Se niega, pero el diálogo entre gobierno y ETA siempre ha existido
Braulio Peralta, corresponsal, Madrid, 9 de marzo Ť Las únicas conversaciones que se reconocieron públicamente entre el gobierno español y ETA fueron las de Argel, en 1989. Sin embargo, un libro, Negociar con ETA. De Argel al gobierno del PP: crónica de un diálogo siempre negado, escrito por Carlos Fonseca, y publicado por Ediciones Temas de Hoy, desnuda una verdad que el propio periodista confirma a La Jornada:
--Desde 1989 hasta el día de hoy, aún cuando no existe un reconocimiento oficial, los contactos entre el gobierno y ETA siempre han existido. Y creo que, tarde o temprano, ETA tendrá un final dialogado.
--¿Y por qué lo han negado?
--Porque suponen un gasto político para el gobierno español. Por eso los contactos, hasta hoy, se han caracterizado por el protagonismo de intermediarios, y no de personas directamente vinculadas al gobierno.
Fonseca, que en los últimos años se ha especializado en el tema, primero desde el desaparecido diario El Independiente y ahora desde la revista Tiempo, señala:
--Cualquier idea es perfectamente defendible por medios pacíficos. Cualquier planteamiento, incluso el de ETA, es defendible. Hay que llegar a ese punto donde lo defendible se logre mediante el diálogo entre ambas partes. Yo no critico los postulados de ETA, ni niego que quieran reivindicar el derecho de autodeterminación del País Vasco ni la unidad territorial de Navarra. Pero como digo esto, agrego que no me parece correcta la colocación de una bomba a riesgo de personas inocentes. Negociar pacíficamente sería un mejor camino.
--¿Por esa razón es que los medios de comunicación la denominan invariablemente ``banda terrorista'', sin darle la oportunidad de ser una organización armada independentista?
--Es cierto que aquí se le llama terrorista, pero también, a veces, organización armada. Creo que en América Latina, donde ha habido ejemplos de movimientos insurgentes frente a dictaduras, esos grupos guerrilleros han generado una visión de alguna manera romántica de lo que ocurre en España, como si ETA fuera un movimiento insurgente. La situación de allá y la de aquí no son lo mismo.
--Sin embargo, en 1973, cuando ETA ejecutó a Carrero Blanco, los españoles lo festejaron en las calles, ¿o no?
--Fue el primer atentado de ETA en Madrid, en el que incluso colaboraron --está demostrado-- algunos miembros del Partido Comunista de España. Y es cierto lo que dices. Había, en aquellos momentos, una unidad de acción, y los objetivos de ETA se veían de una manera muy distinta a la actual. En aquel entonces, hasta el Partido Socialista Obrero Español reivindicaba el reconocimiento del derecho de autodeterminación de todos los pueblos. Pero ahora ya no vivimos esa situación política. Aquí ha habido elecciones, y ETA tiene que aquilatar estos nuevos valores.
--¿Qué hubiera pasado si en 1995, en el atentado contra José María Aznar, ETA logra terminar con la vida del ahora presidente del gobierno de España? ¿Cómo lo hubieran tomado los españoles?
--No tengo la menor duda que diferente a 1973, año de los estertores del franquismo. Carrero Blanco era la eminencia gris del régimen. Y el panorama político en este momento es otro. Esas son cosas que ETA, hoy, tiene que reconsiderar. Porque incluso desde el País Vasco existen muchísimas organizaciones de tipo ciudadano que intentan modificar esas situaciones de enfrentamiento bélico con el Estado español. Organizaciones que reivindican los postulados de ETA, pero desde la vía pacífica. Una propuesta pacífica que va creciendo día con día, dejando a ETA y su brazo político, Herri Batasuna, sólo con un 10 por ciento del electorado vasco. Incluso, gente del propio HB quiere la paz dialogada.
--Tu libro lleva un subtítulo: ``crónica de un diálogo siempre negado''. ¿Negado por quién?
--Por el gobierno, fundamentalmente.
--¿Hay intenciones del Partido Popular de negociar con ETA?
--No. Cuando llegaron al poder se generaron expectativas, porque se habló del convencimiento de que podría haber un final dialogado para ETA. Hubo algunas medidas concretas: el traslado de más de 30 presos a cárceles vascas. Pero ahora el proceso se ha invertido.
--No querrán darles una salida estrictamente policial, ¿o sí?
--Ni el PP cree que ETA pueda tener una salida estrictamente policial. Pero tampoco está, en este momento, en la dinámica de generar la posibilidad de un final dialogado. La de hoy es una situación muy enconada.
--¿No fue viable la intermediación del Nobel de la Paz, Pérez Esquivel, apenas en junio de 1995?
--Eso está totalmente interrumpido. Y hoy, lo que existe, es un franco enfrentamiento. Pérez Esquivel --o perico de los palotes-- da lo mismo: cualquier labor de mediación que pueda ayudar a que esto se acabe cuanto antes, mejor.
--La política del gobierno del PP de meter presos a miembros de la dirección de Herri Batasuna no es...
--No los metió el gobierno del PP. Lo ha hecho el Tribunal Supremo. Y desde luego, no me parece muy acertado. Pero una cosa es el poder Ejecutivo y otra el Judicial.
Carlos Fonseca habló con el mayor número posible de protagonistas para elaborar su libro. Gente con la que conversó y le pidió que no revelara nombre ni apellido. Rastreó sumarios, consiguió declaraciones oficiales, documentos internos de ETA. Después de meditarlo, dice:
--Juanjo Etxabe fue el primer jefe del frente militar de ETA. Llegué a él después de que otras personas me avalaran para que se diera la entrevista. ETA no es proclive a hablar con los medios de comunicación, cualesquiera, mucho menos con los que trabajamos en Madrid: se nos considera poco menos que vendidos al Ministerio del Interior.
--¿Y no hay nada de verdad en eso?
...--Como en todo: habrá gente más seria y habrá quien se conforme con la versión oficial; otros, preocupados más por confirmar los extremos de una y otra parte. Yo no soy más que un triste y simple periodista modesto que, interesado por el tema de ETA intenta hacer un trabajo de la manera más honesta y más seria posible. Y escribir este libro no me hace ni profeta ni adivino.
Lo mío es un relato periodístico que intenta dar una parte de la verdad de las cosas. Ojalá que la entrevista se entienda en esa justa medida.