Aprueban la iniciativa sobre petroquímica
Oscar Camacho Guzmán y Ciro Pérez Silva Con 144 votos en contra y 277 a favor, incluido el del perredista y secretario de la Comisión de Energía, Raúl Castellanos Hernández, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto que modifica la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional en materia de petróleo.
El voto de Castellanos sorprendió a propios y extraños. Fuera del reglamento, el perredista explicó que votaba a favor en lo particular porque para su partido significa ``un triunfo'' la modificación de la iniciativa original de privatización de las petroquímicas, y votó en contra en lo particular porque los ocho productos que el Estado identifica como básicos no satisfacen los requerimientos de la petroquímica en México.
El legislador del PAN, Agustín Torres, grita durante una
intervención priísta en la discusión del dictamen sobre la
petroquímica. Foto: Víctor Mendiola
El priísta Tito Rubí avaló el voto del perredista y subrayó que la fracción del PRD ``deja ir otra vez un triunfo político por someterse a la decisión de Cuauhtémoc Cárdenas'', quien conminó a los perredistas a votar en contra si no se incluían ocho productos más que, según el PRD, también deberían considerarse básicos.
El único priísta que votó en contra de la iniciativa, Alejandro Rojas Díaz-Durán, llamó a sus compañeros de bancada a ``no engañarse'' al votar a favor de esta iniciativa, pues ``hay toda una estrategia para que Estados Unidos se apodere de este importante recurso energético. No pensemos ingenuamente que sólo abriendo una parte de la petroquímica secundaria, que además no lo es, vamos a conservar el dominio del petróleo y los hidrocarburos''. Recordó que en la pasada asamblea del PRI las bases exigieron que no se privatizara la industria y lo que se hace ahora, agregó, ``es privatizarla a pedazos''.
El debate duró casi cinco horas e incluyó un voto del PRI contra una moción suspensiva del PAN.
Los panistas se pronunciaron por ``no legislar al vapor una iniciativa que llegó a la Cámara hace siete días''; asimismo, afirmaron que el Ejecutivo ``ha demostrado, en el ejercicio de su hegemonía en las privatizaciones poco diáfanas y en ocasiones turbias'', que puede cambiarlas ``según sus intereses o de grupos político-económicos''.
El PRD, a través del diputado Jesús Cruz Malpica, consideró que con la clasificación que se pretende legislar el Ejecutivo federal ``no pasa un examen de química industrial o derecho constitucional, por lo que aprobar la iniciativa significa expedir, al margen de la Constitución, el acta de defunción de la industria química del petróleo como actividad estratégica del Estado mexicano''.
Por su parte, el diputado Raúl Fuentes, del Partido del Trabajo, manifestó su determinación de votar en contra de la privatización porque no garantiza ``la defensa del patrimonio de la nación, de nuestra soberanía y del bienestar de todos los mexicanos''.
En su oportunidad, Luis Sánchez Aguilar, de la fracción Social Demócrata, dijo que Adrián Lajous, Jesús Reyes Heroles y Guillermo Ortiz Martínez ``son un trío de vendepatrias; se han convertido en vendedores de la riqueza nacional a intereses extranjeros''.
El debate, que según algunos legisladores ``no prendía ni con la explosión de una tonelada de dinamita'', tuvo su mejor momento cuando el panista Gabriel Llamas Mujardín aseguró que se estaba legislando ``por los intereses políticos de un grupo que sólo se ha dedicado a desestabilizar el país'', luego de advertir que la petroquímica ``no debe ser botín de políticos en decadencia'', sino que debe servir para generar recursos y empleos.
El legislador aseguró que no es posible votar en favor de una iniciativa con información insuficiente para formarse una opinión razonable.
En respuesta, el priísta Oscar Levín Coppel subió a la tribuna para señalar: ``Los excesos del ala extrema, de los duros de izquierda y de derecha, tienen en común la antidemocracia. Los extremos se tocan, dirían los clásicos; yo diría que siempre andan juntos''.
De inmediato Llamas Mujardín pidió la palabra para hacer alusiones personales y desde la tribuna. Señaló que no es posible pretender reactivar y modernizar un sector cuando ``existen tibios que son abominables. ¿Qué puede pasar a través de la falta de definición de la tibieza de carácter y de la indefinición mental e intelectual?''
El intercambio desde la tribuna entre el diputado panista y el priísta tensó por un momento el ánimo de ambas bancadas. El panista sostuvo que en petroquímica no se trata sólo de producir ``gomitas, dulces ni chocolates'' y que se requiere gente capacitada para dirigirla, y llamó a los priístas a competir con sus propios recursos y no con los del Estado.
``No es posible que se pida un voto a favor cuando se desconoce la información. No es nada más ser inmaduro; es también ser incongruente cuando se quiere votar una iniciativa que es tibia, incolora, insípida e indefinida.''
La discusión continuó con diputados de todas las fracciones. La iniciativa, finalmente aprobada, se turnó al Senado de la República.
Previene el IMIQ ante el riesgo de capitales especulativos en el sector
El gobierno federal ha tomado ``el mejor camino'' para desarrollar la industria petroquímica, pero debe cuidar que a este sector no ingresen capitales especulativos, sino inversionistas nacionales y extranjeros comprometidos con el desarrollo del país, afirmaron miembros del consejo directivo del Instituto Mexicano de Ingenieros Químicos (IMIQ).
Mientras tanto, el nuevo director general de Mobil Oil, Tony Turchi, sostuvo que esa empresa trasnacional aún no ha determinado si invertirá en el sector porque aún no está definida la situación. ``Es una decisión difícil para el gobierno federal y es un asunto complejo por la gran carga emocional que tiene'', dijo.
En una conferencia de prensa en la que se dio a conocer la posición del Instituto Mexicano de Ingenieros Químicos ante la nueva estrategia para la industria petroquímica mexicana, Alejandro Villalobos, miembro del Comité de Petroquímica del instituto, señaló que la falta de inversiones ya llevó a Petróleos Mexicanos (Pemex) a aceptar capital privado para concluir proyectos de nuevas plantas petroquímicas en el complejo La Cangrejera.
Por medio de la figura de ventas anticipadas, explicó Villalobos, las empresas Celanese y Resistol aportaron recursos para terminar dos plantas cuya construcción se había suspendido en 1992 por falta de capital. (Víctor Cardoso