protección de los derechos humanos.

Reitera Berisha su negativa a dimitir

En Tirana, el presidente Berisha excluyó nuevamente la posibilidad de dimitir antes de las elecciones legislativas anticipadas previstas para junio próximo, pero confirmó que abandonará el poder si su organización política, el Partido Demócrata, pierde dicho escrutinio.

Un comunicado de la Presidencia de la República recordó que la formación de una plataforma de conciliación obtuvo el consenso de todos los partidos políticos albaneses, así como el apoyo de la Unión Europea, de los países vecinos, de la OSCE y de Estados Unidos.

Y mientras continúan las presiones por parte de los civiles insubordinados para que renuncie Sali Berisha, las autoridades albanesas comenzaron a distribuir armas a voluntarios que quieran mantener el orden en la capital, en tanto que miles de ex oficiales que habían desertado de sus puestos en los últimos días ante la rebelión, acudieron al Ministerio de Defensa para integrarse al servicio activo y ``defender a la patria del peligro''.

El ministro de Justicia, Spartak Ngjela, que fue nombrado el jueves para hacer frente a la crisis, anunció por su parte que se crearon unidades especiales de policía con salarios 30 veces mayor de lo normal para afrontar y desarmar a los rebeldes, y dijo que varias unidades especiales ya están operando en la capital con un pago de entre 50 y cien dólares diarios como compensación ``por la riesgosa tarea''.

Este trato salarial contrasta con los emolumentos habituales en Albania, el país más pobre de Europa, que van desde los 70 hasta los cien dólares al mes.

Pese a los 14 muertos contabilizados entre el viernes y la madrugada el sábado y reportado por el Comité Helsinki para los Derechos Humanos, la situación parecía más tranquila este sábado, lo que aprovechó Estados Unidos para reanudar la evacuación de sus ciudadanos. Desde el viernes, dos tanques que llevan escrita la palabra policía circulan por las principales calles de esta capital.

Fuentes griegas en Tirana informaron que la policía albanesa mató a cuatro personas al enfrentarse en el puerto de Durres a una multitud que trataba de asaltar los buques griegos que evacuaban extranjeros. También tres personas murieron ahogadas mientras buscaban abandonar su país en un buque que se dirigía a Italia.

Miles de personas huyen a bordo de todo tipo de embarcaciones, principalmente con destino al puerto italiano de Brindisi, a donde han llegado unas 3 mil personas, mientras las costas italianas se encuentran en estado de emergencia para hacer frente al cúmulo de refugiados.

Mientras prosigue la evacuación de extranjeros, el ejército alemán usó por primera vez en otro país las armas desde la Segunda Guerra Mundial. El Ministerio de Defensa indicó en Bonn que uno de los helicópteros que efectuaba la operación de evacuación de sus connacionales fue blanco de disparos y los soldados tuvieron que responder sin que hubiesen víctimas.

En tanto, el dinero y los principales productos de consumo comienzan a escasear en Tirana, la capital albanesa, y los suministros de agua y energía se suspendieron desde el viernes.

Tirana, reportan los medios de prensa nacionales, es presa del pesimismo, el miedo y la desconfianza, de acuerdo con el testimonio de la enardecida población que perdió sus ahorros tras la quiebra de las instituciones financieras basadas en sistemas piramidales.