La Jornada 2 de marzo de 1997

SUBASTA MILLONARIA EN EL TROPICANA

Ansa, Efe y Dpa, La Habana, 1o. de marzo Ť El presidente cubano, Fidel Castro, aseguró que no guarda ningún sentimiento ``en contra'' de los estadunidenses y pronosticó un aumento de la producción tabacalera, una de la cinco principales ramas de la economía de la isla, durante una cena de gala con más de 700 hombres de negocios de todo el mundo que celebraron el 30 aniversario de los puros Cohíba.

En la cena realizada en el famoso cabaret Tropicana, donde los invitados pagaron la suma de 500 dólares por la cena, hubo una subasta de estuches de puros --el último de ellos con una obra del pintor ecuatoriano Osvaldo Guayasamín y un pergamino firmado por Castro-- que recaudó 324 mil dólares, que en parte será destinados al sistema cubano de salud pública.

El líder cubano, que permaneció en el festejo hasta esta madrugada, se autocalificó como un ``fumador retirado'' que dejó los cigarros para colaborar en la campaña antitabaco, pero no porque dejara de gustarle: ``No dejo de soñar con los puros, lo digo honestamente. Muchas veces se sueñan cosas prohibidas''.

En una breve intervención en tan atípico escenario, Castro dijo que nunca había presenciado una subasta y que le había hecho ``una impresión tremenda''.

Entre bromas y chistes que provocaron los aplausos de los asistentes, muchos de ellos de rigurosa etiqueta, afirmó que al presidente estadunidense Bill Clinton ``le gusta fumar, pero Hillary se lo tiene prohibido. Supongo que eso y otras cosas, aunque él, de vez en cuando, parece que viola esas prohibiciones''.

En el mismo tono se refirió al presidente John F. Kennedy, ``quien fumaba puros y antes de firmar la ley del embargo (contra Cuba en 1962) envió a sus ayudantes a comprar todas las cajas de puros que había en Washington''.

Castro dijo no guardar ningún sentimiento contra los estadunidenses y consideró ``como un signo de cordura y de amistad'' la asistencia a la celebración de un centenar de ellos, entre los que estaba Peter Weller, conocido por su papel en la película Robocop. Recientemente, en Washington, el Departamento de Estado advirtió que para viajar a Cuba es necesario un permiso especial.

Por otra parte, el presidente del Consejo de Estado y de Ministros reconoció que años atrás ``teníamos más tierras'' en cultivo para el tabaco que las actuales 30 mil hectáreas, y que se necesitaría movilizar unas 100 mil personas para ese trabajo agrícola. También se mostró asombrado por los elevados precios que alcanzan los habanos en el mundo y precisó que a Cuba le queda al menos un 10 por ciento del valor de la exportación.

Al charlar con la prensa, Castro no consideró irónico una cena de 500 dólares por comensal y una subasta en uno de los últimos países con gobierno comunista: ``Al contrario, es una cosa racional, una cosa civilizada'', sostuvo.

La producción cubana de puros el pasado año fue de 71.8 millones unidades y para este año se prevé llegar a 100 millones en un mercado en permanente expansión y en el que la demanda es superior a la oferta.

En otro orden, la Iglesia católica cubana ``ha comenzado ya la misión preparatoria para la visita del Papa con vivo entusiasmo'', dijo hoy el arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, al comentar la visita que Juan Pablo II realizará a la isla del 21 al 25 de enero de 1998.

En Miami, un alto funcionario del Departamento de Estado consideró que Castro arriesga el control que ejerce sobre Cuba al permitir la visita del Papa y algunas libertades a la Iglesia católica, como la entrada de más sacerdotes y la publicación de boletines eclesiales.

``Castro está muy aislado y por eso ha tenido que jugar todas sus cartas... Es un paso muy arriesgado que podría desembocar en una situación peligrosa'', dijo el director de la Oficina de Asuntos Cubanos, Michel Ranneberger, mientras trascendió que el pontífice celebraría una misa en la Plaza de la Revolución de La Habana.