En la reciente información sobre las reservas petroleras mexicanas hay muchas cifras, y es conveniente precisar algunos hechos:
1. Pemex va a emplear una nueva metodología. Muchas de las cosas que se mencionan en la información no son novedad ni tienen relación con la nueva metodología. Por ejemplo, el yacimiento supergigante de Cantarell es conocido como tal desde hace unos 20 años.
2. Un componente de la nueva metodología implica que se hicieron evaluaciones más precisas y rigurosas de las reservas de la Sonda de Campeche, de la cual proviene la absoluta mayoría de nuestra producción petrolera. Como resultado de esa evaluación más precisa, las reservas probadas de petróleo crudo en esa zona ahora son de 14 mil 992 millones de barriles, al primero de enero de 1997.
3. Otro componente de la nueva metodología consiste en hablar de reservas probadas, probables y posibles. Este componente no es tan nuevo, pues en tiempos de Díaz Serrano ya se le usaba, con la sola diferencia de llamar reservas ``potenciales'' a las que ahora se llama posibles. Cuando se dejó de usar esta terminología, se dejaron sólo como válidas las reservas probadas, y luego se dejó de usar el término ``probadas'' en todos los casos, pues se sobrentendía al haberse dejado de considerar las reservas que no lo estaban.
4. Las reservas de petróleo crudo al primero de enero de 1996 eran, en la misma sonda de Campeche, también llamada Región Marina, de 23 mil 579 millones de barriles. Estas son las reservas probadas anteriores a los cambios, aunque no se use el término en los documentos recientes, pues provienen del proceso ya descrito.
Hay entonces una reducción de reservas probadas de 8 mil 587 millones de barriles. Una pequeña parte de esta reducción podría deberse al petróleo que se sacó en 1996, y que no haya sido compensado con la comprobación de nuevas reservas en ese año.
Decimos que sería en todo caso una pequeña parte, porque la producción de todo el año fue de aproximadamente mil millones de barriles, o sea poco más de la décima parte del monto de la reducción de reservas. Con mayor razón sería poco porque es sabido que en el año sí se comprobaron nuevas reservas.
5. Debido al empleo de un método más preciso de evaluación, hubo entonces una reducción en el dato de reservas probadas en la Región Marina del orden de 8 mil millones de barriles, o sea una tercera parte del dato anterior. Conforme al método más preciso, aproximadamente un tercio de las reservas anteriormente consideradas como probadas, no lo son.
6. Conforme a los datos anteriores, había el primero de enero de 1996 en la Sonda de Campeche reservas de crudo equivalentes a 25 años de producción de esa sustancia y en esa región, con la producción de 1995. Conforme a los nuevos datos, el periodo descrito queda, con la producción de 1996 y al primero de enero de 1997, en 15 años de producción. Esto resulta de la baja en las reservas y del aumento en la producción.
Estas son algunas precisiones importantes. Es sano que haya mayor confiabilidad en las reservas petroleras. Ahora, habrá que actuar en consecuencia con esta realidad. Habrá que cambiar la estructura de la inversión y dedicar un mayor esfuerzo a comprobar nuevas reservas y a desarrollar nuevas zonas petroleras y gaseras.