La Jornada jueves 6 de marzo de 1997

Marco Rascón
La Paca y la Soto

¿Este es el regalo del PRD a las mujeres para este 8 de marzo? ¿Este es el nuevo perfil feminista de las perredistas en el Congreso y el de la nueva mayoría legislativa que el PRD propone? ¿Y para apoyarlo la dirección del PRD quiere disciplina y silencio?

Alejandro Encinas la recordó como compañera de la 55 Legislatura y ha dicho que fue ``muy buena diputada'' y que ``ha mantenido una posición de izquierda, opositora''. Pero ésta no es la opinión de Encinas sino la del Comité Ejecutivo Nacional que ha resuelto proponerle una candidatura a diputada en las listas plurinominales del PRD.

Cecilia Soto no llegó al PARM en forma individual; se incorporó con un grupúsculo que durante años se presentó como Partido Laboral Mexicano (PLM), filial de los llamados Comités Laborales de Estados Unidos, dirigidos por Lyndon Larouche, un siniestro personaje que pasó de la extrema izquierda marginal a la extrema derecha, también marginal, pero fuertemente financiada por Washington. En los años 70, el mensaje central del PLM --dirigido por Soto y Patricio Estévez-- era fundamentalista y coincidía con los planteamientos de extrema derecha que propugnaba Larouche, quien afirmaba que la izquierda, el sindicalismo democrático, el Partido Comunista Mexicano y la política de oposición ``eran un complot'' de Kissinger y la CIA. Con un ``matiz'', la pareja Soto-Estévez acusaba a los dirigentes opositores de que sus posiciones se originaban en su ``impotencia sexual''.

Ambos llegaron al PARM, junto con Castro Bustos, en 1985; eran los tiempos de la luna de miel entre ese partido y Gobernación, que se rompió en 1987 con la postulación de Cuauhtémoc Cárdenas. La alianza fue restablecida en la 55 legislatura (1991-94), en el auge del salinismo, de cuando Encinas la recuerda como ``una muy buena diputada''. Soto no era parmista sino salinista, y así lo confirman votos y discursos en favor de las reformas de Salinas.

Para el PRD, esta postulación sólo tiene una razón pragmática: dicen que representa 4 por ciento de votos en la capital. Hacia la sucesión de 1994, el salinato montó una estrategia para impedir que Cárdenas y el PRD polarizaran el voto contra el PRI: Soto fue designada candidata presidencial desde Gobernación. En el despacho del entonces secretario, Patrocinio Gonzalez Garrido, fueron presentados Alberto Anaya, representante del PT y Cecilia Soto en calidad de ``su candidata'', misma que flanquearía desde la ``izquierda'' (buena izquierda, según Encinas) la candidatura de Cárdenas. Eran los tiempos en que a Anaya aún le ``era necesario'' Raúl Salinas, su amigo y protector, y a través del cual logró registro y prerrogativas. Días después, en Monterrey, sede del petismo, Soto era presentada en convención nacional a la sorprendida militancia, que por primera vez oía hablar de ella. La poca resistencia se apagó ante el sólido argumento de Anaya: mucho ganarían con esa candidatura respaldada por el gobierno. Al arrancar las campañas, Soto y Cárdenas tenían el mismo espacio en radio, prensa y televisión; al final, ella tenía más. Mucho costará al PRD demostrar la autenticidad de ese 4 por ciento que se atribuye a este personaje del palerismo político.

El 1 de septiembre pasado Cecilia Soto (tengo la foto como trofeo) secundó con convicción a Diego Fernández de Cevallos y a Santiago Oñate, quienes, iracundos, interrumpieron la sesión del Congreso en defensa de Salinas y del continuismo que reafirmaba Zedillo desde la tribuna. El cerdo de marras, caricatura del salinismo, se convirtió en esa ocasión en el espejo de sus empleados y defensores. ¿Fue en ese momento cuando Soto inició su acercamiento al PRD?

Sin hacer brujería, Cecilia Soto es un personaje tan grotesco como La Paca. y, al igual que ésta, es un producto de los manejos siniestros del poder, está al servicio de los peores intereses en toda circunstancia. Prueba de ello es que hasta ayer mantuvo en la expectativa al PT, que le proponía la candidatura a gobernadora del DF, y escogió donde pudiera hacer más daño: adentro del PRD.

Por último: ¿ya nadie recuerda que ella fue la que sugirió que el EZLN era una extensión de Sendero Luminoso? ¿No originó esto discrepancias entre el PT y su ex candidata?

PD. Dadas las nuevas condiciones disciplinarias, me doy por suspendido de mis derechos como miembro del PRD, pues no veo la necesidad que tenga el partido de equilibrar lo grotesco de La Paca, con lo grotesco de tener como diputada del PRD a Cecilia Soto.