La Jornada 15 de marzo de 1997

Gana apoyo en el Senado de EU la propuesta de censurar sin descertificar

David Brooks, corresponsal, Washington, 14 de marzo Ť Los senadores observaron la aprobación ayer de la descertificación y su aplazamiento 90 días por parte de la Cámara de Representantes. Pusieron especial atención sobre el margen del voto y una vez que quedó demostrado que los representantes no cuentan con los dos tercios del voto total --lo que impediría un veto presidencial-- saben ahora, y también la Casa Blanca, que el juego sobre la cooperación antinarcóticos con México y la certificación del vecino país que otorgó el presidente Bill Clinton, está en sus manos.

La propuesta aprobada el jueves pasado por la Cámara, no procede hasta que el Senado vote su propia medida en torno a la certificación de México y después se debe consensar su versión con la de los representantes, a menos que los senadores decidan votar de inmediato, algo que según fuentes legislativas es por el momento poco probable. Por tanto, no se espera un debate y un voto sino hasta mediados de la semana entrante.

Mientras tanto, se desarrolla una serie de maniobras políticas en el Senado y entre algunos legisladores con la Casa Blanca. En juego, al parecer, están dos tipos de iniciativas. La primera es una resolución conjunta paralela a la aprobada por la Cámara --pero sin la enmienda que estableció aplazar 90 días su aplicación para medir el ``progreso sustancial'' de México-- promovida por los senadores Dianne Feinstein, Jesse Helms, Paul Coverdell y Ernest Hollings, entre otros.

Una segunda comprende por lo menos dos propuestas muy similares, que consideran emitir sólo una resolución no obligatoria (medida legislativa que no se aplica como ley) que expresa un ``sentir del Congreso'', pero que no incluye sanciones ni revierte la certificación.

Por cierto, anoche los senadores Hutchinson, Feinstein y Coverdell, así como los asesores de otros legisladores, sostuvieron una reunión con altos funcionarios de Washington, entre ellos el secretario del Tesoro, Robert Rubin; el zar antidrogas, Barry McCaffrey; el encargado de Asuntos Antinarcóticos del Departamento de Estado, Robert Gelbard; el asesor de Seguridad Nacional, Sandy Berger, y el embajador en México, James Jones, para discutir las opciones, informaron hoy fuentes legislativas a La Jornada. Este mismo grupo ha citado a una segunda reunión para el lunes próximo, a fin de continuar sus negociaciones.

La Casa Blanca está promoviendo la segunda opción y en particular la impulsada por el grupo bipartidista encabezado por la senadora republicana Kay Bailey Hutchinson, de Texas, con el apoyo de Christopher Dodd, Pete Domenici, Joseph Biden y posiblemente John McCain. Un asesor de la senadora Hutchinson consultado por este diario, indicó que ``esta iniciativa parece tener buenas perspectivas'' para generar apoyo en el Senado y ``la senadora está trabajando mucho'' para hacerla prosperar. Según otra fuente del Congreso, esta opción es ``la preferida'' de la Casa Blanca y añadió que los rumores de que la propuesta de Feinstein está perdiendo respaldo ``son ciertos''. Hutchinson pronosticó ayer que algo parecido a su propuesta será aprobado por el Senado a mediados de la próxima semana. El senador McCain dijo creer que esta medida tiene ``buenas posibilidades'' y que en parte es una opción que permite enviar un mensaje de insatisfacción a México, sin provocar una ``ola antiestadunidense''.

Hutchinson comentó que lo que se requiere es más cooperación con México para resolver los problemas que enfrentan ambos países y por lo tanto cree que su propuesta es la más adecuada, pero Feinstein rechazó esta opción porque no tendría ningún impacto y afirmó: ``No podemos dejar que las cosas se queden como están'' en torno a la certificación de México.

Feinstein y Coverdell indicaron este viernes que buscan evitar un veto presidencial o un extenso debate, lo que varios observadores interpretaron como ``una señal'' de que están listos para ceder su posición por una descertificación con ``pase'' de seguridad nacional que suspende las sanciones económicas. Empero, fuentes legislativas consultadas esta noche por La Jornada afirmaron que no es el caso.

Las mismas fuentes agregaron que los promotores de la descertificación mantienen firme esta posición, aunque están dispuestos a discutir formas para expresarla, incluyendo la de adoptar una versión similar a la aprobada por la Cámara con todo y la postergación de 90 días a su aplicación, para permitir ``progresos'' en una serie de condiciones a México.

La propuesta de Hutchinson reconoce el nivel del problema del consumo de droga en este país, pero también critica el nivel de cooperación demostrado por México en su lucha antinarcóticos. Sin embargo, este ``sentir del Congreso'', no amenaza con sanciones o impone un periodo para medir el progreso de México. Más bien manifiesta ``preocupaciones'' por el ``inefectivo e insuficiente progreso de ese país para detener la producción y el tránsito de drogas ilegales''. Por lo tanto, insta a los presidentes Zedillo y Clinton a ampliar y profundizar su cooperación a fin de mejorar esta situación y llevar a cabo un ``progreso significativo'' en seis rubros.

Estos incluyen el desmantelamiento de los principales cárteles de la droga en México y la detención de sus líderes; la puesta en práctica de una legislación contra el lavado de dinero; la extradición de narcotraficantes mexicanos; interdicción a través de las fronteras terrestres y marítimas entre ambos países; elevar el nivel de cooperación con agentes estadunidenses, incluyendo la autorización para que éstos porten armas al operar en México, y la creación de un programa para erradicar la ``corrupción oficial'' en México.

Pero a cambio de la resolución adoptada por la Cámara y la propuesta de Feinstein y Coverdell, esta versión no declara una descertificación ni impone estas áreas de cooperación como ``condiciones'' para mantener la relación. Esta iniciativa, como otra muy parecida promovida por el senador Charles Grassley, son finalmente ``expresiones'' de un ``sentir del Congreso'', aunque la de Grassley advierte que México será descertificado en 1998, si no demuestra avances en ese tipo de rubros.

Las negociaciones seguirán la próxima semana, últimos días antes de un receso legislativo de dos semanas, para intentar llegar a un acuerdo que sea aceptable tanto a las diversas posiciones de los senadores como para la Casa Blanca. Con o sin acuerdo, varios senadores buscarán presentar por lo menos una de estas opciones ante el pleno para un voto antes del fin de semana entrante.