En México existen varios problemas pendientes por resolver, entre ellos nos preocupan el rezago educativo, la explosión demográfica, el nivel de la calidad de vida y el aumento de la violencia intrafamiliar. Algunos estudios muestran que de cada 100 niños que inician sus estudios, sólo 50 terminan la primaria, 63 la secundaria y 88 la preparatoria; el aumento de población hace cada vez más difícil que toda la población tenga acceso a niveles decorosos de sobrevivencia, y desafortunadamente aumenta día con día la violencia intrafamiliar. Las estadísticas son clarísimas: indican que a mayor escolaridad de la madre, mayor desempeño académico de los hijos y menor número de prole por pareja. Los programas de atención a niños maltratados han descubierto que cuando los padres no saben cómo tratar a los hijos, en ocasiones usan la violencia como método de formación porque no se les ocurre que existan otras maneras de guiarlos.
Si pudiésemos llevar la educación a los hogares y enseñarles a las mujeres lo que necesitan, cuando lo requieren y a la velocidad en que lo pueden digerir, ayudaríamos a combatir algunos de los problemas que aquejan a grandes sectores de nuestra nación.
Pronto habrá mayor cantidad de canales de televisión, algunos deberían utilizarse para ofrecer educación no formal a todos los niveles posibles. Sería deseable que la televisión fuera un prestador de servicios y, como tal, además de contar con canales cuyo objetivo es entretener, informar y difundir la cultura, también debería haber otros dedicados exclusivamente a la educación de mujeres adultas.
Las mujeres requieren de formación básica, saber de ciencia y de puericultura. Qué mejor manera de complementar su educación que llevársela por medio de la televisión, hasta donde ellas están. La idea no es insertar artificialmente programación cultural en los canales existentes, sino crear nuevos espacios explícitamente dedicados a la educación no formal de quienes la requieren.
La televisión no puede ser un sustituto para la educación formal, pero sí un complemento. Para alcanzar la autosuficiencia educativa necesitamos estar sumergidos en un ambiente cultural que incluya a la ciencia, y utilizar todos los medios posibles para llevarla a cabo.