La Jornada 26 de octubre de 1996

Persisten diferencias IP-gobierno en torno de la Apre

Andrea Becerril Los representantes de trabajadores, patrones y del gobierno federal continuaban hasta esta madrugada las negociaciones para renovar la Alianza para la Recuperación Económica (Apre), que incluirá un aumento a los salarios mínimos y el ajuste de los precios de la gasolina y de las tarifas de energía eléctrica y los demás servicios públicos.

El acuerdo se firmará dentro de unas horas en la residencia Oficial de Los Pinos.

Durante el día hubo una reunión previa entre la cúpula patronal y el Secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz, de la que los dirigentes empresariales salieron contrariados, ya que no consiguieron los estímulos fiscales que habían demandado.

A las 19 horas comenzó la fase final de las negociaciones en las oficinas de la Secretaría de Hacienda localizadas en Dakota e Insurgentes.

Ahí, Guillermo Ortiz y el secretario del Trabajo, Javier Bonilla, dialogaron por separado con la dirigencia del Congreso del Trabajo y con el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Carlos Abascal. También estuvieron presentes los líderes de los sindicatos de Telefonistas y Mexicano de Electricistas, Francisco Hernández Juárez y Pedro Castillo, respectivamente, quienes por la mañana se habían quejado de que no los convocaron y tampoco conocían el documento a firmar.

Las pláticas continuaban hasta las dos de la madrugada y no se había llegado a un acuerdo sobre el aumento salarial (la propuesta era de 16 a 17 por ciento) y el incremento a los energéticos. Sobre este ultimo punto, tanto empresarios como líderes sindicales proponían que no fuera un aumento considerable, sino un deslizamiento mensual, sobre todo en lo que se refiere a la gasolina y a la energía eléctrica, para evitar un impacto gravoso en la inflación.

El otro punto que se discutía eran los estímulos fiscales demandados por el sector privado. La dirigencia empresarial insistía en que fueran similares a los que se convinieron durante la firma del Apre en octubre del año pasado.

Las negociaciones para renovar la Alianza para la Recuperación Económica (Apre) se intensificaron a fin de avanzar en la firma del nuevo acuerdo que, según notificó el secretario del Trabajo, Javier Bonilla, a los sindicatos foristas, debía signarse ``por instrucción presidencial''.

Fue el sector empresarial el que más presionó e incluso tuvo una primera reunión con el secretario de Hacienda en las oficinas del funcionario en la calle Arturo II, en Altavista.

Cerca de las 18 horas, y después de haberse reunido durante más de cuatro horas con el funcionario, los integrantes de la cúpula patronal salieron y se veían molestos.

Héctor Larios, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, comentó que aún no había acuerdo, pues ``el gobierno no quiere ceder en el otorgamiento de estímulos fiscales, pese que hay unas 465 mil empresas en riesgo de desaparecer''.

Hizo notar que esa postura dificultaba las negociaciones, ya que los empresarios habían mostrado disponibilidad a otorgar un aumento a los salarios mínimos uno o dos puntos por arriba de la inflación prevista, y para ello ``es imprescindible que las empresas tengan estímulos fiscales''.

Larios sostuvo que seguramente habría una reunión al otro día. Lo mismo dijo el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Carlos Abascal, aunque él matizó y dijo que se seguían buscando puntos de coincidencia. Rechazó también que el atraso de la firma del nuevo pacto pudiera poner nerviosos a los mercados financieros. ``Lo peor que se podría hacer en la negociación de la nueva fase es que ésta sea precipitada o arrebatada'', dijo.

Sin embargo, por la noche representantes empresariales y del sector obrero fueron llamados a una nueva reunión que comenzó poco después de las 19 horas en otras oficinas de la Secretaría de Hacienda, ubicadas en las calles de Dakota e Insurgentes. Ahí las negociaciones fueron presididas por los secretarios de Hacienda y del Trabajo, Guillermo Ortiz y Javier Bonilla, respectivamente, y se comenzaron a discutir tanto el aumento salarial como los estímulos fiscales y el incremento a los precios de gasolina, energía eléctrica y las demás tarifas de los servicios públicos.

Los representantes del Congreso del Trabajo fueron el vicepresidente del organismo, Enrique Aguilar Borrego, los cetemistas Nezahualcóyotl de la Vega y José Ramírez Gamero y el secretario general de la Confederación Regional Obrero Mexicana (COR), Cuauhtémoc Paleta. Fue una reunión cupular, como la definió por la mañana el dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas, Pedro Castillo, toda vez que no se llamó a la mayoría de las 34 organizaciones que integran el CT.

Ello ocasionó que los diez sindicatos que participan en el frente sindical, o grupo de los foristas, llevaran a cabo una reunión extraordinaria en la que determinaron no avalar el nuevo pacto, ya que hasta ese momento no conocían el documento básico.

Luego de la reunión, el dirigente del SME, Pedro Castillo, y el líder de los telefonistas, Francisco Hernández Juárez, informaron que no estaban dispuestos a firmar un pacto negociado a nivel cupular. Castillo precisó que un día antes se citó a varios sindicatos foristas en la Secretaría del Trabajo, donde el titular de la dependencia, Javier Bonilla, les notificó que ``por instrucción presidencial'' los representantes de los sectores estaban reunidos para renovar la Apre.

Castillo agregó que no se les mostró el documento que presentaron algunas centrales --entre ellas la CTM-- en nombre de todo el CT, y tampoco se les invitó a participar en las discusiones.

La renovación o ratificación de la alianza precisó, tendría que basarse en cinco puntos: libertad absoluta en las negociaciones contractuales, desgravación salarial --que no se ha cumplido--, no más privatizaciones, no a la reducción del gasto público y análisis del impacto que tendrá en la inflación el incremento de los precios de energéticos y de otros servicios.