La Jornada 14 de marzo de 1997

Reprueban a México; 90 días para que mejore

David Brooks, corresponsal, Washington, 13 de marzo Ť Después de un extenso y en momentos furioso debate, la Cámara de Representantes aprobó hoy una resolución legislativa descertificando a México en torno a su cooperación antinarcóticos con Estados Unidos, pero suspendió la decisión por un periodo de 90 días, durante los cuales establece seis áreas en las que el vecino país tendrá que demostrar un ``progreso sustancioso'' para ser recertificado.

Sin embargo, esto no se promulga como ley hasta que el Senado estadunidense adopte su propia iniciativa sobre la certificación del país vecino y se negocie una versión consensada con la Cámara baja, misma que deberá ser aprobada finalmente por ambas cámaras.

El presidente Bill Clinton respondió casi de inmediato, declarando que el voto en la Cámara ``es la manera equivocada para continuar y profundizar la cooperación sin precedente que estamos recibiendo de México en la guerra contra la droga y la manera equivocada de proteger los intereses del pueblo estadunidense''.

Tras reiterar las razones de su decisión de certificar a México y enumerar los logros del país vecino, Clinton subrayó:

``El presidente (Ernesto) Zedillo reconoce la enormidad del problema que México enfrenta y ha sido valiente al llevar esta batalla adelante. Merece nuestro apoyo, no un voto de no confianza, que sólo le hará más difícil trabajar con nosotros y derrotar el flagelo de las drogas''.

Añadió que continuará trabajando con el Congreso para asegurar que esto no se convierta en ley.

Por su parte la secretaria de Estado, Madeleine Albright, aseguró que la decisión de la Cámara ``dañará nuestros intereses'', y advirtió que la descertificación ``conmovería la confianza financiera en México, poniendo en peligro la recuperación económica que tanto hemos hecho por promover'', además de fortalecer a ``las fuerzas que se oponen a la colaboración con Estados Unidos''.

La resolución conjunta de la Cámara de Representantes

``La desaprobación congresional de la certificación presidencial de México'', aprobada por 251 votos contra 175, revierte la decisión del presidente Clinton de certificar que México está cooperando con Estados Unidos en la lucha antinarcóticos pero ofrece a la Casa Blanca la opción de declarar un ``pase'' por motivos de ``un interés nacional vital'', lo que suspende la aplicación de las sanciones económicas contra México consideradas bajo la ley de certificación.

Antes, se votó una enmienda a la resolución promovida por Dennis Hastert y apoyada por el liderazgo republicano de la Cámara, que fue aprobada por 212 votos contra 205. La enmienda posterga aplicar la resolución sobre descertificación por un plazo de 90 días, durante el cual el presidente Clinton debe ofrecer ``seguridades confiables de progreso sustancial'' en seis áreas de la cooperación antinarcóticos con México, entre las cuales están: incrementar el número de los agentes de la DEA en el vecino país; autorización para que los agentes antinarcóticos estadunidenses porten armas; acciones para eliminar la corrupción en las agencias de seguridad pública mexicanas; compromisos para agilizar extradiciones de narcotraficantes a Estados Unidos; autorización para sobrevuelos y derecho de reabastecimiento para naves y aviones antinarcóticos, y avances sobre un acuerdo marítimo para permitir la detención de narcotraficantes en aguas mexicanas.

A falta del ``progreso sustancial'' al concluir este periodo, se aplicará la descertificación tal como está considerada en la resolución adoptada. Si se acepta la determinación del presidente, México podrá mantener su calificación como certificado en su cooperación antinarcóticos con Estados Unidos.

Sin embargo, esta enmienda también contiene una severa crítica a la ``débil'' política antinarcóticos de Clinton, además de proponer una comisión para evaluar el proceso de certificación en general, lo cual provocó una amplia y negativa reacción de los demócratas, quienes señalaron que esto amenazaba su apoyo del proyecto legislativo final. Por lo tanto, lo que se esperaba sería un voto abrumador a favor de la resolución, no resultó así a causa de la división de la Cámara sobre la enmienda de Hastert.

De cierta manera, el resultado de toda esta acción legislativa es de triunfo y derrota, dependiendo de quién la evalúe. El voto dividido demostró que la Cámara ya no cuenta con una mayoría de dos tercios, requeridos para superar el advertido veto presidencial, y algunos sospechan que esto fue precisamente un objetivo del liderazgo republicano para evitar la descertificación final.

Por otro lado, es un triunfo de los republicanos porque golpea la política antinarcóticos de Clinton.

Las trampas de la enmienda

Dentro del proceso de certificación, se intenta imponer a México un nuevo condicionamiento, rechazado tajantemente ayer por el canciller José Angel Gurría. Pero según los promotores de la enmienda, ésta permitió que hoy no se emitiera un voto descertificador y más bien permitir una oportunidad a ambos gobiernos para intensificar su trabajo conjunto en seis áreas prioritarias a fin de evitar la descertificación completa.

No obstante, el influyente representante demócrata, Lee Hamilton, quien apoyó la resolución inicial de descertificación sin la enmienda, criticó la incorporación de la misma por contener, por un lado, un ataque partidista contra la política antinarcóticos de la Casa Blanca, y por el otro consecuencias para México.

``Este es un vehículo para criticar al presidente'', dijo Hamilton, y señaló también que imponer un plazo de 90 días coloca al presidente Ernesto Zedillo en ``una trampa'', recordando que precisamente en 90 días se realizarán elecciones en México y ``Zedillo no puede verse como capitulando'' ante las demandas de Estados Unidos. Destacó además que este debate en el Congreso ``ya ha generado una furia nacionalista en México''.

Sin embargo, la maniobra del liderazgo republicano funcionó y la enmienda fue aprobada.

La resolución surgió luego de que Clinton certificó a México junto con otros 25 países el pasado 28 de febrero, lo que provocó una fuerte reacción bipartidista criticando la decisión. Según la ley, el Congreso cuenta con 30 días después de la decisión del Ejecutivo para revertir su determinación sobre cualquier país (por lo tanto, aunque el Congreso tiene una fecha límite del 28 de marzo, el límite real es a fines de la próxima semana, ya que habrá un receso legislativo de 15 días durante la Pascua).

``No sólo estamos cambiando la calificación de México a una de reprobado, sino estamos criticando la política antinarcóticos de la administración Clinton'', afirmó el presidente del Comité de Relaciones Internacionales, Benjamin Gilman. Agregó que la resolución incluye la opción para ofrecer un ``pase'' y continuar así la asistencia económica estadunidense a México, y señaló en particular la asistencia militar que se está proporcionando al país vecino calificándola como ``quizá nuestra última mejor esperanza allá abajo'' para enfrentar el narco.

El líder de la minoría demócrata, Richard Gephardt, manifestó hoy su apoyo a la descertificación, aunque señaló su crítica del proceso de certificación en lo general. ``Respeto profundamente a los que luchan contra la droga en México'', afirmó Gephardt, aunque añadió que no se puede tolerar el statu quo, ya que la política actual tanto en México como en Estados Unidos ``no está funcionando y la culpa es de todos''.

Pero concluyó que la aplicación de la ley debe resultar en una determinación de descertificación.

Hamilton, el demócrata de más alto rango dentro del Comité de Relaciones Internacionales, afirmó su apoyo para la resolución de descertificación declarando:

``Simplemente no creo que el esfuerzo de México durante el último año cumpla con los requerimientos de esta ley. Ese país está cooperando, ha hecho buenos intentos, pero no los ha hecho plenamente. Nos hemos estado engañando al certificar a México en los últimos años'', indicó.

Debido a este amplio apoyo bipartidista en la Cámara, los esfuerzos de cabildeo para descarrilar la acción legislativa de descertificación en el Congreso realizados por la administración Clinton, se han centrado en el Senado, ya que se percibían pocas posibilidades de lograr apoyo para su posición en la Cámara baja.

En parte, esto se debió a que el liderazgo demócrata de la Cámara se manifestó desde el principio en contra de la decisión de su jefe de la Casa Blanca, y los representantes Gephardt, David Bonior y Lee Hamilton, entre otros, apoyaron hoy la resolución aunque registraron su voto contra el proyecto legislativo final por la incorporación de la enmienda Hastert.

El debate se traslada al Senado

Ahora, sólo se espera el resultado del debate en el Senado sobre el mismo tema.

Al parecer, este debate no se llevará al pleno hasta la semana entrante, mientras siguen las maniobras para promover diversas opciones, entre las cuales hay una iniciativa paralela (sin la enmienda) a la aprobada hoy en la Cámara, y por lo menos dos alternativas que sólo serían una expresión del ``sentir del Congreso'' criticando el nivel de cooperación bilateral actual entre los dos países.

También se está evaluando la posibilidad de adoptar la resolución aprobada por la Cámara o simplemente demorar cualquier acción hasta que venza la fecha límite para tomar acción legislativa, lo que cancelaría toda acción final (obviamente, la opción deseada por la Casa Blanca).