La Jornada 11 de marzo de 1997

Seguridad pública y garantías a los negocios, ofrece Zedillo en Japón

Elena Gallegos y David Aponte, enviados, Tokio, 11 de marzo Ť Ante ejecutivos de 150 de las más poderosas corporaciones japonesas pertenecientes a la Organización de Federaciones Económicas de Japón (Keidanren) el presidente Ernesto Zedillo lamentó tener que admitir que en materia de justicia y seguridad pública su gobierno enfrenta una situación ``muy crítica''. Ofreció no descansar hasta lograr que la ley sea la regla y confió: ``más tarde que temprano seremos exitosos en nuestra lucha contra el crimen, la corrupción y la impunidad''.

En un almuerzo que le fue servido en el piso 9 del edificio que alberga a la Keindanren --organización que agrupa a las mil 200 empresas más grandes de este país--, Zedillo también señaló que su propósito es continuar efectuando los cambios legales, institucionales y de formación de recursos humanos necesarios, para que en México esté garantizada la seguridad de las personas y de su patrimonio, y para que haya un ambiente propicio para los negocios.

Sostuvo además que pese a la dramática crisis económica que estalló al comienzo de su administración, gobierno y organizaciones políticas tuvieron voluntad y capacidad para emprender una profunda reforma en la materia, lo que asegurará también la estabilidad política del país en los próximos años.

``Un México seguro, dinámico y prometedor es el rostro de nuestro país que queremos que ustedes vean de manera más cercana'', afirmó.

En síntesis, durante su primer encuentro con inversionistas de ésta, que es la segunda economía industrial del mundo, el Presidente de México dio respuesta a los dos cuestionamientos que se han venido repitiendo aquí: garantías de la estabilidad económica y la seguridad pública en su país.

De esta manera también Zedillo cumple con el propósito fundamental de su visita: dejar claro que en México están dadas las condiciones para hacer ``muy atractiva'' la inversión japonesa. No sólo porque se alienta un clima de estabilidad sino también porque su estratégica situación geográfica lo hace la puerta de entrada a los mercados de Estados Unidos y Canadá, así como a Latinoamérica.

Antes del encuentro, en el pórtico del Palacio de Akasaka, el presidente y su esposa, Nilda Patricia Velasco de Zedillo, recibieron la bienvenida oficial del emperador Akihito, la emperatriz Michiko y la familia real. En el acto estuvieron además el primer ministro Ruytaro Hashimoto y los líderes de las cámaras de Representantes, Soichiro Ito, y de Consejeros, Juro Saito.

Cuando el Presidente y el emperador se saludaron en el vestíbulo del Palacio, Zedillo le comentó que había observado en el jardín que los árboles del ciruelo comenzaban a florear, lo que para los japoneses significa el fin del invierno. Se espera que esta misma semana las flores del cerezo empiecen a brotar y con ellas entre la primavera. Ambos sucesos son motivo de fiesta para los habitantes de este país.

Después, Presidente y emperador se trasladaron en una limousina al Palacio Imperial. En otra que le precedía, los siguieron sus esposas. Allá, los emperadores confirieron a sus invitados las Ordenes del Crisantemo, la más importante que concede la Casa Imperial, y la de la Preciosa Corona, a la señora Nilda Patricia Velasco de Zedillo.

Luego del protocolo y las primeras conversaciones privadas con el emperador, el mandatario mexicano se trasladó a la sede de Keindanren donde lo aguardaban los influyentes hombres de negocios japoneses y 45 empresarios mexicanos que viajaron con él, y entre los que se encuentran Antonio del Valle, Antonio Madero Bracho, Eugenio Garza Laguera, Juan Bremer, Juan Autique, Fernando Sendero, entre otros.

Antes de que comenzaran a servirse los platos, Zedillo atestiguó la firma de un convenio gracias al cual una empresa mexicana se asociará con capital japonés para instalar en este país una compañía que producirá hologramas. La tecnología será cien por ciento mexicana.

Después de que los anfitriones ofrecieron media docena de platillos de lo más refinado de la cocina nipona, el presidente de la Keidanren, Shoichiro Toyoda, también presidente de la automotriz Toyota, dijo a su invitado que México y Japón tienen que establecer una relación más estrecha con miras al siglo XXI y convertirse en promotores de una asociación sólida entre Asia y América Latina, regiones que se perfilan ya como las más dinámicas e importantes para el desarrollo global.

``Para lograrla hace falta constituir una relación firme entre nuestros dos países, respaldada por el entendimiento y confianza mutuos, para servir de puente, uniendo a las dos regiones con el Océano Pacífico en medio''.

Toyoda agregó que el sector privado japonés está dispuesto a esforzarse, junto con los colegas mexicanos, para convertir esto en una realidad, y le pidió al presidente Zedillo que continúe apoyando estos esfuerzos.

Luego de las palabras del dirigente empresarial, el presidente Zedillo hizo una larga exposición de la situación actual de México. En inglés explicó al auditorio que, no obstante el escepticismo de algunos círculos, México superó antes de lo esperado la adversa situación y se colocó en el camino franco a la recuperación.

Insistente, habló de su confianza en que el crecimiento será sostenido y rebasará el 5 por ciento del producto interno bruto (PIB). Enumeró sus razones: ``Mantendremos una congruente política monetaria y fiscal; alentaremos el ahorro interno y seguiremos alentado el incremento de la productividad y de la competitividad en los mercados internacionales''.

Otro de los puntos que mencionó como una de las razones que existen para invertir en México, fue la ``consistente'' política de privatizaciones que este año, para lo cual se tomaron las medidas necesarias. Expuso que abarcará los renglones de almacenamiento y transportación de gas natural; telecomunicaciones, plantas generadoras de energía eléctrica, red ferroviaria, puertos y aeropuertos.

Se refirió con amplitud a las reformas hechas al sistema de pensiones; a la lucha para abatir la inflación y a las políticas para la estabilidad del peso frente a otras divisas.

``Todo esto --reiteró una y otra vez-- hace de México un mercado atractivo''.

Sin embargo, aclaró que ello no es suficiente. Sin esperar a que fuese expresado en voz de alguno de sus anfitriones, Zedillo habló de una de las cuestiones que más preocupan a los inversionistas: el problema de la seguridad pública.

Aquí han circulado noticias sobre los escándalos recientes que han envuelto a personajes de la vida política del país. Concretamente el descubrimiento de los nexos del director del INCD, general Jesús Gutiérrez Rebollo, con el Cártel de Juárez, y su súbita destitución. Tampoco se olvida el secuestro del ejecutivo de la empresa Sanyo, Mamouro Konno, y que el caso no ha sido resuelto satisfactoriamente para los japoneses en términos judiciales.

Ernesto Zedillo quiso ser muy puntual al abordar el tema. Dijo: ``Hay que admitir que en la rama de la justicia y la seguridad pública mi gobierno ha tenido que enfrentar una situación muy crítica que se ha acumulado por largo tiempo.

``Estamos trabajando arduamente en nuestro marco legal, institucional y de recursos humanos para asegurar la impartición de justicia, para proporcionar al pueblo la seguridad adecuada''.

Al finalizar el acto, el Presidente atestiguó la firma de uno de los dos créditos que por 650 millones de dólares otorgará a México la banca japonesa y que contarán con el aval del Eximbank. El primero, que se pactó hoy, es por 250 millones de dólares para financiar la ampliación de la línea 2 del Metro. Más tarde se trasladó a sus habitaciones en el Palacio de Akasaka, donde recibió a parlamentarios japoneses y al director en jefe del diario Shinbum. Por la noche, en el Palacio Imperial, Akihito le ofrecerá una cena de honor.