La Jornada 24 de octubre de 1996

MARGINACION EN LAS HUASTECAS

Blanche Petrich, enviada / III y último Benito Juárez, Huasteca Veracruzana El Banco Mundial, en un diagnóstico sobre la viabilidad de un proyecto de desarrollo sustentable para la Huasteca Veracruzana, advierte que si no se toma en cuenta también ``y de manera prioritaria'' a los grupos organizados de los campesinos más pobres de la región, ``productores de autosubsistencia que sobreviven, se organizan y demandan el derecho al desarrollo'', ningún programa podrá prosperar.

Escéptico, el padre Lorenzo Vázquez da por descontado que esos campesinos, ``que lo único que tenemos es nuestra vida comunitaria, nuestra cultura comunitaria, no cabemos en el futuro del neoliberalismo. Salimos sobrando''.


En Radio Campesina, Huayacocotla, Veracruz. Foto: José Antonio López

Este hiperactivo párroco es reacio a las denuncias públicas, a la prensa en general. A diferencia de las protestas que han generado las amenazas contra la labor de los jesuitas en la vecina Huayacocotla, muchos sacerdotes de la región Chicontepec-Benito Juárez --todos ellos diocesanos-- padecen el hostigamiento de las fuerzas de seguridad sin que estos hechos se ventilen en el exterior.

Antes, el obispo sólo con los ricos

El violín y el guitarrón entonan unas ``vinuetes''. Los representantes de las comunidades tejen coronas de flores. No es fiesta sino una reunión lo que preparan pero así saludan ellos, los náuhatls. Irene Cortés, jefa de la cocina y del enorme tamal ceremonial --chamitle-- recuerda cuando ``antes'' los pobres de las comunidades del municipio Benito Juárez ponían como cooperación el dinero y los ricos hacían la fiesta y comían con el obispo.

Ahora el obispo come con ellos, después de ser coronado en señal de agradecimiento. El padre Vázquez, con su áurea de cempazúchiles también, sirve los platos. Dos pickups azules, de la policía local, rondan el predio donde realiza la reunión de los representantes indígenas con la misión internacional del Movimiento Ciudadano por la Democracia.

Uno, de Palma Real, habla de lo mal que les ha ido con los créditos de Pronasol y Banrural. El dinero siempre se atrasa y los cobradores siempre se adelantan. Procampo no da completo el dinero.

Otro más, de La Revancha, habla de los hospitales. Su esposa e hijo --``mi pobrecito niño''-- son víctimas de negligencia médica. Un descuido durante el parto le provocó al niño lesiones cerebrales permanentes. Sabe, además, de muchas mujeres de Tenantitla y Stacahuayo a las que en el centro de salud de Huecoatitla les han condicionado la atención médica a sus hijos ``a que ellas se dejen amarrar con la operación'': esterilización forzosa.

El de Río Huitatla habla de la educación: poquísimas las escuelas, y además inservibles. Uno de los maestros de secundaria es un chamaco de 18 años que no sabe leer. El de Comunidad Guerrero enumera un largo rosario sobre la inexistencia de justicia: caciques y pistoleros que los despojan de las tierras y los matan con la venia de jueces y ministerios públicos.

Irene habla de la iglesia, de cómo desde que llegó el padre Lorenzo empezó a llegar más gente al templo, de cómo a los mestizos de la cabecera les molestó eso ``porque nuestros hermanos indígenas ensuciaban'' y por lo tanto los indios tuvieron que construir estas dos galeras para escuchar misa. En fechas importantes se llegan a reunir varios miles de cristianos que caminan desde comunidades muy lejanas.

Benito Juárez tiene alcalde perredista, en un estado que es reserva electoral priísta. Es un municipio marcado por las invasiones de tierras, muchas organizadas por la OIPUH, pero también por otras fuerzas antagónicas, como Antorcha Campesina. Y por las ejecuciones a caciques. Se dice que muchos ricos del pueblo se han ido porque se sienten amenazados.

La Huasteca se caracteriza por una fuerte tradición organizativa. En Hidalgo está el antecedente de las luchas agrarias, la masacre de Yahualica en 1974 y la expropiación masiva de tierras --se habla de 25 mil hectáreas-- en las postrimerías del echeverrismo.

Un cuarto de siglo después, están del lado oficial la URECH, vinculada a la UNORCA, priísta y de corte corporativo. En el otro extremo está la OIPUH, que forma parte, junto con otros grupos, de la fuerza campesina más numerosa de la región, la FDOMEZ.

Las organizaciones independientes y opositoras son, según el investigador Pablo Vargas, de la Universidad Autónoma de Hidalgo, ``organizaciones de nuevo tipo'' con métodos de trabajo que priorizan la identidad étnica de los pueblos y proponen una nueva oferta política. Son, dice él, ``radicalosos''.

Más aún, sostiene que en el discurso hasta ahora conocido del Ejército Popular Revolucionario hay ``reminiscencias'' de las formas expresivas de OIPUH. ``Por otra parte, por muchas razones, entre otras las condiciones de la zona, hay rescoldos que permiten pensar en la viabilidad de brotes de lucha armada en esta región. El lenguaje del EPR puede prender en estos pueblos''. Sin embargo, puntualiza que ``no hay constancia de que sean base social de grupos armados clandestinos''