Teme el PRI derrotas en 18 distritos capitalinos

En el preambulo de la contienda electoral, el PRI avisora focos rojos en la capital: en 18 de los 70 distritos electorales -federales y locales- en disputa existe un alto riesgo de perderlos; en 30 distritos más se consideran como de "riesgo medio". De las potenciales derrotas, seis corresponden a distritos federales y 12 a distritos locales.

Pese a las encuestas que consistentemente lo ubican como tercera fuerza electoral, el PRI no considera en su escenario la derrota en la elección de la jefatura de gobierno ni la pérdida del control de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal.

Su adversario principal: la "derecha conservadora" representada por Acción Nacional, favorecida por los errores de gobierno que ha centrado su avance electoral a nivel nacional en el voto de las grandes ciudades, como Guadalajara y Monterrey.

La disputa frente al PAN se concentrará en los distritos ubicados en zonas altamente urbanizadas donde residen amplios sectores de las clases medias; en contrapartida, las áreas marginadas de la periferia de la capital se verán competidas con el Partido de la Revolución Democrática.

Un nuevo factor se añade al escenario político-electoral del priísmo, la postulación de Cuauhtémoc Cárdenas como candidato del Partido de la Revolución Democrática, quien intentará reeditar el triunfo que el cardenismo obtuvo en 1988.

El entorno electoral que enfrentará el PRI es difícil y adverso en una ciudad altamente politizada: crisis económica y política; inseguridad; desempleo; altas tributaciones y la ruptura con organizaciones afines al partido.

Focos rojos: 18 distritos

Los análisis electorales que ha comenzado a desarrollar el PRI para definir sus estrategias de campaña arrojan, en un primer ejercicio, la posibilidad real de derrota en 18 distritos electorales, de los 70 que estarán en disputa en la capital del país, en el mejor de los escenarios considerados.

El estudio se realizó sólo con base en los resultados electorales de 1994 y actualizados a la nueva geografía político-electoral capitalina, independientemente de las variables políticas expresadas en las encuestas levantadas por diversas firmas.

Si bien representa menos del 30 por ciento de distritos perdidos, significaría un avance sustancial de la oposición, independientemente del resultado a la jefatura de gobierno. En 1994, el PRI solo perdió 5 de 80 distritos electorales frente a Acción Nacional.

El PRI considera como su principal adversario al panismo, de presencia electoral creciente en el país como reproducción de las tendencias generales que se han dado en las grandes ciudades, muy especialmente en los comicios celebrados en noviembre pasado, en el estado de México.

La tendencia del voto en las zonas urbanas cada vez es más clara hacia la oposición y muy especialmente en el caso del PAN, como ha sucedido en las zonas metropolitanas de Guadalajara y la ciudad de México.

En el balance del PRI, no se otorga mérito político al panismo, carente de estructura en la ciudad, sino al debilitamiento del voto duro del priísmo. La sociedad capitalina es ideológica y políticamente muy plural lo que ha impactado en la votación priísta.

Las clases medias claramente territorializadas en la zona central han tenido una tendencia marcada hacia el panismo, lo que ha llevado a ese partido a ganar varios distritos electorales.

Golpeadas por la crisis, la inseguridad y la caída de los niveles de bienestar, son votantes de difícil "recuperación" para el PRI. La geografía electoral de 1994 dan cuenta de que las zonas donde la derrota priísta se ha repetido en 1988 y 1994 se ubican en las delegaciones Benito Juárez -hoy gobernada por AN- y Coyoacán, donde se removió recientemente al delegado para promover al ex dirigente empreasarial, Vicente Gutiérrez Camposeco para frenar el descontento con la administración de Tomás Vázquez Vigil.

A nivel de las elecciones locales, el PRI considera que los distritos 19 -Benito Juárez-, donde en 1994 -hecha la conversión de votos a la nueva distritación- el PAN obtuvo 40 mil 46 frente a 37 mil 236 del PRI y 21 mil 761 del PRD y el 26 -Alvaro Obregón- donde el PAN captó 35 mil 476 y el PRI 32 mil 399. Estos son los que enfrentan un mayor riesgo y que incluso podrían perderse de acuerdo a la presencia electoral que tuvo el PAN en 1994.

Paralelamente, su radiografía electoral indica que otros diez distritos locales se encuentran dentro de la franja de alto riesgo pues la diferencia en 1994 frente a la segunda fuerza varía entre mil y nueve mil votos, que podrían ser fácilmente revertibles en el nuevo contexto electoral:

El 2 y 5 de Gustavo A MAdero; 15 en la Miguel Hidalgo; 21 en Benito Juárez; 28 en Alvaro Obregón; 30, 32 y 35 de Coyoacán; 37 de Milpa Alta y 39 de Xochimilco.

La posible pérdida de los doce distritos electorales no conlleva riesgos de perder la mayoría en la Asamblea de Representantes, cuyo control será estratégico para el próximo jefe de gobierno e incluso para el Presidente de la República.

Por lo que respecta a la elección de diputados federales, el balance arroja menores riesgos que en la elección local. Solo seis distritos son considerados en la franja de alto y mediano riesgo. En el distrito 15 y 21 que abarcan principalmente la delegación Benito Juárez -gobernada por la panista Esperanza Gómez Mont-, parte de Alvaro Obregón y Miguel Hidalgo, los riesgos son mayores.

En 1994, la votación del distrito 15 -siempre de acuerdo a la nueva distritación- el PAN obtuvo 56 mil 730 votos, contra 55 mil 370 del PRI y 32 mil 998 del PRD. En el distritos 21 el PAN alcanzó 52 mil 275 y el PRI 49 mil 991, en tanto que el PRD 25 mil 496.

Para el PRI, sin embargo, con los trabajos que ha realizado desde hace dos años para renovar sus liderazgos territoriales esperan reducir el margen de riesgo en la próxima campaña que está por comenzar y revertir la cuesta que les representa el descrédito, la crisis político y económica que han sido protagonistas centrales y que ya han cobrado elevadas facturas en las elecciones recientes en otras entidades.