La Jornada 31 de octubre de 1996

Ninguna prueba que ligue a Raúl Salinas con las muertes de Ovando y Gil: PGR

Elena Gallegos y Juan Manuel Venegas El procurador Antonio Lozano Gracia sostuvo que ninguna agencia estadunidense involucra a Raúl Salinas de Gortari en los asesinatos, en 1988, de los asesores del Frente Democrático Nacional (FDN), Francisco Javier Ovando y Román Gil.

Dijo que la PGR solicitó información del Departamento de Justicia y que éste negó que tuviera elementos para hacer una imputación de ese tipo contra el hermano mayor del ex presidente Carlos Salinas de Gortari.

Otras fuentes oficiales apoyaron lo dicho por Lozano y señalaron que la filtración en la que se acusa a Raúl Salinas de esos crímenes, provino del ex comandante de la Policía Judicial Federal, Guillermo González Calderoni, quien tiene pendientes tres órdenes de aprehensión en México, por enriquecimiento ilícito, peculado y tortura.

El procurador fue entrevistado en Palacio Nacional, a donde acudió como parte de la comitiva oficial del presidente Ernesto Zedillo que recibió al mandatario uruguayo, Julio María Sanguinetti.

Ahí anunció, por otra parte, que la Procuraduría General de la República dará a conocer hoy un avance de los estudios que están practicando en la osamenta localizada en la finca El Encanto. Precisó que la investigación que se realiza agotará todos los procedimientos técnico-científicos y, hasta que no concluyan, ``nada podrá considerarse como definitivo''.

En torno a esta investigación, fuentes oficiales informaron que la fiscalía especial del caso Ruiz Massieu tiene ya identificado y bajo resguardo policiaco a la persona que dice ser testigo del asesinato de Manuel Muñoz Rocha y que, a través de una carta, dirigida a Francisca Zetina (La Paca), colaboró para la localización de una osamenta humana en la finca El Encanto, propiedad de Raúl Salinas.

Respecto a los señalamientos de que Raúl Salinas de Gortari tuvo que ver en el asesinato de Ovando y Gil, durante el intercambio con los reporteros, Lozano no pudo disimular un gesto de enfado cuando alguno machacó inquisitivo:

¿Tiene la PGR pruebas de que el señor (Raúl Salinas de Gortari) es adicto a la cocaína?

--No tengo ninguna información --atajó molesto--, y en todo caso ustedes saben que esto no constituye ninguna actitud penal delictiva. Para nosotros es importante mantener las investigaciones de un asunto tan delicado y de tanto interés para la sociedad, sobre todo por lo que se refiere al combate a la impunidad, y nos mantendremos estrictamente en el marco de las acusaciones que la PGR le ha hecho a ese señor.

Insistentes, los reporteros acosaron: ¿pero existen o no los informes de la DEA que imputan a (Raúl) Salinas los crímenes de Ovando y Gil?

--No hay ninguna información confirmada. Como he comentado en algunas ocasiones anteriores, hemos solicitado esta información al Departamento de Justicia de Estados Unidos y no hay ninguna información en este sentido.

Pero hoy se publica que la DEA ha aportado datos..

--No hay ningún dato específico. Ese tipo de informaciones o de filtraciones muchas veces no se confirman. Nosotros hemos solicitado a las agencias estadunidense, concretamente al Departamento de Justicia norteamericano, y no ha sido confirmado ningún dato de esa naturaleza.

Fuentes gubernamentales consultadas señalaron, por su parte, que desde la detención de Raúl Salinas de Gortari, en Estados Unidos, han surgido versiones sobre supuestos vínculos con Juan García Abrego --jefe del llamado cártel del Golfo y recientemente juzgado en un tribunal de Houston--, sin embargo ``no han aportado ninguna prueba que acredite esas acusaciones''.

Señalaron que las imputaciones sobre los crímenes de Ovando y Gil fueron hechas por el ex comandante González Calderoni, y se mostraron extrañadas de que los medios que las difundieron las hayan atribuido a otras fuentes.

González Calderoni --recordaron--, junto con Javier Coello Trejo, son los únicos ex funcionarios mexicanos que en el reciente juicio contra Juan García Abrego fueron acusados de tener amistad con ese narcotraficante, quien fue hallado culpable de todos los 22 delitos que se le atribuyeron y que están relacionados con el tráfico de estupefacientes y el lavado de dinero.

El ex comandante que está atrás de las acusaciones difundidas este miércoles, huyó del país a principios de 1993, cuando el entonces procurador Jorge Carpizo inició una averiguación en su contra, la cual incluso lo vinculaba al tráfico de estupefacientes en el norte del país. Se le confiscaron entonces bienes que fueron valuados en más de 10 millones de dólares, cantidad que difícilmente podría reunir como producto de su trabajo.

González Calderoni fue detenido con fines de extradición a México en septiembre de 1994 y, durante el juicio --que finalmente ganó--, declaró que en las elecciones federales de 1988, en México, Carlos y Raúl Salinas de Gortari lo instruyeron para interceptar las llamadas telefónicas de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Lucas de la Garza, dirigentes del entonces Frente Democrático Nacional (FDN)