La Jornada 27 de octubre de 1996

17% al mínimo; a gasolina y diesel, 22 y 24% en un año

Roberto González A., Andrea Becerril y Roberto Garduño E. El gobierno federal anunció un incremento de 17 por ciento en el salario mínimo y aumentos escalonados que en 1997 sumarán 22 por ciento en el precio de la gasolina y de 24 por ciento en el del diesel.

Al dar a conocer los lineamientos de la política económica para 1997, el secretario del Trabajo, Javier Bonilla, informó que el gobierno federal mantendrá la disciplina en la política monetaria y en la asignación del presupuesto federal, y dijo que el tipo de cambio seguirá bajo el régimen de libre flotación.


El secretario de Hacienda y Crédito Público, Guillermo
Ortiz Martínez, y el presidente Ernesto Zedillo, durante
el acto en que se firmó el tercer pacto económico de
este sexenio.
Foto: Francisco Olvera

Dos días después de que comenzaron las negociaciones formales, el gobierno federal y representantes de la iniciativa privada, sindicatos y agrupaciones campesinas lograron alcanzar un acuerdo sobre el movimiento en los niveles de precios y salarios que influirán en el comportamiento de la economía mexicana en 1997.

Durante una ceremonia en la residencia oficial de Los Pinos fue dada a conocer la Alianza para el Crecimiento, el tercer pacto económico de este sexenio, en el que se establecen las metas de política económica para 1997 y que contiene estímulos a las empresas, prevé un incremento salarial dos puntos arriba de la inflación estimada para el próximo año y eleva el precio de los principales bienes y servicios que presta el sector público.

Con el presidente Ernesto Zedillo como testigo, Javier Bonilla anunció que a partir del 3 de diciembre próximo el salario mínimo, que ahora es de 22.60 pesos diarios, aumentará 17 por ciento y se mantendrá así hasta diciembre de 1997.

Las revisiones de contratos colectivos, integrales o salariales, se realizarán sobre la base de la más amplia libertad de las partes para determinar los incrementos conforme a las condiciones particulares de cada empresa.

En contrapartida, el precio de las gasolinas Magna y Nova aumentará 8 por ciento el primero de diciembre próximo y se aplicará un desliz mensual de 1.03 por ciento durante 1997. Con este ajuste, en diciembre de 1997 el costo del energético habrá aumentado 22.12 por ciento.

El precio del diesel aumentará también 8 por ciento el primero de diciembre y, en este caso, se aplicará un alza mensual de 1.20 por ciento durante 1997, con lo que en los 13 meses el ajuste será de 24.60 por ciento, 9.60 puntos arriba de la inflación prevista para el próximo año, que en el documento se calcula en 15 por ciento.

En el caso de la electricidad, la empleada para uso doméstico tendrá un incremento mensual de 1.2 por ciento durante 1997. A partir del primero de diciembre, las tarifas eléctricas industriales de alta y media tensiones se elevarán 10 y 9 por ciento, respectivamente, y el primero de abril de 1997 tendrán otro ajuste al alza de 5 y 3 por ciento, en relación con el precio de marzo previo.

La Alianza para el Crecimiento prevé que a partir de enero de 1997 se aplicará un mecanismo de ajuste mensual que mantenga el nivel real de las tarifas de meida y alta tensiones, que será determinado con base en el comportamiento de la inflación.

Respecto a la tarifa eléctrica de riego agrícola, se continuará con el ajuste, a partir del primero de enero de 1997, de 1.2 por ciento mensual, mientras que las comerciales y de servicios se deslizarán mensualmente con base en una fórmula de ajuste automático aplicada al precio del kilovatio-hora.

Bonilla indicó que los precios de otros productos petrolíferos y petroquímicos, así como los precios y tarifas de bienes y servicios que ya se determinan conforme a fórmulas ligadas a precios internacionales, seguirán rigiéndose bajo ese criterio.

El documento de 22 cuartillas, que Javier Bonilla leyó en 57 minutos, establece que la estrategia de política económica para 1997 propone alcanzar un crecimiento del producto interno bruto (PIB) de 4 por ciento real; inflación de 15 por ciento en el año; un déficit de 20 mil millones de pesos, 0.5 por ciento del PIB, en el balance fiscal del gobierno federal, y un saldo negativo de 80 mil millones de pesos, 2 por ciento del PIB, en el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos.

El secretario del Trabajo apuntó que el monto esperado de la inversión extranjera directa será superior al déficit en la cuenta corriente. Ello implica, agregó, que además de representar una fuente sana de financiamiento, la proporción de la deuda externa del país respecto del PIB no se estará incrementando.

La Alianza para el Crecimiento, en cuya firma no estuvo presente el presidente del Congreso del Trabajo, Víctor Flores, incluye también estímulos fiscales para las empresas, un punto que mantuvo atoradas las negociaciones el viernes pasado.

Los estímulos, que sólo tendrán vigencia durante 1997, eximen del pago del impuesto al activo a las empresas que en 1996 hayan obtenido ingresos acumulables de hasta 8.9 millones de pesos, y las empresas cuyas inversiones en 1997 excedan a las efectuadas en 1995 podrán deducir totalmente del pago de impuestos el 62.5 por ciento del excedente.

Además, las empresas que en 1997 empleen en promedio un número de trabajadores por arriba del registrado en 1996 recibirán un crédito fiscal por las nuevas plazas, que podrán aplicar contra los impuestos sobre la renta y al activo en 1997. El crédito será igual a 20 por ciento de un salario mínimo elevado al año por cada trabajador adicional.

Para estimular la generación de empleos en la industria automotriz, se permitirá a las empresas deducir, sin requisito alguno, hasta 71 por ciento de las inversiones en automóviles nuevos con un valor unitario que no exceda 224 mil pesos, sin que en ningún caso la deducción pueda exceder de 124 mil 765 pesos.

Las autoridades concedieron también ampliar la vigencia y el alcance del Programa de Apoyo a Deudores del Fisco Federal, para que los beneficios puedan también ser aprovechados por contribuyentes con adeudos superiores a 500 mil pesos, siempre que los pasivos se hubieran generado antes del 31 de mayo de 1996.

Como parte de los compromisos asumidos en la alianza, el gobierno federal realizará en 1997 inversiones por un monto que equivalga a 3.5 por ciento del PIB, que se estima el próximo año ascienda a un monto equivalente a 300 mil millones de dólares.

Los recursos serán destinados principalmente a áreas como hidrocarburos, electricidad, carreteras y agua. En el primer renglón, en el documento se prevé aumentar la inversión 58.9 por ciento en términos reales; en electricidad, 56.6 por ciento real, y en construcción, conservación y modernización de carreteras estima elevar la inversión 13.2 por ciento.

El documento dado a conocer incluye un adelanto de los presupuestos federales para 1997. Establece que en materia de gasto público se mantendrán los programas de abasto social de leche, tortilla y desayunos escolares.

En el presupuesto de gasto público se incluirá el reconocimiento del costo derivado de la reforma a la seguridad social, tanto en el pago de las pensiones y la cuota social, como en el comportamiento del costo del seguro de salud, que representará presiones adicionales sobre el superávit primario de 1.34 por ciento del PIB.

Además, se dará inicio a un programa de alimentación, salud y educación para 400 mil familias que viven en extrema pobreza y se creará un programa para dar empleo a un millón de trabajadores en zonas rurales, que tendrá un costo de 2 mil 100 millones de pesos.

Para el sector agropecuario, se aumentarán en términos reales los recursos asignados al Procampo y se propondrá un crecimiento real de inversión en infraestructura hidroagrícola.

El gobierno federal mantendrá la política de ajuste del gasto corriente asociado a áreas administrativas y a aquellas que no realizan tareas prioritarias. Las medidas de austeridad, disciplina fiscal y compactación de las unidades administrativas del gobierno no afectarán los derechos laborales de los trabajadores, aseguró Bonilla.

El documento leído por el secretario del Trabajo establece que el manejo disciplinado de la política fiscal y monetaria continuará induciendo la reducción de la inflación y de las tasas de interés. Permitirá, dijo, fortalecer la recuperación de la capacidad adquisitiva de los salarios y la generación de empleo, y hará posible elevar los niveles de ahorro interno.

La Alianza para el Crecimiento fue firmada por el presidente Zedillo, Javier Bonilla, los secretarios de Hacienda, Guillermo Ortiz; de Comercio, Herminio Blanco; de Agricultura, Francisco Labastida; el gobernador del Banco de México, Miguel Mancera; el presidente del CCE, Héctor Larios; el vicepresidente del Congreso del Trabajo, Enrique Aguilar, y la secretaria general de la CNC, Beatriz Paredes.


Discurso pronunciado por el presidente Ernesto Zedillo durante la ceremonia en la que suscribió, junto con los sectores participantes, la Alianza para el Crecimiento, en el salón Adolfo López Mateos de Los Pinos.

Señoras y señores dirigentes

de las organizaciones sindicales,

campesinas y empresariales

de México;

Señoras y señores:

Hace un año, en el marco de nuestra Alianza, nos propusimos vencer la emergencia económica, avanzar hacia la recuperación y sentar bases sólidas para un crecimiento vigoroso y sostenido.

Gracias al esfuerzo de los mexicanos y al esmero con que los sectores productivos han cumplido los términos de la Alianza, se ha superado la emergencia económica y la recuperación ya se está extendiendo, francamente, a todos los ámbitos de la producción.

Gracias al enorme esfuerzo de obreros, campesinos y empresarios, este año la economía tendía un crecimiento superior al 3 por ciento, como nos lo propusimos.

Gracias a que todos ustedes han cumplido con responsabilidad su parte, este año la inflación será alrededor de la mitad de la que tuvimos en 1995, y las tasas de interés han sido más bajas que lo previsto en la propia Alianza.

También, se superó el apremio que durante 1995 significaron las obligaciones de corto plazo con el exterior, al tiempo que se han ampliado los plazos y reducido costos para que la deuda externa no amenace la estabilidad financiera ni la recuperación económica.

Lo más importante es que se ha logrado recuperar los puestos de trabajo que se perdieron el año pasado, y ya se han empezado a crear nuevos y mejores empleos. Todo ello demuestra que el rumbo y la estrategia adoptados en nuestra Alianza fueron los correctos.

A partir de ahora, sobre la base de lo que ya se ha conseguido con el esfuerzo de todos los mexicanos, podemos proponernos para 1997 dar un paso definitivo hacia el crecimiento que México necesita. De ahí la importancia de que el día de hoy los sectores productivos y el gobierno federal hayan acordado una nueva alianza: una Alianza para el Crecimiento.

Esta Alianza nos permitirá que el año próximo consolidemos la recuperación y afiancemos las bases, para que a partir de 1998 nuestra economía crezca firme y duraderamente a más del 5 por ciento anual. Para alcanzar este objetivo, el primero que está obligado a cumplir sus compromisos en la Alianza es el gobierno.

Como lo señalé ante el Honorable Congreso de la Unión, al presentar mi Segundo Informe de Gobierno, un primer compromiso esencial será mantener la disciplina fiscal.

No obstante que en 1997 una parte apreciable de los ingresos públicos serán requeridos para garantizar la viabilidad y el fortalecimiento de nuestro Sistema de Seguridad Social, así como para cubrir el costo de los programas que hemos establecido en apoyo de las personas, familias y empresas deudoras, la disciplina fiscal permitirá que el déficit en las finanzas públicas sea muy pequeño.

Con esto, la deuda pública, como proporción del producto interno bruto, seguirá reduciéndose en 1997, y esa proporción continuará como una de las más bajas del mundo.

También en el marco de la disciplina fiscal, y como lo anticipé el primero de septiembre ante el Congreso de la Unión, el Ejecutivo federal someterá a su consideración una estrategia económica para alcanzar un crecimiento de la economía de al menos el 4 por ciento, así como para favorecer la reducción adicional de la inflación y las tasas de interés.

Gracias a la Alianza que hoy se suscribe, todos seguiremos contribuyendo a edificar una economía abierta, eficiente y productiva. Todos pondremos nuestra parte en la consolidación de una economía capaz de crecer firmemente sobre bases sólidas de ahorro interno, estabilidad de precios, certidumbre jurídica y libertad de intercambios.

Lograremos una sólida economía de mercado, que nos proporcione más recursos, para ampliar los programas de apoyo social, que atiendan las graves carencias que todavía padecen muchos millones de mexicanos.

Con la base material que nos dará esa economía, podremos aplicar programas más ambiciosos de salud, educación, alimentación, vivienda y otros servicios básicos, especialmente para quienes más lo necesitan.

Con el esfuerzo de los sectores productivos lograremos que el crecimiento económico, que comienza a darse, signifique la multiplicación de los empleos que nos hacen falta.

Lograremos que el crecimiento signifique que los salarios comiencen a recuperarse gradualmente, y que ello se refleje en los hogares de los mexicanos.

Sumando voluntades y cumpliendo cada quien su parte, paulatinamente comenzaremos a ver el fruto del esfuerzo de todos, en mejores ingresos para las familias, en mejores oportunidades para las empresas, en mejores condiciones para las comunidades de todo el país.

Los mexicanos nos hemos probado, a nosotros mismos y a todo el mundo, que hemos sabido trabajar juntos para vencer la emergencia económica.

Hemos probado que sabemos uirnos con decisión y ahínco para lograr nuestros objetivos. Por eso, no es tiempo de relajar el esfuerzo, sino de apretar el paso; unidos en nuestra Alianza daremos el siguiente paso para avanzar hacia un crecimiento con mejores frutos para todos.

Todos los sectores productivos y el gobierno federal, en primer lugar, seguiremos sumando voluntades y esfuerzos, para vigorizar la confianza en las enormes capacidades de nuestro país; para fortalecer nuestra unidad en favor del interés de los mexicanos.

Con convicción, con unión y con decisión, hoy suscribimos una Alianza para mejorar y para crecer. Por eso, esta es una buena Alianza para el obrero y para el campesino; para el empleado y para el empresario. Es una buena Alianza para el crecimiento del país; es una buena Alianza para todos; es una buena Alianza para México.