Desalojo policiaco por supuesta amenaza de bomba en el Metro
Alberto Nájar Ť La estación Chabacano del Metro fue desalojada anoche durante más de una hora sin que oficialmente se proporcionara explicación alguna. De acuerdo con algunos testigos, los agentes de seguridad advirtieron a los pasajeros que se había recibido una amenaza de bomba.
El incidente ocurrió a las 20:15 horas, cuando sorpresivamente se detuvieron los convoyes de las tres líneas que confluyen en esa estación. Personal de seguridad se introdujo en los vagones y ordenó a los pasajeros salir lo más rápido posible.
Francisco Mejía Archilla, uno de los afectados, manifestó que los uniformados ``se portaron muy groseros, nos sacaron a golpes y empujones. Cuando les preguntamos por qué, dijeron que había una bomba''.
Todos los accesos a la estación fueron cerrados y sólo se permitió el ingreso a un grupo de policías vestidos de negro y que portaban ``aparatos muy raros; algunos traían tubos con espejos redondos'', relataron vendedores de revistas y choferes de microbuses.
Estos utensilios, por cierto, se utilizan para la búsqueda segura de artefactos explosivos en lugares de difícil acceso, como la parte baja de los automóviles o en repisas o cajones elevados.
Durante una hora los convoyes no se detuvieron en la estación Chabacano, lapso en el cual se efectuó una minuciosa revisión de las instalaciones.
A las 21:35 horas se reabrieron las puertas, y mientras ingresaban los usuarios decenas de agentes del Grupo Operativo de Apoyo a Pasajeros (GOAP) y personal vestido de civil, pero con aspecto militar, seguían revisando los puestos de comida y revistas ubicados en el interior de la estación y en algunos pasillos.
Con todo cuidado se asomaban al interior de botes de basura, o bien, con palos y toletes tanteaban la parte superior de algunas repisas. Mientras efectuaban su operación mantenían alejados a los curiosos y, por radio, se ordenaba el inmediato repliegue ``de todos los uniformados que sigan adentro''.
Oficialmente no se dio a conocer la causa de la suspensión en el servicio ni tampoco si se encontró artefacto alguno.
Tanto guardias como personal de mantenimiento rechazaron hacer comentarios e inclusive se argumentó que todo se debió a una falla mecánica. Empero, un agente del GOAP cometió un desliz: al preguntársele sobre el paradero de los Zorros, respondió: ``se fueron hace rato''.