Luis Javier Garrido
La defección

¿Existe un gobierno nacional en México?

1. El gobierno ``de Zedillo'' no tiene más prioridad que defenderse ante las evidencias que se han presentado en EU sobre las vinculaciones de Carlos Salinas, su familia y sus amigos en el narcotráfico, y la consecuencia es que en el ejercicio del poder está anteponiendo sus intereses de grupo a las decisiones económicas y políticas; lo que acontece en las comunidades rurales del país, y especialmente en el estado de Chiapas, pone de relieve la gravedad de la situación.

2. La historia mexicana de los dos últimos siglos no recuerda otro caso similar al de Zedillo, que antes que afectar los intereses ilegítimos de su predecesor ha aceptado ceder ante las pretensiones del exterior y comprometer al máximo la soberanía nacional. Para salvaguardar los intereses políticos, financieros y económicos de Carlos Salinas y de su grupo, y mantener en pie al ``narcosistema mexicano'', el gobierno ``de Zedillo'' sigue haciendo todas las concesiones a Washington, y no sólo se muestra dispuesto a seguir modificando la Constitución o a violentarla, sino a seguir entregando los recursos naturales a las trasnacionales, como acontece en Chiapas.

3. El conflicto de Chiapas es rehén de las políticas de Zedillo, que ante la descomposición del ``sistema'' pretende utilizarlo en vistas a las elecciones para atemorizar a los ciudadanos.

4. Zedillo no ha anunciado un programa para Chiapas en los más de dos años que lleva viviendo en Los Pinos, por la sencilla razón de que no lo tiene, como tampoco posee una respuesta para los principales problemas nacionales. Los tecnócratas no ofrecen más respuesta ante la crisis nacional que reiterar la noción de ``recuperación económica'', que se refiere a las medidas macroeconómicas destinadas a reordenar el desastre al que ellos mismos han llevado al país, y que no logran encubrir que el único programa para México (y para Chiapas) es el del Banco Mundial y del FMI, el cual implica desmantelar al Estado, reconvirtiendo a la Constitución de 1917 en un marco legal funcional al neoliberalismo y a las trasnacionales.

5. El proyecto de los centros de poder financiero internacional para Chiapas y Oaxaca es económico, pero también político, y eso no se discute de manera abierta. El documento del Banco Mundial titulado ``México: iniciativa de los estados sureños'' (El Financiero, 2-III-97), establece por ejemplo que a fin de que las inversiones extranjeras lleguen a esas entidades, se necesita descentralizar la actividad gubernamental (que el gobierno federal intervenga lo menos posible en las decisiones económicas) y, sobre todo, que haya cambios políticos. Es decir, que se termine con la insurgencia de los campesinos zapatistas.

6. La gravísima situación que está viviendo el país podría tener una solución si frente a la ineptitud y la corrupción del gobierno existiese el contrapeso de los otros Poderes, pero no es así, como se ve ante los acontecimientos de Chiapas. México vive no sólo una crisis de la Presidencia de la República, que se halla en manos de quien no tiene autoridad política ni moral para ejercerla, sino del sistema político en su conjunto.

7. Los intelectuales orgánicos del sistema y los consejeros electorales del IFE afirman que ya hay ``un proceso de transición'' en México, pero ignoran que no tenemos un marco de libertad de expresión en los medios, como tampoco libertades sindicales ni elecciones democráticas y, sobre todo, que no existen Poderes autónomos, característica de un régimen de Derecho, y que el Ejecutivo y la burocracia gobernante siguen siendo impunes.

8. La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha solapado el uso anticonstitucional del Ejército en Chiapas, con el que el gobierno ha buscado imponer autoridades espurias, defender a los finqueros, reprimir a dirigentes sociales, amedrentar a la población y desprestigiar a las fuerzas armadas.

9. El Poder Legislativo acaba de demostrar una vez más que carece de autonomía, pues los miembros de la Cocopa, que por mandato de Ley debían fungir como una instancia para coadyuvar a la búsqueda de la paz en Chiapas, en el momento determinante han terminado por plegarse a la decisión de Zedillo de no cumplir con su palabra empeñada (5 de marzo), asumiéndose no como representantes populares sino como empleados del gobierno, y abriendo una crisis gravísima en el proceso de diálogo.

10. El país, sin embargo, está cambiando, y sólo quienes gobiernan no se han dado cuenta de ello.