Arzobispado: lo que dijo el prelado, ``se dijo bien y se sostiene''
Salvador Guerrero Chiprés En la homilía del arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, ``lo que se dijo, se dijo bien y se sostiene, y no hay que rectificar ni una coma'', indicó la Dirección de Comunicación Social del Arzobispado de México.
Los voceros de la curia señalaron que monseñor Rivera Carrera revisa el documento enviado por la Secretaría de Gobernación antes de emitir un comentario al respecto.
Adelantaron, sin embargo, que el Arzobispado considera que nadie se encuentra eximido del respeto y la obediencia ``al régimen de derecho''.
En tanto, el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, obispo Ramón Godínez Flores, señaló que el gobierno ``debe estar al servicio de la sociedad'' y cuando deja de estarlo ``pierde legitimidad''.
En respaldo al mensaje del arzobispo Norberto Rivera, el clérigo señaló que en España, Francia e Italia existe la ``objeción de conciencia'' como un derecho que tiene cualquier ciudadano para no obedecer a la autoridad civil en medidas o decisiones gubernamentales que atentan contra los derechos humanos.
Mencionó como ejemplo la postura que podría adoptar la Iglesia católica ante el reclutamiento forzoso para una guerra o en el caso del aborto si fuera legalizado.
No existe, aseguró, ningún artículo en la Ley de Cultos y Asociaciones Religiosas ``en que se prohíban los pronunciamientos de monseñor''. Sólo se prohíbe, recordó, la intervención en política partidista y la descalificación de un partido.
Consideró que en el mensaje de la homilía dominical que provocó la respuesta de la Secretaría de Gobernación, no existe ninguna evidencia de ``estado de agresividad de la Iglesia'' ante el gobierno, pero tampoco retractación respecto del contenido real de las afirmaciones de monseñor Rivera: la Iglesia reivindica la desobediencia en aquellos casos en que hay abierta afectación de los derechos humanos fundamentales.
``El arzobispo hizo una distinción exacta a su periódico en el sentido de que la Iglesia no busca participar en política partidista; se habla de la política que tiene que ver con el bien común, definición que es semejante a la de Aristóteles preocupado por la polis, por la ciudad, por la ciudadanía y no sólo por los edificios'', comentó en entrevista con este diario el directivo de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Las reacciones gubernamentales ``a veces son un poquito artificialmente producidas por los reporteros, perdonando lo presente, no es el gobierno el que responde, la autoridad. Responde fulano de tal y ya. No es una respuesta explícita de la autoridad, no se puede generalizar que es tal o cual la postura del gobierno y tampoco olvidar que lo dicho por el arzobispo se saca de contexto'', comentó.
La homilía es por definición, puntualizó, un comentario al Evangelio. Tiene como finalidad invitar a todos ``a mirar a Cristo como modelo de vida''.
El pasaje que fue fundamento del comentario del arzobispo Norberto Rivera en la catedral metropolitana habla de cómo Jesucristo pagó el impuesto a la autoridad romana y del escándalo que eso suscitó en una comunidad invadida identificada con él: ``por eso Cristo explicó que debe darse al César lo del César y a Dios lo de Dios''.
En ese tiempo, agregó el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, ``el César tenía la pretensión de recibir honores divinos y eso es lo que nuestro señor dice que no puede ser, o sea, el César no es Dios y eso es lo que dice monseñor Norberto con todas sus letras''.
``Es ahí donde explica que la autoridad debe estar al servicio de la sociedad, y cuando no lo está pierde legitimidad'', añadió.
Detalló después que en el caso de autorización del aborto se atentaría, en opinión de la Iglesia católica, contra un derecho humano ``y entonces no tiene que ser obedecida en eso''. Manifestó que aun la guerra como mandato de la autoridad puede ser desobedecida y ``cualquier ciudadano tiene derecho de decir no quiero participar y eventualmente participar en servicios de enfermería, correo, administración. Cualquier legislación moderna reconoce ese derecho''.
Una homilía es un acto de fe, dijo. Sin embargo, reconoció, ``todo acto de fe tiene repercusión en la vida social y política''.
``La palabra política es un poquito como ambigua, es como las palabras libertad o amor. Libertad puede significar heroísmo de un mártir o puede ser usada para justificar la tontería de un adolescente'', añadió.
Iglesias y gobierno ``debemos sabernos escuchar, una cosa elemental en los derechos de cada persona es respetar... los prejuicios a veces se alimentan, pero se pueden superar'', concluyó el obispo Godínez Flores