La policía no se militariza, se coordina con la Sedena
Miriam Posada y Alonso Urrutia Ť El secretario de Seguridad Pública, Enrique Salgado Cordero, aseguró que entre las principales metas de la dependencia a su cargo está convertir al Instituto Técnico de Formación Policial en ``un centro de excelencia académica'', pero advirtió: ``Debe quedar bien claro que la policía no se militariza, sólo se coordina con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)''.
El general Salgado resumió: ``Se trata en esencia de un esquema de coordinación interinstitucional para garantizar la seguridad pública en la ciudad de México, de una acción programática y legal, como parte de un convenio de colaboración entre el gobierno de la ciudad y la Sedena''.
Enfatizó que además de las reformas estructurales que ha tenido la SSP, es prioritaria la profesionalización de los agentes ``dispuesta en la Ley de Seguridad Pública y prevista como un importante objetivo en el Distrito Federal''.
Con este propósito, puntualizó, se reorganizó la estructura del Instituto Técnico de Formación Policial, para transformarlo en un centro académico de excelencia en donde los policías se capaciten y desarrollen profesionalmente con base en un programa general de formación, sujeto a evaluaciones y a actualización periódicas por parte de una comisión técnica de profesionales.
En este sentido, se refirió al curso de actualización al que están tomando los agentes del sector 6 Iztapalapa, quienes ``se encuentran en el Campo Militar número 1 porque el ITFP no dispone por el momento de espacio suficiente, y en el campo se cuenta con las instalaciones apropiadas para ese fin''. Confió en que al cabo de 32 meses el cuerpo policiaco haya mejorado.
Con este proyecto, cuando los policías se reintegren a sus actividades normales, ``esperamos que la ciudad cuente en el corto plazo con elementos mejor disciplinados y eficientes en el cumplimiento de su deber, adiestrados en el uso racional de la fuerza pública y dispuestos a brindar un servicio honesto y eficiente a la población''.
Justificó tanto la participación del Ejército en labores de seguridad pública, como la ``necesidad de tener un nuevo concepto de la seguridad'', sustentadas en las reformas realizadas en 1995 al artículo 21 y 22 de la Constitución mexicana, en la Ley de Seguridad Pública, y en los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo y del Sistema Nacional de Seguridad.
Salgado señaló que con la reforma al artículo 21 de la Carta Magna se concibió el concepto moderno de la seguridad pública, en el que están involucrados los tres niveles de gobierno, ``y que está encaminado a preservar la paz social través de instituciones policiacas honradas y eficientes''.
Explicó que el artículo 22 otorga al jefe del gobierno del Distrito Federal la facultad de dirigir la seguridad pública, ``pero el comandante supremo de las fuerzas armadas es el presidente de la República''.
Respecto de lo que establece la Ley de Seguridad Pública y el Plan de Seguridad Pública 1995-2000, precisó que la nueva administración policiaca ``concibe la prevención del delito como una tarea de la sociedad en su conjunto'', por lo que instó a la participación ciudadana y la coordinación con otras instituciones policiacas.
Por otra parte, Salgado y la Comisión de Seguridad Pública de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal (ARDF) visitarán mañana el Campo Militar número 1 para verificar los alcances del programa de capacitación a la Policía Preventiva.
El presidente de la comisión, Pedro Peñaloza, afirmó que el primer diagnóstico que arroja el curso refleja la gravedad que ha alcanzado la incapacidad policiaca para enfrentar el crimen, y el desequilibrio frente a la delincuencia organizada.
Dijo que mientras el crimen ha modernizado sus formas de operación, ``la policía capitalina está desorganizada, incapaz tanto en formación policiaca como en armamento y tiene una visión derrotada que se deriva de la falta de armas y bajos salarios''.
Es clara la insuficiencia que tendrá este curso para alcanzar la actualización de la policía, de lo que se desprende la necesidad de aplicar nuevos esquemas de formación, porque de las estadísticas presentadas por la SSP se puede calcular que alrededor de 17 mil policías no son aptos para desempeñar sus funciones y urgiría su reubicación.
El asambleísta sostuvo que, entre otras modificaciones, deberán introducirse en la SSP nuevas formas de promoción interna que dejen atrás el influyentismo y perfilen exámenes de oposición para lograr ascensos internos.