Quienes quieren la guerra exigen la cabeza de Samuel Ruiz, advierte
Palabras del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en el final de la Primera Reunión Tripartita EZLN-Cocopa-Conai en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
23 de octubre de 1996.
Queremos iniciar este acto final de la reunión tripartita EZLN-Cocopa-Conai con agradecimientos que el encierro y la seguridad nos han impedido dar directamente.
Queremos agradecer a los hombres y mujeres de la Cruz Roja Mexicana el que hayan permanecido en los cinturones cuidando a nuestra delegación en estos días, y la ayuda que prestan al Comité Internacional de la Cruz Roja en los traslados de nuestros compañeros jefes indígenas.
Queremos agradecer a los hombres, mujeres, niños y ancianos de la sociedad civil por su paciencia, su entrega, el callado sacrificio de las largas horas de noche y día, para ceñir en torno nuestro el cinturón de paz que nos protege y alienta.
Especialmente damos gracias a los jóvenes del equipo de seguridad, cuya dedicación es botón de muestra del deseo de paz que existe en la juventud mexicana.
Queremos agradecer también a los señores de la policía bancaria que, no obstante que no han recibido el pago de horas extras prometido por el gobierno, cumplieron su labor con discreción y respeto. Tal vez cuando el alcalde termine de simular atracos para esconder los fraudes propios y de su antecesor, podrán recibir un pago justo por el único trabajo digno que han hecho como policías, es decir, cuidar la paz que aquí se busca.
Queremos agradecer a los trabajadores de la prensa que, no obstante rumores, malas interpretaciones, desaires y largas esperas, han sabido perseverar en su tarea de informar a México y al mundo lo que aquí ocurre, a pesar de sospechas y recelos. Les reiteramos nuestro reconocimiento a su contribución a la paz y nuestra confianza en que la inquietud de buscar la noticia, y darla a conocer, será superior a otras tentaciones que el poder ofrece.
Durante estos siete días hemos sostenido reuniones con los señores legisladores de la Comisión de Concordia y Pacificación y con los integrantes de la Comisión Nacional de Intermediación que preside el señor obispo Samuel Ruiz García. Más que reuniones, estos encuentros fueron intensas sesiones de trabajo.
Alejada la lógica de las partes que buscan vencer y rendir, la mediación y la coadyuvancia pudieron, junto con el EZLN, trabajar en el complicado abre-camino hacia una paz todavía desconocida.
Lejos de los burócratas de la guerra, que esconden su cobardía detrás de grititos histéricos y amenazas, la Cocopa, la Conai y la delegación zapatista pudieron reconstruir el clima de confianza necesario para descubrir que la paz nueva es incluyente, y que no es posible con el aniquilamiento de un movimiento que está dispuesto a todo, siempre y cuando el todo vaya acompañado de la dignidad.
Sobre los resultados de las reuniones entre la Cocopa y el EZLN, y entre la Conai y el EZLN, los legisladores y los mediadores les informarán en unos momentos; no adelantaré lo que ellos dirán dentro de unos instantes.
Pero mis compañeros jefes indígenas me han pedido que salude el empeño, respeto y seriedad que las dos comisiones, la Nacional de Intermediación y la de Concordia y Pacificación, han mostrado en este encuentro.
Y los zapatistas saludamos esto, porque ni empeño ni respeto ni seriedad han mostrado frente a nosotros los grises y tercerones hombrecitos que, en estos momentos, lamentan lo que hoy se anuncia; para quienes la paz equivale a desempleo y pérdida de viáticos y prebendas. La guerra es negocio y es escalera política.
Nada pierden en la guerra, porque otros son los que pelean y otros son los que mueren.
Nada ganan con la paz, porque en ella se palpa la mediocridad de sus tamaños.
Por eso, por mi voz los zapatistas saludamos el trabajo desarrollado en estos días por los legisladores de la Comisión de Concordia y Pacificación. En todo momento hemos recibido de ellos un trato serio y respetuoso, algo muy difícil de encontrar entre los políticos mexicanos.
En medio de un sistema político donde la eficacia es imperdonable y sólo se aplaude la desidia y la estupidez, la Cocopa optó por la inteligencia, esa que provoca envidias y recelos y se aleja de la espectacularidad.
Las trabas, trampas y obstáculos que hubo de superar ahora la Cocopa no serán los últimos. Nosotros esperamos que tampoco hayan sido últimas la creatividad, la firmeza y la decisión que ahora mostraron.
Confiamos en que la misma inteligencia que les ha permitido resolver la complicada ecuación política que llevan en su seno, encuentre también la solución a la sencilla adición que une a la paz con la justicia y con la dignidad, a la nación con sus habitantes originales, y a la democracia con la libertad.
Por mi voz también, los zapatistas saludamos el ahora callado y eficaz trabajo de la Comisión Nacional de Intermediación. Particularmente saludamos la noble actitud de su presidente, el obispo Samuel Ruiz García, que, no obstante ser amenazado, perseguido, calumniado e insultado, persevera en abrir caminos de paz que hubiéramos elegido antes, si antes hubieran existido.
Involuntaria y obsesiva pesadilla del poder que mal gobierna este país, don Samuel Ruiz ha sabido caminar por entre las intrigas y las trampas que pretenden eliminarlo y seguir el sendero al que, desde mucho antes del 1o. de enero de 1994, invitaba con su ejemplo: el camino de la lucha pacífica por la justicia en esta vida.
Las paradojas que marcan nuestra historia como nación se reproducen en torno a la vida de este hombre cuyo máximo defecto es decir su verdad, sin importar si es del agrado del poderoso.
Aquel que fue el responsable directo del alzamiento de nuestro ejército y de la guerra que sigue ahora, hoy descansa plácidamente en el verde Dublín o en cualquier otra parte del mundo donde sus dólares le compren el aprecio que no tiene en su tierra. El ladrón y criminal no es perseguido.
El que ha hecho y hace todo lo posible por evitar la guerra y sumar justicia y libertad a la paz, es considerado el enemigo principal de un régimen torpe, lleno de miedo y de rencor. El justo es acorralado.
Quienes quieren la guerra exigen la cabeza de Samuel Ruiz García. Quienes quieren la paz tendrán que aprender que será también con él o no será.
Los logros alcanzados en estos días tienen dos valores. El uno es que permiten avanzar, con acuerdos concretos, hacia el reinicio del diálogo de San Andrés. El otro es que sientan las bases para una solución más rápida, seria y profunda del conflicto.
Hoy podemos decir que estamos un poco más cerca de San Andrés y, paradójicamente, lejos todavía del reinicio del diálogo. Estamos más cerca de la paz.
Esperamos que quienes gobiernan con el único argumento de la fuerza entiendan que podrían hacerlo, y mejor, con el superior argumento de la razón.
A nombre de mis compañeros del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, pido respetuosamente a la Comisión de Concordia y Pacificación y a la Comisión Nacional de Intermediación que informen, respectivamente, de lo alcanzado en esta primera reunión tripartita EZLN-Cocopa-Conai.
Es todo. Gracias.
Por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional
Subcomandante insurgente Marcos.
México. Octubre de 1996.