Pierde Latinoamérica 30 mil mdd al año por la violencia criminal: BM
Ap, Dpa y Efe, Río de Janeiro, 3 de marzo Ť El vicepresidente del Banco Mundial (BM), Shahid Burki, aseguró hoy que los países de América Latina y el Caribe acumulan pérdidas anuales por 30 mil millones de dólares, equivalentes a 2 por ciento del producto interno bruto (PIB) de la región.
Durante la segunda jornada del seminario sobre violencia criminal urbana que se celebra en esta ciudad, Burki -quien presentó el domingo un estudio en el que se sostiene que la violencia en los países latinoamericanos es un serio obstáculo para el desarrollo- aseguró que no se trata sólo de que se pierdan los recursos que los gobiernos invierten en combatir la violencia urbana, sino también que la criminalidad es un factor que provoca una disminución en las inversiones extranjeras.
Burki apuntó que la pobreza de los países latinoamericanos, que va de la mano con el incremento de los índices de violencia, está caracterizada también por la falta de educación, principalmente para mujeres y niños, que provoca una permanente pérdida de empleos.
El responsable recordó que en los últimos 15 años el índice de criminalidad en América Latina ha aumentado 25 por ciento, y aseguró que esto ha dejado de generar 200 mil millones de dólares, lo que en varias naciones equivale a 25 por ciento del PIB. Señaló que las pérdidas anuales por 30 mil millones de dólares equivalen a la deuda externa de varios países latinoamericanos.
El seminario sobre violencia criminal urbana fue organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo, cuyo presidente, Enrique Iglesias, dijo que los programas sociales son la principal vía para combatir la pobreza y la violencia en la región. Agregó que ``los claros avances de las economías latinoamericanas no ocurren en la misma medida en el área social''.
Por otra parte, otros asistentes al seminario indicaron que la violencia intrafamiliar que impera en las grandes ciudades latinoamericanas es uno de los elementos que explica los elevados índices de criminalidad, y atribuyeron el fenómeno no sólo a la pobreza, sino también a comportamientos machistas de origen cultural.