La Jornada 10 de marzo de 1997

Niegan indígenas choles haber disparado a policías en el desalojo

Elio Henríquez, corresponsal, San Martín Chamizal, Palenque, Chis., 9 de marzo Ť Los choles de este ejido rechazaron ``categóricamente'' haber disparado contra los policías de Seguridad Pública que el pasado viernes desalojaron dos predios y desbloquearon la carretera a esta altura, con saldo de dos agentes muertos y cinco heridos. Los uniformados, ``indignados por la agresión'', responden: ``Sí fueron ellos, pero ahora se quieren lavar las manos''.

El sacerdote jesuita Mardonio Morales aseguró que el día de los sucesos -el viernes 7- los presbíteros Jerónimo Hernández y Gonzalo Rosas -detenidos el sábado por la policía- venían con él de San Cristóbal de las Casas, por lo que ``es imposible que pudieran haber participado en alguno de los hechos, como lo asegura el gobierno''.

El jesuita, que desde hace 33 años trabaja en esta región, aseguró que él y los citados curas llegaron a Palenque a las 17:30 horas del viernes, día de los hechos. Explicó: ``Por la mañana salimos de San Cristóbal a una junta programada en Bachajón, municipio de Chilón, y allí se enteraron del desalojo. Al conocer de hechos, acordaron viajar a Palenque, por lo que salieron poco después de las 15 horas y llegaron a la ciudad a las 17:30, es decir 30 minutos después de la supuesta emboscada, que según las autoridades ocurrió a las 17 horas''.

El sacerdote aseguró que la acusación en contra de sus compañeros sacerdotes y de los dos indígenas ``no tiene ningún fundamento'' y deben ser liberados cuanto antes.

En una asamblea efectuada esta tarde aquí, decenas de campesinos de San Martín Chamizal y de Emiliano Zapata, integrantes de Xi Nich, mostraron a cuatro labriegos golpeados con macanas por los policías.

Los de Emiliano Zapata, desalojados por segunda ocasión del predio que tomaron el 4 de febrero de 1994, propiedad de Manuel Huerta, advirtieron que volverán a posesionarse de las tierras, porque allí tienen su ``maíz, frijol, chile'' y otras cosas; ``aunque nos cueste la vida, no nos van a detener, estamos en la calle'', aseguraron.

Reunidos en la casa ejidal, hombres y mujeres de Emiliano Zapata dieron su versión: ``Como a las 8 de la mañana llegaron unos 300 policías para desalojar a las 75 familias que vivimos allí. Nos rodearon y nos fueron concentrando en un solo grupo, aunque muchos compañeros se dispersaron.

``Después de amenazarnos de muerte, nos pidieron que subiéramos nuestras cosas a dos camiones y nos fueron a tirar a diferentes comunidades''.

Aseguaron que mientras eran desalojados, dos helicópteros sobrevolaban la zona y ``abajo los policías hacían destrozos: se llevaron dos banderas de la escuela primaria rural Tierra y Libertad'' y también ``se robaron 41 mil pesos de una tienda y saquearon varias casas''.

Los de Chamizal, por su parte, relataron: ``Al avisarnos que los compañeros habían sido desalojados, desde las 10 de la mañana la gente se juntó y como 500 tapamos la carretera fronteriza para impedir que los policías se llevaran detenido a alguno de ellos''.

Explicaron que alrededor de las 15 horas llegaron decenas de agentes que querían regresar a Palenque: ``y cuando les dijimos por qué teníamos bloqueado, desde un helicóptero, con un altavoz, nos respondieron que no llevaban a ningún detenido. Los policías que estaban en tierra nos pidieron que formáramos una comisión para dialogar''.

``Apenas estábamos formando la comisión -prosiguen- cuando los policías comenzaron a tirar balas al aire y gases lacrimógenos para provocar el enfrentamiento, donde cuatro campesinos fueron lesionados con los toletes; después de media hora los policías se fueron a Río San Diego, en sentido contrario a Palenque''.

Los choles reiteraron que en el zafarrancho no hubo ningún policía herido ``y menos muerto, porque nosotros no tenemos armas''. Dijeron que son falsas las acusaciones, y que a los padres los quieren acusar desde hace tiempo. Eso no es justo, ellos ni estaban aquí''.

En Palenque, varios oficiales que participaron en los operativos del viernes se defienden: ``Nosotros íbamos desarmados porque el desalojo fue pacífico y no llevamos orden de matar ni de golpear''.

Frente al edificio donde está el destacamento ubicado justo atrás del convento de sacerdotes y religiosas, los agentes mostraron a los reporteros un camión oficial con por lo menos diez impactos de bala que, dijeron, recibió durante la ``emboscada''.

Uno de los oficiales dijo que en la ``emboscada'' de Chamizal murió un policía y dos resultaron heridos, y simultáneamente los indígenas ``atacaron a un grupo de compañeros que resguardaba el predio Zapata; allí murió otro policía y tres fueron heridos''.