El doblaje implica una ``competencia desleal'', afirma un grupo de cineastas
Raquel Peguero Ť ``Es falso que no existan terceros perjudicados'' por las demandas de amparo que interpusieron la Fox y la United International Pictures (UIP) para el doblaje de un par de películas. ``Se daña la obra del director, el trabajo de los actores, a los sordos que quedan marginados y se apoya aún más el analfabetismo funcional. Además con esta práctica las majors se convierten en una competencia desleal para la industria mexicana, que también sale deteriorada.''
Víctor Ugalde, presidente de la Federación de Cooperativas de Cine y Video --que agrupa a 250 cineastas mexicanos-- señaló lo anterior y consideró que por la manera en que son manejadas las demandas, por el mismo bufete jurídico, lo que se nota es ``que están tratando de sorprender'' como para ver cuál funciona, ya que meten una película vieja (Parque Jurásico) y una nueva (Locos a bordo).
Indicó que los artículos constitucionales que aducen para señalarse afectados, están ``mal invocados y además parten de supuestos falsos''. En el caso de la Fox, ``es un chiste porque dicen que Lucio López (jefe del Departamento de Supervición de RTC) no les permitió ejercer su derecho de petición, que sí ejercieron y se apoyan --con lo que se desdicen-- en que su respuesta fue incongruente''. En el caso de la UIP, por ejemplo, hablan de que se coartan las ideas, pero no es así, porque la película ya fue autorizada. No se les está suprimiendo ningún fotograma o escena, lo que se está diciendo es que las películas deben ser presentadas en su versión original, con subtítulos, tal y como lo señala la Ley de Cinematografía'' y varios acuerdos internacionales, como el de Berna, que ``sí son violados cuando se realiza el doblaje. Esa sería causa suficiente para rechazar el amparo'', consideró.
``Curiosamente --señala-- los estadunidenses han tratado, desde que se inventó el cine sonoro, de doblar las películas. Primero lo hicieron con las dobles versiones que fracasaron y luego de la forma que ahora conocemos. Siempre han hecho el intento de coptarnos, pero existe un espíritu de nación que lo impide y un respeto, aquí, por los derechos de autor y a la obra. No han cesado en ese intento quizá esperando encontrar un gobierno claudicante.''
Enfocándose en las demandas actuales, señala, en la de la UIP se sostiene que existen millones de personas que no tienen acceso a la información completa de la película porque no saben leer; ``no veo por qué vamos a convertir a los mexicanos en analfabetos más funcionales. Los subtítulos han propiciado que algunos aprendan a leer, en contra de las fallidas prácticas educativas del país; más bien quieren un país de asnos. Si de verás les preocupa que todos los mexicanos tengan acceso a sus películas, sería deseable entonces, que de aprobarse el amparo, sus filmes sean doblados a los 52 idiomas que existen aquí, pues hay una gran población que no habla español.
``La política en todo caso debería ser al revés --agrega-- y se agradecería que la UIP metiera parte de sus ingresos al INEA, así más gente aprendería las letras y podrían acudir sin problemas a ver una película subtitulada. La gente no va al cine porque las películas no estén dobladas, como exponen en su documento. No lo hacen por la voracidad de las empresas en los precios, que deja fuera de las salas a los trabajadores de salario mínimo. Hablan de comprender el sentido del filme, pero una película doblada pierde su concepción original. Ellos con un argumento están contradiciéndose a sí mismos.''
La demanda proclama que se está violando el derecho a la libertad del trabajo, ``pero no es así: no estamos en contra de que las películas se doblen en México. Hay nueve compañías que se dedican a ello y queremos que lo sigan haciendo, como hasta ahora, para América Latina. Lo que no queremos permitir es que se hagan para exhibirlas en México'' y se conviertan en una competencia desleal para la industria nacional.
Ugalde explica que con el doblaje se comete un ``fraude en contra del espectador que recibe un producto de mala calidad. Un actor se prepara para cada escena y su voz tiene una cierta resonancia, ritmo, matiz y relajación. Cuando se graba en directo tardas hasta un día en hacer un shot (corte); los dobladores hacen en seis horas toda la película.''
El subtitulaje permite, por otro lado, que personas discapacitadas, como los sordos, tengan acceso a los filmes y puedan seguir la historia de la pantalla. Al no hacerlo, ``se violan sus derechos y va en contra de la ley de discapacitados que acaba de ser promulgada''. Cuenta que hace unos meses, en la Federación, recibieron la carta de una mujer con este problema, donde les pregunta si es válido cortar su desarrollo ``cognoscitivo, intelectual y emocional'' con el doblaje.
Ahí explica, que tanto para la televisión como para el cine ``al ser no oyente encuentro siempre trabas para recibir la información, debido a que en estos medios, los actores se encuentran, gran parte del tiempo, en movimiento o en posiciones desfavorables ante las cámaras que no permiten una lectura labio-facial (...) para un sordo es efectiva la visualización del lenguaje, con los subtítulos, y le ayuda a estructurar de mejor forma la información, por más que no pueda escuchar la música, los gemidos, timbres de teléfonos y otros sonidos efectistas.''
No estaría mal, concluye Víctor Ugalde, que hasta las películas en español tuvieran subtítulos para que los discapacitados tengan un mejor acceso a ellas y no se les margine y puedan participar de la cultura.