El Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN es una comunidad que posee las virtudes y las miserias humanas; unas veces se exaltan aquéllas y otras éstas. Mientras tanto, los profesores seguimos trabajando en hacer investigación y en formar doctores en ciencia. ¿De dónde vienen entonces las tormentas? ¿Será de quienes gritan: agarren al ladrón, ahí va, como en el cuento? El doctor Julio Muñoz, Profesor del Departamento de Fisiología y Neurociencias del Cinvestav, publicó en esta misma sección una serie de aseveraciones desarticuladas y temerarias que pretenden descubrir a los culpables de los problemas del Centro. Habla de complots y dice saber quienes son los responsables. Deben estar cerca de él. El Cinvestav es una gran institución y la sección de Ciencia de La Jornada es un foro para discutir sobre la ciencia y sus políticas. ¿Por qué usarlos para lanzar calumnias o halagos a los funcionarios que no convencen a nadie?
Ha habido numerosas denuncias en contra de las autoridades del Centro, muchas de ellas muy serias, que inquietan a la comunidad. Es obligación de las autoridades aclararlas. El uso de la descalificación e intimidación a los profesores no resuelve los problemas. La crítica anónima y sin fundamento y las acusaciones temerarias sin pruebas contra colegas son nocivas e inmorales y tampoco sirven. En nuestra comunidad los canales de debate y opinión deben abrirse y la crítica, fundamentarse. Como científica, al leer un artículo analizo sus datos para ver si se sustentan o carecen de bases, como en el caso del artículo del doctor Muñoz en el cual me alude. Podría yo argumentar si él tiene o no la autoridad moral para emitir sus sentencias, pero estas cosas se deben resolver en casa.
Lo que llama la atención es que en su artículo Julio Muñoz no menciona ni desmiente las denuncias que dice le preocupan. Tocaría a las autoridades convencer a la comunidad de que son falsas. El doctor Muñoz les ha dicho a muchos colegas que el Director del Cinvestav revisó su artículo antes de publicarlo en La Jornada y dio su aprobación, como parte de toda una estrategia. ¿A qué estrategia se refería? ¿A quién le sirve un artículo como el que ha publicado el doctor Muñoz? Evidentemente a la comunidad del Centro no y el más perjudicado es el Director. Las respuestas a estas preguntas apuntan hacia los hacedores de tormentas. El grupo de científicos que el doctor Muñoz llama fantasmal, marcó posición en relación a la propuesta de establecer un sindicato de profesores en el Cinvestav, surgida a raíz de un anteproyecto de reglamento elaborado por la Secretaría Académica, el cual en su artículo 23, capítulo Quinto estipula que ``es facultad del Director General nombrar y remover al personal académico''. Justamente alarmados, algunos colegas iniciaron actividades para organizar un sindicato de profesores. Hubo prisa y movimiento. Se oyeron nombres de futuros dirigentes, entre los cuales estaba el propio doctor Muñoz. Desde hace 20 años en el Cinvestav existe un sindicato de trabajadores manuales y administrativos (Sutciea). Algunos de sus líderes, que están ahí desde su creación, ofrecieron su experiencia y asesoría informal para el propuesto sindicato de profesores. Nos alarmamos ante la posibilidad de una organización gremial hecha al vapor, por sus implicaciones en nuestro ambiente de trabajo. Elaboramos con nuestras reflexiones el documento titulado ``¿Cuál es la mejor forma de organización gremial para los profesores del Cinvestav?'' que entregamos en mano a muchos colegas con la idea de propiciar el análisis y la discusión. El doctor Muñoz también descalifica en su escrito a una mesa redonda sobre los sistemas de evaluación del Cinvestav y del SNI convocada por un profesor de Departamento de Genética y Biología Molecular nivel 3 del SNI. En esta mesa los tres ponentes (nivel 3 del SNI) expusieron sus ideas sobre los sistemas de evaluación en las diferentes áreas de la ciencia. La discusión entre los asistentes se prolongó por más de tres horas. Después de estas actividades se dio un compás de espera para decidir cuál organización era la más conveniente para los profesores del Cinvestav, lo que creemos altamente positivo. El doctor Muñoz se excede al intentar ensuciar mi modesto nombre, que he construido sobre las bases de trabajo académico. Pareciera que quienes no comparten su punto de vista no tendrían derecho a opinar ni a reunirse y si lo hacen, deben notificarle sus nombres para ser públicamente linchados. Conmino al doctor Muñoz y a quienes le acompañan en esta estéril cruzada a mantener en el Cinvestav el alto nivel de discusión que nos caracteriza y a no perder el tiempo intentando crear problemas artificiales entre el Director del Instituto Politécnico Nacional y el Secretario de Educación Pública, táctica ya muy desgastada en el Centro. Será mucho más positivo enviar al Secretario de Educación Pública el mensaje de que requirimos urgentemente de su apoyo para impulsar con energía la ciencia y la tecnología (CyT) en el país y en especial en nuestra institución. Por nuestra parte. estamos trabajando muy fuerte con la propuesta e implementación de los nuevos Programas Multidisciplinarios que vinculan a la CyT con la sociedad; los cuales a pesar de los vientos tormentosos en contra han tenido éxito.