La homilía fue una invocación al Estado de derecho, afirma Rivera
Salvador Guerrero Chiprés ``Es tiempo de reconciliación'', planteó el arzobispo Norberto Rivera Carrera, con quien ya se han reunido funcionarios de Gobernación en los últimos cuatro días.
Aseguró que no existe ni enfriamiento ni distanciamiento con las autoridades y que su mensaje dominical en la catedral metropolitana fue ``un invocar'' a un estado de derecho. Asimismo, dijo no haber recibido ``ningún extrañamiento'' o amenaza gubernamental. Sólo fue una carta recordatoria de la ley, comentó.
Ante los reporteros que lo acosaron en la sacristía adjunta a la parroquia de San Agustín de las Cuevas, de la Universidad Pontificia de México, Rivera Carrera dijo sentirse ``muy tranquilo, con la suficiente libertad para seguir cumpliendo con mi misión''.
Cuando los reporteros lo abordaron al bajar de su automóvil rumbo a la universidad, en donde fueron entregados por primera vez los doctorados Honoris Causa al cardenal Ernesto Corripio Ahumada y al cardenal Joachim Meisner, el prelado, caminando a paso veloz, insistió: ``yo dije lo que dije y lo dije bien. Ustedes los de La Jornada son los que dijeron que yo incité a la desobediencia civil''.
Se le mencionó que las cabezas no sólo de este diario sino de muchos más implicaban lo mismo que él en la homilía: desobediencia en ciertas condiciones.
Al ingresar al jardín del recinto universitario, se acercaron al arzobispo otros clérigos. Le dijeron: ``nosotros hacemos changuitos contigo''. A veinte metros, el cardenal Corripio Ahumada declaraba que en este momento: ``entre la Iglesia y el Estado sólo hay paz''.
Corripio Ahumada, arzobispo emérito de México, acusaba a los medios de difusión de ``inventar'' y promover ``interpretaciones desviadas'' del contenido de la homilía.
Una reportera preguntó sobre la supuesta posibilidad de sanción al arzobispo. Respondió: ``esas son declaraciones de allá, a mí qué me pregunta. Yo publiqué íntegra la homilía''.
--Entonces, ¿deben las iglesias participar en política?
--Eso dice.
--Hace un momento el subsecretario de Asuntos Religiosos de Gobernación, Rafael Rodríguez Barrera, dijo que no hay conflicto con la Iglesia.
--Es tiempo de reconciliación.
En esa misma reunión de acercamiento con el funcionario, realizada en un restaurante cercano a Balderas, se informó que en esta semana ha habido encuentros con el obispo ``en tono reconciliatorio'', según dijo un funcionario bien enterado.
Después de la ceremonia, Rivera Carrera consideró exacta la opinión de Rodríguez Barrera acerca de la ausencia de conflicto, ``no hay enfriamiento entre la Iglesia y el Estado, lo que dijo el arzobispo está por escrito y ni es violatorio de la Constitución y sí es expresión de lo que tiene que decir el arzobispo que es el Evangelio''.
Siempre refiriéndose a sí mismo en tercera persona, Rivera insistió en que sin ley ``esto se vuelve algo caótico''. La carta de Gobernación, subrayó, no incluyó ni reproches ni amenazas ``simplemente se me recuerdan los preceptos constitucionales''.
Aludió a las opiniones de legisladores priístas: ``son opiniones individuales, a los legisladores no les corresponde dar la sentencia''.
Comentó que es compromiso y obligación eclesial llamar a la comunión, el mutuo entendimiento, el respeto, la tolerancia y la fraternidad. Una vez que el gobierno dé a conocer el reglamento del artículo 130, ``tendremos que acatarlo''