La Jornada 15 de marzo de 1997

Jesuitas liberados acusan de persecución a grupos locales de interés

Las persecuciones de que fuimos objeto provienen de los grupos que a nivel local tienen intereses agrarios y de dominio, sobre todo en la zona norte de Chiapas, coincidieron ayer los jesuitas liberados.

En conferencia de prensa en esta capital, Jerónimo Hernández y Gonzalo Rosas plantearon que las arbitrariedades cometidas en su contra, forman parte de los ``hostigamientos que ordinariamente reciben, producto de nuestro apoyo pastoral que brindamos a las comunidades indígenas''.

Mientras tanto, el alcalde de Tuxtla Gutiérrez, Enoch Araujo Sánchez, calificó al gobierno de la entidad de ``torpe e irresponsable'' por la detención y posterior liberación de los sacerdotes jesuitas Jerónimo Hernández y Gonzalo Rosas y de los dos dirigentes campesinos de Xi Nich, Ramón Parcero y Francisco González.

La diócesis de San Cristóbal, por su parte, afirmó que la situación en Palenque aún es delicada, ya que los policías de Seguridad Pública demandan justicia por el asesinato de dos de sus compañeros, y los campesinos de Xi Nich, desalojados de dos predios el viernes pasado, están inconformes por el robo de algunas de sus pertenencias y por las agresiones que recibieron.

Para los sacerdotes liberados este jueves, ``ni en Chiapas ni en el país habrá paz mientras no se resuelvan los problemas agrarios, la discriminación social, el uso perverso de la ley y se frene la dinámica autoritaria y de fuerza que al parecer quiere imponerse a toda costa''.

Ante esto, momentos antes de salir de Chiapas, resaltaron la crisis que vive el diálogo de San Andrés Larráinzar ante la falta de credibilidad del gobierno de Ernesto Zedillo en los primeros acuerdos firmados por la instancia federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

``En el fondo hay dos lógicas distintas en las negociaciones: una es la lógica de la búsqueda de solución inmediata a los conflictos, y otra es la lógica que parece llevar como estrategia la parte gubernamental, al ajustar el proceso y el conflicto chiapaneco a la agenda nacional e internacional de México'', aseguró el párroco de Palenque, Gonzalo Rosas.

A su vez, Jerónimo Hernández afirmó que existe una campaña de desprestigio contra las Comisiones Nacional de Intermediación (Conai) y de Concordia y Pacificación (Cocopa) después de que el gobierno federal sostiene que la iniciativa sobre derechos y cultura indígena ``atenta contra la Constitución''.

Denunció las campañas represivas que por parte de las autoridades estatales reciben debido a su trabajo pastoral, y aclaró que constantemente sufre de hostigamientos de los finqueros del municipio de Palenque, ubicado en la región norte de Chiapas y considerado como una de las zonas ganaderas más importantes del estado.

Ante esto, consideró que en la entidad se vive una ``crisis muy profunda de credibilidad'' que impide llegar a alcanzar acuerdos concretos para la paz.

A su llegada a la ciudad de México, los sacerdotes jesuitas calificaron su liberación como ``un gesto'' que busca restablecer la confianza y credibilidad en la justicia mexicana y que impidió acrecentar el clima de tensión entre el Estado y la Iglesia católica.

Gonzalo Rosas expuso que el respeto a la verdad es un signo que puede favorecer el diálogo de paz en Chiapas. Sin embargo, aclaró que continuarán trabajando al lado de las comunidades indígenas. ``Si se quiere conocer dónde hay pobreza y marginación, hay que estar allí'', agregó.

Los jesuitas plantearon el rechazo que por parte de las autoridades se hace a la labor pastoral de la diócesis de San Cristóbal y manifestaron molestia por la situación no resuelta de las cuestiones agrarias en la entidad.

``La estructura agraria que tiene Chiapas favorece la concentración de tierras, no ha habido soluciones definidas al conflicto por la existencia de grupos interesados en contar con el privilegio de concentración de tierras'', agregaron.

Torpe e irresponsable, el gobierno del estado, dice el alcalde de Tuxtla

Por otro lado, en Mérida, Yucatán, el alcalde de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Enoch Araujo Sánchez, calificó al gobierno de ``torpe e irresponsable'' por la detención y posterior liberación de los sacerdotes jesuitas Jerónimo Hernández y Gonzalo Rosas y de los dos dirigentes campesinos.

Advirtió que el problema con los religiosos y líderes campesinos ``dejó mal parado al gobierno; primero con la detención, y después con la liberación''.

El síndico señaló que a raíz de este caso, la situación en Chiapas volvió a ``distorsionarse'' y el diálogo entre el EZLN y el gobierno, suspendido, se torna cada día más complicado.

Añadió que actualmente en Chiapas se disputan ``intereses muy diferentes'' al del problema indígena, que hace tres años permitió el levantamiento armado del EZLN.

Araujo Sánchez alertó que con la incursión del Ejército Mexicano en zonas calificadas de alto riesgo en Chiapas, no se descarta un nuevo enfrentamiento armado entre insurgentes y militares. (Alma E. Muñoz, Angeles Cruz y los corresponsales Juan Balboa, Elio Henríquez y Luis Boffil)